SPANISH APOCALYPSE

Se acostumbra a afirmar que no hay nada peor que un optimista mal informado, pero puede ser que un pesimista mal informado sea ya la debacle.
Don Arturo Virosque es un empresario con una larga trayectoria profesional que ejerce en la actualidad como presidente de la Cámara de Comercio de Valencia y del Consejo Autonómico de Cámaras de Comercio de la Comunitat Valenciana, amén de vicepresidente de Bancaja. Hay que presuponer experiencia, conocimiento y es posible que sabiduría en su persona. Pero ayer no fue su día aunque mediáticamente sus declaraciones han supuesto ríos de tinta. Y es que, se miren por dónde se miren, no tienen desperdicio alguno.
Con respecto a la actual situación económica se despacho a gusto ya que considera que “es de una gravedad absoluta, como no se había conocido nada igual y nuestros políticos aún se están riendo, aún salen con la sonrisa puesta. No hablo de colores políticos concretos, pero sí que hablo mucho con los empresarios y los empresarios ya no creen en los políticos porque son todos unos embusteros”.
Por si quedaba alguna duda sobre los políticos y su actitud,"no han tomado las medidas que había que tomar, no han hecho nada. Lo sabían todo desde hace dos años y lo han ocultado".
Su visión del futuro es cercana a la Apocalipsis Ibérica al asegurar que “los jubilados dejarán de cobrar la pensión en 2012” o que “los españoles tendremos que emigrar, saldremos de España en patera” y todo ello durante un largo periodo ya que la crisis se prolongará durante 20 o 30 años.
Ni pretendo, ni deseo entrar en el trasfondo de esta explosión iracunda de incontinencia verbal porque todos sabemos que existe tal trastienda. Pero, al menos, me gustaría recordar el alto componente emocional que está actuando junto a la crisis en este país. Un factor que debe ser abordado desde la practicidad por muy dolorosa que resulte, combinándola con grandes dosis de convicción en la oportunidad. Pero alejándose, al mismo tiempo, tanto de las retoricas optimistas y el populismo dialogante con exhibición de talante, como de las rabietas fatalistas fundadas en cabreos unipersonales.
Don Arturo, deje a los payasos de los programas de famosos televisivos este tipo de incontinencias. Ni es propio de su trayectoria, ni de sus cargos. Que cada cual aguante su vela y no olvide que arrieros somos todos y en el camino nos encontraremos.