Hay
afirmaciones que son tan evidentes que pasan desapercibidas y, en consecuencia,
se convierten en meras suposiciones.
“Un
departamento de RRHH debe preocuparse ante todo de las personas”
Aparentemente,
esta afirmación parece tan pueril como aquella de “en una panadería se vende
pan”. Sin embargo, a poco que profundicemos en el aserto, las aguas no parecen
estar tan calmadas como el lienzo las describe.
Hablar
de las personas olvidando el contexto no pasa de ser una simpleza imperdonable.
Habrá quien argumente que tal precisión resulta innecesaria pero, a la vista de
los hechos, resulta crucial.
¿Qué
buscan las personas en una empresa?
Trabajo,
por supuesto. Un medio de vida, por descontado. Pero más allá de estas
obviedades, buscamos estar en paz con nosotros mismos, eso que algunos no
tenemos empacho en llamar felicidad aunque evidentemente la palabra resulta
ridícula en el caso de cientos de miles de trabajadores con más de una década
de experiencia en su empresa. Pero hubo un momento en el que la gran mayoría de
ellos estuvieron en paz consigo mismos, un instante de felicidad pura que se
expresaba en una disponibilidad absoluta, compromiso y confianza. Se dice que
la experiencia y la vida enseñan a ser más realista dejando paso a la rutina,
la monotonía, el desencanto y hasta la incertidumbre. Es ese conocido cuento
del abuelo que tarde o temprano se acaba recitando a los recién llegados.
Pues
bien, si esto ocurre en su empresa, la conclusión no puede ser otra que el
estrepitoso fracaso del Departamento de Recursos Humanos. Un departamento que,
en lugar de preocuparse por las personas, se ha preocupado de su selección,
contratación, ocupación, formación y despido o jubilación. No, no es que todo
esto sea innecesario, pero sí periférico, colateral y, en definitiva, necesario
pero nunca esencial.
El
alma de la empresa son sus personas y si estas no están en paz consigo mismas,
tendremos una concentración de almas en pena que tarde o temprano serán
conscientes de su fracaso vital reflejándolo en el simple y llano cumplimiento
de sus tareas en una sucesión de días malos, buenos o simplemente días. En
definitiva, trabajadores de línea de
producción, logística, comercial, administración, investigación o lo que se
quiera, pero trabajadores por cuenta ajena y nunca mejor dicho. Quizás esta
perspectiva fuera posible hace cien años, incluso diez o quince, pero tal como
están las cosas, simplemente resulta suicida.
Recuerdo
de mis años de docencia una frase que repetía una y otra vez a compañeros y
alumnos: aquí se viene a ser feliz. Cuando comprendí que quienes debían educar
en la felicidad eran en su mayor parte un universo de infelicidad, simplemente
opte por abandonar aquel entorno. Pues bien, la empresa continua siendo escuela
de vida y su misión es garantizar la felicidad de quienes acuden a ella para
seguir aprendiendo; aprendiendo para enseñar y enseñando para aprender y si no
se consigue, la conclusión es un fracaso y éste, a diferencia del error, no
sólo exige reconocimiento y aporta aprendizaje, sino que también obliga al
cambio.
Los departamentos de Recursos Humanos no tienen como misión cambiar a
las personas para moldearlas a imagen y semejanza del gestor de turno. Su
misión es hacerlas crecer, generando entornos y situaciones estimulantes. Responsabilidad
frente a obligación. Talento frente a la rutina mecánica. Conciencia de
colectivo frente a la falsa certidumbre de la jerarquía. Horizonte más allá de
los viejos preconceptos caducos de los de arriba y los de abajo. Empatía
profesional frente al absurdo amiguismo condescendiente que sólo engaña y
humilla. En definitiva, ser capaz de percibir que tratas y trabajas con
personas.
Dime
y me olvidaré
Enséñame
y puede que lo recuerde
Involúcrame
y me pondré en marcha
7 comentarios:
"Aquí se viene a ser feliz".
Qué razón.
Alguna vez lo hemos dicho por aquí.
Y para eso no hace falta ser amigos. Simplemente compartir un proyecto.
Un abrazo.
Sabes que el objetivo que marqué este año era "ser felices" y para ello estamos modificando rutinas, trabajando más con las personas y cambiando hábitos nocivos. No sé si lo conseguiremos aunque algo está cambiando.
un abrazo
Hola Javi
Efectivamente, en el trabajo no hay amigos pero sí compañeros.
Cuidate
Hola Javi
Efectivamente, en el trabajo no hay amigos pero sí compañeros.
Cuidate
Hola Fernando
Y no dudo ni un momento que lo conseguirás!!!
Cuidate
Hola José Luis,
Me llamo Fátima Ruiz y me pongo en contacto contigo por un tema de publicidad. Te agradecería quepudieses contestarme a través de email para hablar en detalle.
Un saludo y gracias por tu atención :)
La felicidad es una actitud interior. Si es posible modificar nuestras actitudes aunque no es fácil. Otra cosa es la motivación pero no se si eso hace realmente feliz. El trabajo es muy importante porque es un gran parcela de la vida y si que creo que un ambiente distendido y sin excesiva competitividad se puede conseguir al menos ser razonablemente feliz.
Un abrazo
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