domingo, 22 de noviembre de 2009

LA MALDICIÓN DE LOS INTERMEDIARIOS


La multitudinaria manifestación de agricultores y ganaderos en la capital del reino, pone de nuevo el acento en la maldición de los intermediarios. Pero no se vayan a pensar que la maldición es exclusiva de gentes del campo, tenderos y ferreteros. En términos de política general también se encuentra presente con consecuencias más graves si cabe.
El actual gobierno, que pese a su voluntad izquierdista es conservador por una pura cuestión de genética política, no ha demostrado demasiada creatividad a la hora de enfrentarse a la crisis. Más bien se ha limitado a aplicar el manual keynesiano al pie de la letra. Tan al pie de la letra que ni se ha preocupado de analizar el contexto específico sobre el que tenían que actuar las medidas de intervención.
Dentro del conjunto de ideas keynesianas para conseguir una reactivación a partir del intervencionismo del estado, quizás la más popular sea la denominada “multiplicador keynesiano”. En pocas palabras y con un ejemplo simple: si a usted el gobierno le encarga una obra por la que cobra 100, dedicará una parte de esta cantidad a la inversión el consumo, pongamos un 70%. Esto quiere decir que usted pondrá 70 euros en circulación que recibirá otro. Este destina también su parte, es decir 49 euros a gasto o inversión que recibirá un tercero y así de forma sucesiva, de tal manera que 100 de inversión inicial del estado, acabará generando una espiral superior a los 500. Hasta aquí todo bien, como suele ocurrir en teoría económica.
El gobierno, aplicando fielmente la teoría, que es lo que hace quien la conoce pero no la interioriza, aplica el denominado Plan E, pero los resultados son justo los contrarios a los esperados. ¿Por qué? Sencillo, mete al zorro en el gallinero al permitir que sea el intermediario el gran beneficiado. ¿Quién es el intermediario en este caso? Pues ni más menos que las empresas privadas de cierta entidad. Empresas que ejecutan las obras, cobran, pero dedican los 100, no a potenciar el multiplicador, sino a intentar parchear sus cuentas ya que se trata de las mismas empresas que protagonizaron el ladrillazo de forma directa o indirecta (constructoras, ingenierías, consultoras, montadores, etcétera). Ahí acaba toda la creatividad de un gobierno que se declara defensor a ultranza de los más desfavorecidos. El multiplicador no va a funcionar, como mucho maquillaje de los índices de parados y poca cosa más. Si esto es todo lo que sabe hacer, señor Zapatero, me temo que poco falta para que a usted también le digan aquello de “váyase”.
Lo más gracioso de todo es que usted vive atormentado por esta palabra. ¿Verdad?

3 comentarios:

echar un remiendu dijo...

¿Se considera ésto dentro del concepto de intermediario?:
"España, como país, no pagó a los piratas"

Francisco Caamaño
Ministro de Justicia

Un abrazo.

Caminante dijo...

Buen comentario, muy bueno...
Más bien actuo como intermediario, no?
Cuidate

Anónimo dijo...

Me imagino que no lo has incluido por extensión, pero la banca es otra maldición al anular también los efectos sobre la reactivación del circulante.
Un saludo
Quim

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