La tormenta , lejos de menguar, arrecia cada día un poco más
mientras nos resignamos a mirar los negros nubarrones esperando que, tarde o
temprano, dejen pasar un rayo de luz. Hasta entonces nuestra única opción
parece ser la actitud estoica de quien se siente calado hasta los huesos, pero
confía en no coger una pulmonía que lo lleve definitivamente a la tumba.
La tormenta pasará y la vida continuará, pero la cuestión es
dónde nos encontraremos entonces. ¿Permaneceremos en el mismo lugar sin haber
aprendido nada, esperando una nueva turbulencia? ¿Habremos explorado nuevos
horizontes donde quizás también existan tormentas, pero los paraguas crezcan en
los arboles?
Esa es la cuestión y no otra. Siempre existe otra
alternativa aunque algunos se empeñen en ocultárnosla por miedo a quedarse
solos. Esa alternativa existe y tiene nombre y apellido: LIDERAZGO.
Se ha hablado hasta el hastió de la ausencia de liderazgo
así como de su imperiosa necesidad, pero quizás no se ha concretado quién, cómo
y cuándo puede y debe ejercerse.
Por supuesto, debemos descartar a gran parte de la clase
política actual, empezando por sus “jefes” mal llamados lideres por los medios
de comunicación. El descredito es su denominador común, quien no es un
saqueador desvergonzado, simplemente es un tecnócrata gris y asustado, cuando
no un oportunista barato o sencillamente un fracasado profesionalmente
hablando.
Poco podemos esperar de la clase empresarial española,
cortoplacista, ecléctica, mal preparada, arrogante y displicente como corresponde
a todo buen mequetrefe venido a más, pero fundamentalmente cobarde e
insolidaria.
Al otro lado del ruedo tenemos a los “empresarios de los
trabajadores”, esa vieja reliquia del pasado lejano que llamamos sindicatos,
cortos de vista en sus horizontes, cejijuntos en sus aspiraciones de burócrata
de medio pelo, en definitiva, predicadores de la catástrofe como buenos amantes
del fatalismo dialectico.
¿Qué nos queda entonces?
La política aunque parezca un contrasentido. Necesitamos
liderazgo, pero con capacidad de decisión y eso sólo nos lo puede proporcionar
un líder político nacido con un nuevo movimiento, libre de compromisos con la
mafia financiera, carente de los temores que azotan a quien teme perder su
influencia y poder, a salvo de hipotecas contraídas con este y aquel en ese
impúdico juego que algunos llaman “política real”. Alguien que nos hable de
retos posibles, no tan sólo de sacrificios y penitencias ajenas. Alguien que se
atreva a buscar “la otra alternativa” por muy inverosímil que nos lo hayan
querido vender porque, nos guste o no, hay una verdad irrefutable: si hacemos
lo de siempre, llegaremos donde siempre.
Aunque cada vez más extenuados, con apenas fuerzas y convicción hasta que
finalmente nos quedemos por el camino en una de esas vueltas a la noria.
Todos somos perfectamente conscientes del peligro que supone
clamar por un liderazgo en momentos agónicos. La llamada puede atraer a gentes
de bien, pero también reúne a todo tipo de oportunistas, extremistas y simples
charlatanes. Pero es el riesgo que debemos correr. No lo duden, en el seno de
esos partidos acabados que dominan nuestras decisiones, existen personas
capaces, integras, convencidas de que existen otras vías. Entre ellas pueden
estar nuestros lideres. Sólo necesitan que se les reclame más allá de la
indignación y el insulto.
El liderazgo político sólo surge en la necesidad sentida y,
de momento, ni sentimos, ni padecemos, simplemente nos indignamos y resignamos.
Hablemos de la necesidad de un nuevo horizonte político, reclamemos rebeldía y
desafección a quienes pueden convertirse en los lideres del futuro. Si nuestra
voz se escucha, más posibilidades habrá para que decidan abandonar a quienes
nada tienen que ofrecer porque jamás llegaron con nada aunque se fueron con
mucho.
Posiblemente mañana la tormenta cobre aún más fuerza. Ya no
somos un árbol, solamente frágiles hojas que arrastra el viento huracanado,
pero podemos aprovechar esa corriente para buscar nuevos horizontes. Quizás con
Europa, quizás sin ella, quizás con una nueva Europa porque la que algunos
inventaron, simplemente agoniza moral e intelectualmente.
Siempre hay un camino.
PD
Este post es el resultado de un encuentro real, después del
conocimiento virtual, que ayer tuve la oportunidad de compartir con Jose Miguel
Bolívar al calor de un increíble bacalao al pil-pil en la que fue casa del
genial Genaro Pildain. ¡A tu salud, Jose Miguel!
12 comentarios:
Así cualquiera se inspira para escribir una gran entrada en el blog :)
Un abrazo.
Bacalaos y buena compañía aparte, que como dice Javier siempre es inspirador. No dudo, como apuntas, que existan personas capaces dentro de los partidos, pero están dispuestos estos a volar (salirse de la maquinaria) y aceptar el reto?
Un abrazo
Hola a todos. Estupenda entrada.
Comparto contigo que necesitamos a ese líder capaz de transmitir entusiasmo, cansada de escuchar tanta crítica negativa y pocas soluciones.
Hay que salirse de la máquina y eso no es solo difícil sino valiente.
Y amigo de esos poquitos.
Abrazos y el avión un poco grande que susto..JJJJA
Inmejorable broche para una memorable velada.
Muchas gracias, José Luis.
Un fuerte abrazo.
HOLA JAVI
LA VERDAD ES QUE PILDAIN - GURIA INSPIRA!!!
HOLA FERNANDO
HABERLOS SEGURO QUE LOS HAY, QUIZÁS NECESITEN UN EMPUJÓN
CUIDATE
HOLA ANONIMO
SÍ EL AVIÓN SE ME SALE DE LA PANTALLA!!!
GRACIAS POR TU VISITA Y COMENTARIO
CUIDATE
HOLA JOSE MIGUEL
MEMORABLE Y REPETIBLE!!!
GRACIAS
Siempre hay un camino, y lo que se piensa hoy cambia mañana. Creo que no está todo inventado a pesar de todo.
Y al estómago hay que cuidarlo. Me alegro que hayáis disfrutado de ese exquisito bacalao.
Bss y feliz semana
HOLA KATY
DE MOMENTO, EL BACALADO, LO MEJOR!!!
CUIDATE
Si Alicia era capaz de creer seis cosas imposibles antes de desayunar ¿cuántas cosas imposibles podéis creer y crear José Miguel y tú frente a un bacalao al pil-pil?
Gracias por compartir, lo que me han contado que fue, una fantástica velada.
Un abrazo
Hola Paz
Puff!!!
Ni te imaginas, así que habrá que repetir PERO ACOMPAÑADOS!!!!
Cuidate
Publicar un comentario