Si
no eres capaz de explicar algo simplemente, quiere decir que no lo has
entendido bien.
Esta
pequeña joya del sentido común hay que atribuírsela a Einstein aunque recuerdo
de mis años de docencia una reflexión si cabe más sabia. Estaba abordando el
desorden monetario en Europa como uno de los factores de rápida propagación de
la crisis de 1929 cuando una de mis alumnas me preguntó, ¿no es demasiado
complejo para ser cierto? A lo que yo le pregunte a mi vez, ¿qué es para ti la
complejidad? Después de un momento, me contesto como si nada, es aquello que
siendo evidente se ha complicado para evitar que se entienda…
Y es
que nos guste o no, la cosa está más clara que la tonsura de un fraile en día
de procesión.
Hay
quien todavía argumenta aquello de pero cómo se puede consentir esto en
democracia. Pero, hombre de Dios, de qué democracia habla si da igual que usted
vote a Marianito o Fredito si al final, las ordenes vienen del mismo sitio. De
hecho, una buena medida de ahorro sería prescindir del gobierno y dejar
trabajar a los funcionarios. Lo ordenado se cumpliría tal como se dicta y nos
ahorraríamos unos cuantos sueldos, parque móvil, gastos de representación y,
sobre todo, esos insoportables soliloquios del presidente de turno. Puestos
hasta podríamos incluir en la medida a la casa real con minúscula.
¿Qué
para cuándo eso de la democracia?
Pues
mire, para cuando a usted se le ocurra porque o lo decidimos nosotros los de a
pie o aquí no se mueve ni una mosca.
También
los hay que recurren a la trampa del chorizo, es que no hay derecho, tanto
sinvergüenza. Mire usted, chorizos, mangantes y demás maleantes los ha habido
toda la vida y si no tire de hemeroteca, incluido El Caso. La diferencia reside
en que nunca antes había existido tal cantidad de corrompidos para tan pocos
corruptores. El asunto no son los Bárcenas, Urdangarines, Bigotes y demás
apandadores si no quienes les acompañaron en el dueto y ahora no quieren salir
a saludar al respetable no vaya a ser que los saquen por la puerta grande. Lo
de los chorizos es pura y simple cortina de humo amigo mío.
Y
qué me dicen de los griegos, los vecinos portugueses y los chipriotas. Pues que
no podía ser de otra forma. ¿Qué tiene en común un finlandés con un
portugués? Ya, ya que son europeos, es
decir que ambos tienen un Zara a la vuelta de la esquina. ¿Y un alemán con un
griego? Pues mire, que el primero le dio por hacer cositas y el segundo tenía
que probar si funcionaban. No sabe usted aquello de la oferta y la demanda o
dicho de otro modo, de qué coño sirve que los alemanes hagan unos coches que
alucinas si no tienen a quien encajárselos. Y además, por aquello de la
economía de escala pues un día se le ocurrió a alguien que por qué no invitar a
la fiesta a los rumanos y compañía. Vamos que esto ha sido un happening en toda
regla, pero, como en toda fiesta, unos acaban bailando con la más guapa y el
resto a pinchar la música.
¿Qué
se va a romper Europa? Tranquilo que eso no lo verán sus ojos. Europa seguirá
pa´lante pero con talante, es decir los unos y los otros, los de arriba y los
de abajo, los de la esquina superior izquierda no saben, no contestan y los de
la derecha ni se enteran. Y además, con el tiempo, volveremos a las mismas
porque hay que colocar los coches, televisores, ordenadores y demás
parafernalia. No le digo más que hasta les está pasando a los chinos que déjelos
correr.
En
fin, querido amigo, un día malo lo tiene cualquiera y mañana amanecerá que no
es poco…
7 comentarios:
Se te nota el cambio de temperatura. Si es que hemos pasado del invierno al verano en un pis pas. :)
Un abrazo.
Si es que ayer tenías que haber estado enel escenario con ese humor fino de la margen izquierda.
Asi es, mientars haya género que colocar no se romperá la baraja que manejan ciertos tahures.
Un abrazo
HOLA FERNANDO
EFECTIVAMENTE!
Recuerdo a mi madre, que siempre iba a votar, pero ante cualquier cambio sin importar el color del mismo, siempre decía:
"que dios nos colla confesados, que estos ainda teñen que encher o bolsillo..." (que dios nos coja confesados, que estos aún tienen que llenarse el bolsillo)
Y aquí estamos, en la ruina de la móneda única... por más que se empeñen los alemanes y adláteres... en decir que no.
Pero como a cada cerdo le llega su San Martín, confiemos en que reviente todo de una vez... ya, ya se, que nosotros seremos los pedazos... pero al menos los que vienen quizás sean capaces de hacerlo mejor que nosotros. Que tampoco habrá que ser premio nobel para mejorar 'esto'
En fin! Cuídate.
Si, mi madre también me lo dice: pero como te pones así, si esto es lo de siempre.
Un abrazo
Lidia
Andaba fuera y no pude leer tu post. Los patios siempre siguen u¡igual, una veces llueve y otras hace sol. Tampoco hace falta que les cuiden mucho. Pero no todo son plantas y piedras . ¿Y las personas? N solo de técnica vive el hombre.
Un abrazo
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