
Los datos apenas tienen utilidad, pero si los procesamos obtenemos información que, sin llegar a ser una gran cosa, ya supone un avance. Pero si procesamos de forma inteligente esta información, obtendremos conocimiento.
Veamos qué ocurre si aplicamos esta regla a los datos de población activa por sectores en 2000 y los contrastamos con los de 2010…
La industria manufacturera, estratégica en el balance final de una economía, daba empleo a 2.361.000 personas en 2010, cifra exigua para un “país milagro”, pero el dato empeora si tenemos en cuenta que hemos perdido 521.000 empleos con respecto al año 2000. Los sectores más afectados son lógicamente los de la automoción, productos minerales no metálicos (baldosas, ladrillos, etc.) y la industria del mueble debido a la influencia del crack inmobiliario y la crisis global. Pero curiosamente la industria con peores cifras es la textil. En una palabra, empresas como Inditex (Zara) o Mango pueden ser bandera, pero no generan trabajo.
El sector “tractor” presentan un panorama a medio camino entre la desolación y la tundra siberiana. La construcción alcanza un pico de ocupación en 2007 con 2.734.000 empleos para caer a 1.663.000 en 2010 y registrar una perdida neta en el periodo 2000 – 2010 de 134. 000 personas.
Los sectores que viven de la economía familiar, por decirlo de alguna manera, sufren incrementos significativos. El comercio tiene una ganancia neta de 382.000 personas entre 2000 y 2010, la hostelería obtiene un incremento de 320.000 personas y el sector sanitario y de servicios sociales cierra la década con 484.000 empleos de ganancia neta.
Teniendo en cuenta que la construcción, el comercio y la hostelería ofrecen un perfil de puestos de trabajo bajo en lo que a cualificación se refiere, nos encontramos con 5. 894.000 personas que, como diría el otro, “trabajan para los que trabajan” que, por cierto son 2.361.000 sin contar a los 1.391.000 de funcionarios públicos y los 880.000 englobados en lo que denominamos “servicios a las empresas”.
Evidentemente, los cuatro millones largos de parados provienen de estos sectores por lo cual, la reflexión es también instantánea: ¿qué posibilidades hay de reintegración a un mercado de trabajo que se supone más exigente en cualificaciones de cara al futuro?
Por cierto, el sector de empleo doméstico creció en 325.000 ocupaciones en el mismo periodo.
Interesante aunque bastante inquietante.