martes, 8 de junio de 2010

JAMMER - OSSI


Hasta la llegada de la Gran Recesión, la creencia cierta de los economistas era que la inefable Mano Invisible se hacía cargo de las calderas, atenta a las subidas y caídas de presión para restablecer el equilibrio de forma inmediata. Como diría Shomh, en aquel octubre del 29, el mundo perdió su inocencia, amen de otras muchas cosas más.
Personalmente no soy muy aficionado a mirar hacia atrás y, menos aún, para establecer relaciones y analogías más allá de una visión hegeliana de la película. En consecuencia, pese a la tentación, ni se me había ocurrido establecer paralelismos entre nuestra actual situación y la debacle de los años treinta del pasado siglo. Sin embargo, el anuncio del plan de ahorro Merkel, cifrado en más de 80.000 millones, me ha recordado la desbandada europea de comienzos de los treinta. Luego, hagamos un sencillo ejercicio analógico.
La secuencia es simple y bien conocida: quiebra financiera – bursátil norteamericana, contagio de la pandemia a Europa, aparente recuperación, relajación, traca final, desbanda europea- sálvese quien pueda, hundimiento del comercio, repatriación de capitales, debacle, Solución Final conocida como Segunda Guerra Mundial.
Extrañamente existen demasiadas coincidencias aunque, pese a todo, continuo negando la mayor. Pero, existen similitudes alarmantes, no tanto en lo específico como en lo genérico, es decir la cultura emocional de las naciones y gobiernos implicados. En aquella ocasión, las decisiones financieras a nivel de política local austriaca acabaron por dar el pistoletazo de salida para el sálvese quien pueda. Pues bien, ayer la señora Merkel dio otro peligroso pistoletazo cuyas consecuencias habrá que seguir de cerca en los próximos días. Pero todo hace sospechar que la anarquía fiscal reinará en la UE en los próximos años.
Vaya por delante mi ascendencia germana, en concreto bavara, así como mi profunda admiración por la tierra de Schiller. Pero a Alemania todavía le pesa su escaso recorrido como nación, apenas siglo y medio, así como estado reunificado, apenas medio siglo. Los franceses tienden a pensar que Europa no tendría sentido sin ellos. Los ingleses prefieren mantener su privilegiada situación en el ático, pese a que cuando llega el chaparrón sean los primeros en mojarse, con estilo por supuesto. Pero los alemanes, nunca aprenderán a observar correctamente los mapas parea darse cuenta de que son la bisagra de una puerta que comunica la cocina con la despensa.
La decisión de la señora Merkel se ampara en la vieja historia de la hormiga y la cigarra, pero, en el fondo, es el resultado final de una carrera política gris y anodina, plagada de contradicciones y errores, bajo la larga sombra de antecesores que, de una forma u otra, han sabido dejar su firma. Mucho me temo que las gentes de más allá del Spree volverán a convertirse en dramáticos jammer – ossi.

4 comentarios:

Josep Julián dijo...

Hola JLMON:
En la foto parece que estén a punto de darse un piquito y ahora resulta que se llevan peor que yo con mi casero.
Lo bueno de repetir la historia es que hay muchas probabilidades de que acabe igual y ahora estoy dándole vueltas a cuál es mi mejor opción protectora, si pirarme a Suiza o a USA hasta que escampe. Me parece que a los States porque sé más inglés que alemán. Y digo yo, aislarse en un kibutz de Galilea casi que no ¿no?
Un abrazo.

Caminante dijo...

Hola Josep
Me apunto a USA, podíamos montar un tallercito de alpargatas y barretinas, no? Ja-ja
Un abrazo

Fernando López dijo...

Hola Jose Luis:

Piensa que siempre nos quedará París o irnos por los famosos cerros de Ubeda.
un abrazo

PD Mañana Thinking Souls es tuyo

Caminante dijo...

Hola Fernando
Ya se que me vas a llamar carca, pero a mi Paris....
Te invitamos a invertir en nuestro taller de alpargatas en Wisconsin.
No me pierdo Tinking Souls y muchas gracias hermano!
Un abrazo

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