viernes, 29 de enero de 2010

LA MALDICIÓN DE LA BALDOSA


Hace dos meses una tubería de conducción de agua reventó cerca de mi casa. Al día siguiente, operarios del consorcio de aguas comenzaron las tareas de reparación que incluían, por supuesto, levantar parte de la acera. Una vez solucionado el problema y con la calle de nuevo impecable, llegó una cuadrilla de un operador de comunicaciones para tender un cable y, por supuesto, volvieron a levantar la acera. Después de dos semanas de trabajo, la calle quedó de nuevo, más o menos como al principio. Poco tiempo después, unos operarios del ayuntamiento aterrizaron una mañana para instalar baldosas antideslizantes en el mismo tramo de acera. Por supuesto, levantar, colocar y tapar. Pero no crean que todo acaba aquí. Esta mañana al salir de casa he podido observar como una nueva cuadrilla de operarios de otra operadora se preparaba para levantar de nuevo la acera con el fin de meter su tendido de cable. Por supuesto, cuando concluyan su obra, llegarán nuevos apasionados de la obra civil.
Supongo que no les descubro nada nuevo, pero el despilfarro de dinero y la total ausencia de planificación por parte del municipio me lleva a formular una serie de hipótesis que expliquen este fenómeno tan cotidiano en todas nuestras ciudades.

1. Puede tratarse de una estrategia para mantener el empleo en el término municipal.
2. Quizás todo esto forme parte de una investigación de campo sobre “la paciencia del ciudadano medio en núcleos urbanos”.
3. También puede ser que el fabricante de baldosas tenga un montaje infalible para mantener su producción.
4. Puede ser que en las cercanías viva un individuo que en su día le levantará la novia al concejal de obras.
5. En fin, puede ser que, simple y llanamente, el ayuntamiento no haya oído hablar de una cosa que se llama innovación de procesos.

Los norteamericanos solucionan el tema del cableado por las bravas, toma poste de madera y a colgar que es navidad.
En muchos lugares de la Vieja Europa se ha adoptado una curiosa solución que consiste en construir galerías subterráneas que contengan cables, tuberías y toda la parafernalia que acompaña a la modernidad urbana.
Algunas tribus del Amazonas no han llegado a plantearse el problema, aunque no crean, todo llegará.
Durante el gobierno talibán en Afganistán el problema se solucionó cortando manos y pies a quien osará profanar una baldosa.
En fin, el ingenio humano no tiene límites aunque en ocasiones lo dediquemos a complicar cada vez más un problema que acaba convirtiéndose en molestia.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Real como la vida misma, frente a mi oficina se vive una obra eterna (C. Roselló)
Quim

echar un remiendu dijo...

Genial! una visión genial, pero si tengo que escoger me quedo con los conductos para todo al modo europeo. Creo que en Vitoria también lo han puesto en marcha, haciendo incluso que por esos conductos vaya también la basura.

Un abrazo

Caminante dijo...

Efectivamente, en Vitoria están avanzados (son previsores) y en Bilbao están en ello aunque más retrasaditos. No hay estudios de ahorro de costes, pero alucinaríamos, por no hablar de la satifacción del cliente, en este caso, el ciudadano.
Un abrazo Remiendu

Fernando López dijo...

Hola José Luis.

Todas las hipótesis son válidas, pero la más lógica es la de "hay que apañar unos euros por donde sea". la Corporación municipal, el de las baldosas , el de obreas, el del cableado e, incluso, el que necesita la infraestructura. En la calle Costa Rica de Madrid se tiraron unos años así vacilando a personal.
Algunos bares se forraron, con los desayunos, almuerzos, menus del día, chispazo etc etc...

Feliz fin de semana

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