La lista de carencias del actual sistema educativo no es
interminable, pero sí al menos extenuante. Muchas de estas deficiencias se
arrastran desde las etapas más tempranas y acaban provocando grandes lagunas en
las capacidades y habilidades de los alumnos. Los docentes del Bachillerato
acostumbran a culpar a sus antecesores del “bajo nivel” de los alumnos que
reciben, mientras que los profesores universitarios hacen lo propio con el
conjunto de las etapas escolares, olvidando que ellos, en su mayoría, ayudan a
cerrar el ciclo de la simple trasmisión de conocimiento. De una forma u otra,
cuando el estudiante se incorpora a la vida profesional, carece del perfil
adecuado para enfrentarse a problemas o
bien optimizar oportunidades que se presenten en su actividad cotidiana. La
mayor parte de las empresas ejercen como segunda oportunidad educativa práctica
de forma consciente o inconsciente, pero sólo unas pocas centran sus programas
formativos en el desarrollo de habilidades emprendedoras y capacidades propias
de la Inteligencia Creativa y Estratégica. Si unimos a todo esto la endémica
estructura jerarquizada de la empresa española, nos encontramos con situaciones
adversas para aquellas organizaciones
que se han planteado el reto de convertir el Emprendimiento Interno en una de
sus notas definitorias.
En cualquier caso, este es el reto inicial y al que no se
puede renunciar. Las personas deben convertirse en el valor seguro de la
organización tanto en tiempos de bonanza como cuando las turbulencias arrecian
y para ello no bastan buenas palabras o intenciones sino unas metas claras y
una disciplina continua en la consecución de las mismas. Estos objetivos se
centran en conseguir la normalización de dos elementos concretos:
PERFIL EMPRENDEDOR CORPORATIVO
El perfil emprendedor corporativo debe normalizarse tanto en
lo que se refiere a las personas que ya trabajan en la organización como en
aquellas que se incorporan a la misma de forma progresiva. En el caso de estas
últimas, es necesario introducir los requerimientos necesarios en las políticas
de reclutamiento convirtiéndolos en indicadores significativos a la hora de
tomar decisiones de contratación y esto debe ser válido a cualquier nivel. En
el caso de las personas que ya trabajan en la organización, lo menos recomendable es recurrir a procesos
de formación normalizados. El objetivo final es contar con personas
emprendedoras luego la estrategia a seguir no puede ser otra que PBL (Problem
–based learning) – Aprendizaje por resolución de problema, es decir plantear
situaciones reales enfrentando a equipos multidisciplinares ,adecuadamente
monitorizados, con las mismas, buscando soluciones innovadoras que aporten no
sólo conocimiento y dominio, sino también valor añadido, la mejor demostración
de las posibilidades de las personas más allá de las rutinas así como de la
valiosa oportunidad que se ofrece al conjunto de la corporación, incluidos los
staff directivos habitualmente poco propicios a este tipo de “ocurrencias”.
¿Cuál es el perfil que finalmente perseguimos en términos de
capacidades y habilidades?
·
Capacidad estratégica para la resolución de
problemas y optimización de oportunidades.
·
Flexibilidad para integrarse en equipos
multidisciplinares no sólo de áreas, sino también de niveles de cualificación o
ubicación física.
·
Capacidades creativas para idear alternativas de
solución nuevas y valiosas.
·
Habilidades cooperativas.
·
Capacidad de gestionar el conocimiento derivado
de la acción práctica, potenciando flujos que lo conviertan en conocimiento
corporativo formal.
ROLES EMPRENDEDORES
La organización no puede cometer el error habitual de
nuestro sistema educativo: perseguir que la persona sea buena en todo. Al
final, lo único que se consigue es mediocridad y frustración. La fuerza de un
equipo se basa en la conjunción de capacidades y habilidades distintas en busca
del éxito.
Nuestro objetivo debe ser ofrecer un conjunto de roles que
respondan a las exigencias del ciclo emprendedor:
DETECCIÓN - IDEACIÓN - DESARROLLO - EVALUACIÓN
Cada persona debe descubrir cuál es su rol o dicho de otro
modo, la función para la que está más capacitado o aquella que va a desempeñar
de forma más cómoda y eficaz. Esta es
una de las claves para conseguir la necesaria disponibilidad de las personas.
Pero, al mismo tiempo, la estrategia de “roles emprendedores” asegura el necesario
equilibrio entre las tareas rutinarias y las extraordinarias, produciendo un
incidencia asumible para la corporación. Esta es una de las claves para la progresiva
aceptación de la nueva cultura emprendedora en una organización preocupada por
la cuenta de resultados o lo que es lo mismo, centrada en producir y vender.
La identificación de “roles emprendedores” puede variar en
número y definición según el tamaño y actividad de la organización, pero de una
forma u otra deben cubrir las distintas fases del ciclo emprendedor. A continuación,
presentamos los Roles Emprendedores que Central Lechera Asturiana practica
dentro de su ya conocido proyecto de Cultura Emprendedora, un ejemplo a seguir.
Próxima entrega: METODOLOGÍA DE EMPRENDIMIENTO
4 comentarios:
La verdad es que tiene que ser apasionante el trabajo que estás (o estáis) haciendo en la Central Lechera Asturiana. Tanto para trabajadores, directivos como para vosotros mismos.
Un abrazo.
Hola Javi
Sí, es realmente apasionante y un reto que me dejará huella.
Es un placer y una responsabilidad tremenda, pero LAS PERSONAS se lo merecen.
Cuidate
Todo un reto. Cada vez que te leo pienso que la gran mayoría estamos a años luz de lo que podría y debería ser. Hayq ue cambiar sin prisa pero sion pausa.
Un abrazo
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