martes, 15 de noviembre de 2011

SIEMPRE HAY OTRO CAMINO


La pasada semana tuve el placer y la oportunidad de presentar una propuesta de creación de valor en las pymes a partir de la cooperación en términos de emprendimiento estratégico en Inguralde, la Agencia para la Promoción Económica del Ayuntamiento de Baracaldo. Cerré mi intervención con un relato que escuche por primera vez hace ya muchos años de boca de ese gran humanista primero y economista después que era J.K. Galbraith. Permítanme reproducir el relato…

Erase una vez dos reinos vecinos gobernados por el Rey Blanco y el Rey Negro respectivamente. Ambos convivían pacíficamente conservando sus costumbres y características particulares. Repentinamente, ambos reinos se vieron asolados por unos años de sequía que acabaron con las cosechas y trajeron el hambre. El Rey Blanco decidió fijar los precios de los alimentos para evitar abusos y la corona compró grano con sus propios fondos para repartirlo entre los más necesitados. El Rey Negro optó por dejar actuar al mercado, los precios crecieron y comenzó la especulación sobre los alimentos, privando así a una buena parte de la población del sustento. La hambruna se prolongó durante varios años y cuando concluyó, el reino del Rey Blanco había desaparecido, sólo quedaban campos desiertos y ciudades fantasmas. Todos habían acabado sucumbiendo cuando los alimentos tocaron a su fin. Por el contrario, el reino del Rey Negro sobrevivió. Gran parte de la población, los más desfavorecidos, también murió por hambre. Pero quienes tenían recursos, pudieron pagar los altos precios de los alimentos. Poco a poco, el reino volvió a la normalidad, la población creció de nuevo y hasta comenzaron a ocupar los campos y ciudades abandonadas del reino del Rey Blanco.

Milton Friedman extrajo su moraleja: el mercado corrige y permite crecer aún a costa de penosos sacrificios.

Galbraith, por el contrario, se negó a aceptar moraleja alguna y simplemente concluyó: SIEMPRE HAY OTRA ALTERNATIVA Y NUESTRO DEBER ES BUSCARLA CON PASIÓN E INSISTENCIA.

Siempre hay otro camino. La resistencia conduce a la extinción. La reducción y la reestructuración es una terapia del dolor que acaba conduciéndonos a una muerte dulce. La resignación es simplemente suicida.

REACCIÓN es la palabra.

RENACIMIENTO es el objetivo.

SACRIFICIO COMPARTIDO es la condición.

UNIDAD es la estrategia.

LIDERAZGO es la táctica.

Quienes pueden, deberán asumir riesgos.

Quienes no tienen, deberán asumir que el bienestar será considerablemente menor, al menos durante un largo periodo.

Quienes aspiran a ser dueños de su propio destino, deberán posponer sus intereses.

Quienes han abusado de nuestra confianza, deberán desaparecer silenciosamente en el recuerdo.

Quienes han vivido del cuento, deberán comenzar a pensar en una forma más digna de ganarse la vida.

Siempre hay otro camino.

Nuestro deber es buscarlo con pasión e insistencia y quienes no quieran seguirnos, quedarán atrás en las brumas del olvido.

12 comentarios:

B. Sanz dijo...

Esta lógica tuya que aplasta y que pesa, no sé si me angustia o me dá alas. Por si acaso y teniendo en cuenta la hora que és, he decidido abrir una botella de vino de las que sólo se beben en domingo, cuando hay tiempo para dormir la siesta, ya que con toda seguridad y por ser una botella festiva, te la terminas.
!Puf!

Caminante dijo...

Hola Beatriz
Que te de alas para volar muy alto. Creo que es la lógica de quienes nos tocó vivir "tiempos de angustia y esperanza".
Disfruta el vino!
Besos

Javier Rodríguez Albuquerque dijo...

Sí señor. No sólo son los radicales los que dicen aquello de que "otra sociedad es posible". Y que conste que cada día somos más.
Un abrazo.

Caminante dijo...

Hola Javier
Efectivamente, además los radicales como dices, se han acostumbrado al sonsonete y lo recitan como se rezaba el rosario por la radio.
Cuidate

Anónimo dijo...

Muy bonito, poetico y perfecto, pero poco real, esto se mueve por el money amigo, no te enteras.
PL

echar un remiendu dijo...

Muy inspirador y todo un reto buscar esos otros caminos. Gracias

Caminante dijo...

Anonimo:
Hombre, de dinero algo se, poco, pero me defiendo.

Caminante dijo...

Gracias por la visita Irene
y Animo!

Katy dijo...

Magistral, me hubiera encantado escucharte. Hay tantos quienes...
Y siempre hay optro camino que no el trillado que es el más facíl. Pero no todos se aventuran a abrirlos. El camino menos complicado es la resignación, palabra que no me gusta nada.
Un abrazo

Fernando López dijo...

Pues si es posible otro camino, y hay que andarlo aunque el camino no sea fácil. El dinero puede impulsar o frenar pero no lo mueve todo aunque nuestro anónimo lo vea de otra manera.

Un abrazo

Poncio Pilato dijo...

La historia de Milton Friedman esta mal contada para poder sacer el su conclusion
La historia real es que la sequia se prolongó y solo sobrevivieron los del reino del Rey Blanco porque en este reino se establecio un control sobre los alimentos con el que pasaron todos hambre, ricos y pobres, pero sobrevivieron. Cosa que no ocurrio en el reino del Rey Negro donde los alimentos se agotaron pues siempre habia demanda de ellos, ya que siempre alguien los podia pagar, hasta que se consumieron todos, y por mucho dinero que se ofreciese no hubo alimentos y los mas poderosos tambien murieron.
Como dijo Galbraith, economista canadiense: SIEMPRE HAY OTRA ALTERNATIVA Y NUESTRO DEBER ES BUSCARLA CON PASIÓN E INSISTENCIA.
Los del reino del Rey Blanco encontaron esa alternativa
Nunca el libre mercado defendido por Milton Friedman solucionó nada de una colectividad.

Poncio Pilato dijo...

Como se debe de contar toda la verdad hay que añadir al comentario anterior que Milton Friedman, el que contaba, mal contado, el cuento anterior, fue un economista e intelectual estadounidense, fundador de la Escuela de Economía de Chicago, una escuela económica defensora acérrima del libre mercado, y que puso lo pilares para que después viniese la época de Margaret Thatcher y Ronald Reagan.

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