martes, 13 de julio de 2010

YA ESTÁ AQUÍ


Ya está aquí el verano y todo se vuelve más....bueno, simplemente diferente.
El Viajero viajará menos accidentalmente estas semanas y os agradece vuestras visitas durante el año.
En Septiembre el Viajero volverá a ser Accidental.
Feliz Verano

domingo, 4 de julio de 2010

PIEDRA, PAPEL, TIJERA


REMAKE DE UN POST PUBLICADO HACE YA DOS AÑOS PERO QUE MANTIENE SU ACTUALIDAD:

Hagamos una pregunta: ¿cuál es la actividad económica menos innovadora por naturaleza?
La respuesta es sencilla: la banca.
En estos momentos, el ciudadano normal, sin demasiados conocimientos de esa oscura ciencia que es la Economía, se pregunta cómo puede ser posible que los bancos hayan cerrado de forma total el grifo crediticio. Más aún, algunos hacen peligrar su tensión cuando tratan de explicarse cómo se permite que estos bancos utilicen el dinero de los planes de ayuda gubernamentales para sufragar su deuda en lugar de dirigirlo a la reactivación del crédito.
La explicación es sencilla para quien conoce medianamente la situación de la banca española y se llama 800. 000 millones de euros que es el monto aproximado de la deuda que esta tiene contraída con entidades financieras extranjeras, fundamentalmente francesas y alemanas. Una deuda cuyo pago se exige por quienes tienen urgencia de liquidez inmediata y que no hay posibilidad de renegociar en ningún rincón del mundo.
Pero, ¿cómo puede ser posible?, se pregunta este ciudadano medio que ha visto crecer su hipoteca en los últimos años al ritmo de las ganancias desenfrenadas de la banca y ahora se encuentra que no le prestan ni para un paquete de pipas.
La respuesta es también sencilla a poco que se estudien las cifras. De cada cien euros que un españolito pedía prestada a su banco o caja de ahorros, tan sólo el 60% procedía de sus recursos o lo que es lo mismo, del dinero de sus clientes, incluido el pedigüeño. El otro 40% procedía de créditos interbancarios o de la emisión de deuda. La alegría crediticia que nos ha inundado en los últimos años ha ido acumulando una deuda cada vez mayor y de la que ahora se exige su pago. Hace un año, un alto directivo de la principal caja de ahorros del Estado me comentaba que la cosa se pondría más que seria a partir del 2009, año en que comenzaban a vencer los plazos de pago de esa deuda. En su momento, no le presté demasiada atención, pero estoy recordando frecuentemente esa conversación en los últimos días. Sobre todo, cuando oigo a alguien templado como el ministro Solbes abandonarse al fatalismo y anunciar la llegada de algo excepcional.
La Banca es un negocio como otro cualquiera o eso al menos es lo que le dicen a uno cuando protesta. Estamos para ganar dinero, no para hacer obras de caridad. Esto lo he oído en multitud de ocasiones y es tan cierto como que después de la lluvia los pájaros cantan y las nubes se levantan. Pero su negocio tiene una particularidad que reside en su papel de motores de crecimiento y prosperidad. A cambio, los ciudadanos permiten y asumen los resultados anuales que presenta el sector en un año normal. Pero todo ello, tiene una contrapartida no formal, pero si moral: mostrar una mayor preocupación que el resto de las empresas por la Responsabilidad Social. Y de esto no se libran ni las cajas de ahorros recurriendo a su obra social. En otras palabras y como diría mi tía abuela: hay que estar a las duras y a las maduras.
Y en estos momentos, es muy fácil replegarse a posiciones seguras retirando la generosidad crediticia y pasando a sustituirla por regalos y prebendas a cambio de la domiciliación de la nomina.
No, no estamos nada contentos con ustedes señores banqueros. Demuestran no haber avanzado demasiado desde los tiempos de las ferias de Medina y la letra de cambio.
No nos hablen de innovación porque eso es algo que ustedes ni entienden ni se atreven. No confundan los términos. Ustedes practican eficacia en términos de costes. No confundan un buen chorizo de Salamanca con la mortadela del bocadillo del colegio de Juanito. Cierto es que la morosidad les acecha y va a suponer una losa difícil de sobrellevar si se cumplen las previsiones que la cifran en más de 130. 000 millones de euros para finales del presente año. No se confunden cuando afirman que muchos de los créditos que se demandan actualmente están dirigidos a tapar agujeros más que a proyectos emprendedores. Y más cierto es aún que sus colegas europeos no les van a dilatar ni un día el pago de la deuda contraída.
Pero, como les decía, hay que estar a las duras y a las maduras. La morosidad proviene en su mayor parte del ladrillo y de la dislocada ambición que ustedes demostraron, no tan cercana al delito como las subprime, pero ambiciosa al fin y al cabo. Las peticiones de ayuda provienen de quienes les hicieron ganar un buen dinero que quizás no han sabido administrar de forma tan inteligente como se nos ha pretendido hacer creer. Y sus colegas, como bien lo dice el término, son jugadores de su misma liga.
Están en este mundo para ganar dinero. Esto nadie lo duda y es un propósito respetable y sincero. En realidad, no han hecho otra cosa en los últimos quince años. Pero hay una cosa que se llama estilo, algo a lo que los consejeros recurren con cierta frecuencia cuando deben tratar con advenedizos del tres al cuarto.
Tan sólo queda recordar un viejo dicho: si yo me hundo, tú te hundes conmigo.

jueves, 1 de julio de 2010

DIOS AMA A LOS POBRES


Dios ama a los pobres, por eso creo tantos…
Esta es una de las frases de Karlitos Marx que más denotan la profunda ironia de que hacia gala. Y hablando de Karlitos, no se tiene que estar comiendo los higadillos ni nada desde el cielo de los marxistas a la vista de cómo han ido las cosas. Sin ir más lejos el Manifiesto, más bien parece el programa electoral del PP para las próximas elecciones. Después de tantas vigilias nocturnas y tanta bronca con el bueno de Engels. Al menos le queda el consuelo de que Vladimir lo tiene más crudo en el purgatorio de los comunistas, pelin más cutre.
Todo esto viene a cuento de mi recuerdo pesaroso hacia Karlitos ayer noche después de tragarme in rectore y al completo los discursos de los líderes sindicales ayer en Madrid. ¡Qué pena!
Tengo que confesar que nunca he sido muy amigo ni de Patronales, ni de Sindicatos, a lo más, he llegado a pertenecer al MLEJ (Movimiento de Liberación de Enanitos de Jardín). Pero, pese a todo, intentando ser objetivo, ¡qué pena! Ayer, escuchando a los “lideres” sindicales, me sentía como en la homilía de la misa de los domingos aunque con cierto aire baptista ante la reverberación aprobatoria de los fieles allí reunidos. Esta gente se ha quedado atrás, muy, pero que muy atrás. Y lo ha hecho en detrimento de aquello que supuestamente defiende, es decir a los trabajadores y trabajadoras, compañeros y compañeras, luchadores y luchadoras porque esta igualdad léxica parece ser la única innovación introducida en su discurso y en su praxis en los últimos cuarenta años. Karlitos desespera y Vladimir intenta buscar un enchufe para inmigrar al infierno de los anarquistas, donde, al menos, se está calentito y montan buenas juergas libertarias. Y es que, el tono, el fondo, la forma y la imagen es sencillamente deplorable. Lo único en lo que se diferenciaba de aquella ocasión en los ochenta que les puede ver por vez primera, es la calidad de la imagen y debe ser por la pantalla que me gasto, una pasta por cierto.
¡Men! Esta gente se ha oficializado hasta limites insospechables. Funcionarios de cuello blando que sólo parecen revivir cuando los convenios o el regimen de la Seguridad Social se ve alterado. Y es que lo suyo es la seguridad y la estabilidad, lo demás,¡un carajo pana! Pero, ¿qué ocurre entre agitación y agitación? ¿Dónde están estos arzobispos del laboreo? Recuerdo a los Iglesias y Camachos con respeto, pero, ¡qué pena! Karlitos se niega a ejercer de divinidad paleolítica de la fertilidad, antes emigra al limbo de los cristianos.
Emprendimiento, conocimiento, comunidad en red, talento, son algunas de las cosas que pueden y deben conceder más protagonismo a los trabajadores y trabajadoras, compañeros y compañeras. Cosas estas que pueden mejorar su vida porque nadie trabaja por nada, pero no necesariamente de forma exclusiva por dinero. Salarios y pensiones, seguridad laboral y prestaciones de desempleo. Si estas son todas las reclamaciones de las Iglesias Sindicales, apaga y tira para allá. Conciben a los trabajadores y trabajadoras como lumpen proletariado. Ciertamente, no hemos avanzado nada y, mucho me temo, que ojala no haya espacio para ellos en la nueva sociedad que se perfila. Karlitos ha convocado junta de gobierno en el cielo de los marxistas, la situación es dramática y ni los callos con garbanzos son lo que eran. Hasta en el cielo de los ludítas se come mejor.
Me encontraba yo en una sucursal bancaria el pasado día 29, huelga general en el País Vasco – Euskadi – Euskal Herria, cuando una panda de individuos e individuas irrumpió en el lugar destrozándolo casi todo. Lo mejor del caso es que ni uno sólo de ellos tenía pinta de haber trabajado en su vida, chavales que decimos aquí aunque su “uniforme”, gris y deplorable, delataba su pertenencia a las tribus abertzale. La pregunta es: ¿existe el derecho a la huelga? La respuesta es sí. La pregunta es: ¿existe el derecho al trabajo? La respuesta es sí. Entonces, ¿qué coño hacía esta colla aparte de seguir sin pegar ni golpe?
¡Lideres proletarios del mundo! ¡Dejar de tocar las narices y poneros al día! Este es el comunicado final de la junta de gobierno, presidida por Karlitos, desde el cielo marxista.

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