lunes, 19 de marzo de 2012

EMPRENDIMIENTO INTERNO, EL CORAZÓN DE LA EMPRESA


El fenómeno del Emprendimiento Interno está penetrando progresivamente en las organizaciones, demostrando que el “sentido común” supera en muchas ocasiones los grandes y complejos diseños de “arquitectura empresarial” en la búsqueda del crecimiento y la generación de valor.

El Emprendimiento Interno, entendido como la capacidad de las personas para detectar problemas y oportunidades generando soluciones creativas que aporten valor, llega tarde y, en consecuencia, produce ciertas turbulencias en el esquema estructural de una organización. Pero, una vez superadas, el nuevo modelo que surge es infinitamente más eficaz y armónico. No podía ser de otra forma hablando del primer escalón del Ciclo de Cambio Estratégico.

Hasta ahora, la tendencia general de las “empresas inquietas” consistía en el despliegue sucesivo o simultáneo de distintas estrategias en relación con los procesos de cambio en sentido general. El único nexo común que presentaban era la voluntad de aprovechar oportunidades y solucionar problemas aprovechando las capacidades internas. Más allá de esto, la coherencia final de este conjunto de acciones era difícil de explicar y por ello, sus resultados finales han sido cuestionables en muchas ocasiones en relación con el nivel de recursos y tiempo invertidos.

De igual forma, estas estrategias parecían estar pensadas para una distribución estratificada de las mismas en relación con la “población de la empresa”. Mientras que estrategias como el kaizen o las políticas de sugerencias parecían estar destinadas a las “clases populares”, la innovación estaba reservada a la “intelligentsia” de la organización mientras que la gestión de la calidad en sus distintas expresiones hacía de puente entre ambos estratos. Todo ello sin olvidar la sospechosa reingeniería de procesos y, menos aún, el I+D+i reservado a sólo unos pocos afortunados. Semejante concepción del cambio estratégico derivaba en procesos de detección, ideación y desarrollo totalmente sesgados en su origen y materialización. Mientras que resultaba extraño que una sugerencia superara los umbrales de los rutinarios procesos productivos o de gestión, los resultados de las prospectivas desarrolladas en términos de innovación casi siempre acababan en diseño de producto, gestión comercial o simplemente en complejos proyectos de investigación y desarrollo. En definitiva, resultaba difícil visualizar una cultura coherente y , menos aún, flujos inter activos que lograran optimizar el conjunto del conocimiento y el talento de las personas de la organización.

La progresiva penetración del Emprendimiento Interno está haciendo aflorar todo este conjunto de solapamientos y contradicciones cuando no ineficacias. De hecho, el reto inicial en todo proyecto de desarrollo de una cultura del Emprendimiento Interno no es tanto conseguir adhesiones a la iniciativa como conseguir apaciguar las suspicacias de los responsables de las distintas áreas protagonistas, hasta ese momento, de la “cultura del cambio”, expresión ambigua y equivoca donde las haya. Sin embargo, este hecho no debe ser considerado como una barrera infranqueable, sino como un proceso de “cambio estratégico” en sí mismo. El Emprendimiento Interno no llega con el objetivo de acabar con las anteriores iniciativas hasta imponerse como la nueva moda dominante. Más bien al contrario, su misión es estructurar, cohesionar y conseguir que todas estas expresiones alcancen su máxima eficacia partiendo de unos presupuestos ineludibles:

A) PROBLEMAS Y OPORTUNIDADES

El Emprendimiento Interno está dirigido a la detección de problemas y oportunidades independientemente de su naturaleza y origen. De nada sirve un buen diseño de producto si los procesos productivos no están optimizados al mismo nivel o si las plataformas logísticas no son las adecuadas.

B) CONCEPCIÓN UNIVERSAL DEL TALENTO

El talento está presente en el conjunto de la organización. No existen grados, tan sólo peldaños en una escalera que es necesario recorrer en su conjunto. En un equipo ganador no pueden existir genios de primera y monosabios de segunda. Si esto ocurre, pronto surgirán perdedores.

C) FLUJOS ESTRATÉGICOS

El Emprendimiento Interno genera una masa crítica, desestructurada desde la perspectiva de la gestión, pero increíblemente potente en su flexibilidad y eficacia para abordar problemas y oportunidades generando soluciones integrales.

D) CULTURA

La innovación o la calidad no tienen la entidad suficiente para convertirse en generadoras de cultura. Surgen como fin y resulta tremendamente complejo argumentar su condición de “actitud compartida”. El Emprendimiento Interno es la expresión de una forma inequívoca de pensar y actuar, es en sí misma una actitud y, en consecuencia, puede generar un fenómeno de cultura organizacional. La innovación o la calidad no son ni peores, ni mejores sino expresiones operativas específicas de un fenómeno anterior.

El Emprendimiento Interno no es una estrategia anticrisis sino una imperiosa necesidad de conseguir ser más eficaces y competitivos a partir de un hecho natural: el talento de las personas.

Si las personas son el alma de la empresa, su talento expresado en términos de emprendimiento es el corazón que la mueve.

13 comentarios:

Astrid Moix dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Astrid Moix dijo...

Perdón, no sé que he hecho que el comentario se ha borrado. Ahí va de nuevo:

Alma, corazón y vida ... Me alegra mucho leer que estás observando cambios positivos y el hecho de que esa tendencia al "emprendimiento interno" no sea fruto de la crisis me hace pensar que será perdurable. Pues bienvenido sea.

Un abrazo,

Caminante dijo...

Hola Astrid
hay que ser positivo!
sí, comienza a cuajar y, sobre todo, comienza a poner cierto orden lógico.
Cuidate

Katy dijo...

"Una imperiosa necesidad de conseguir ser más eficaces y competitivos a partir de un hecho natural: el talento de las personas".
Así ha sido pero hubo una interrupción de años en dónde la técnica y el progreso ocultaron el talento.
A ver si tu profecía surte efecto.
Un abrazo

Javier Rodríguez Albuquerque dijo...

Al final todo redunda en confiar en la gente, dar "alas" y recoger los resultados. Tan fácil y tan difícil a la vez.
Yo que vivo en un entorno de control y falta de confianza ni te cuento.
Un abrazo.

Caminante dijo...

Hola Javi
No desesperes, todo llega...

Caminante dijo...

Como siempre Katy sintética y extrayendo lo esencial. Da gusto.
Cuidate

Liberto Pereda dijo...

Gracias por compartir.

¿Qué pasará en las empresas si no se atreven a abrir el espacio al emprendimiento interno? En mi opinión estarían invitando al talento a 'emigrar' y a buscar otros lugares donde hacerlo, o incluso lanzar su propio proyecto empresarial.

Saludos!

Fernando López dijo...

Confiar en la gente es una de las claves, la auto responsabilidad de éstas, otra. Lo que si es cierto, es que en las empresas hay gente que lo comprende y lo desea y otras que lo que esperan es quedarse como están.

Hay tendrá que estar el esfueroz "en reconvertir" a estas últimas para que crean y desarrollen el talento. Fácil no e, pero hay que intentarlo.
Un abrazo

Caminante dijo...

Hola Liberto
Gracias por la visita y el comentario. Efectivamente, si fallamos en el emprendimiento interno potenciaremos un "emprendimiento externo" nada deseable.
Cuidate

Caminante dijo...

Hola Fernando
Se de buena tinta que eres "optimista" por naturaleza, pero veo que tienes "espinitas" por ahí rondando. Cuando quieras hablamos de cómo reconvertir.
Cuidate

Anónimo dijo...

Hola amigo como siempre interesante artículo.
Un talento sutil y sin embargo eficaz hasta el punto de mover y atraer lo mejor al mundo de la empresa, procede de esa fuerza que como individuos que la componen tenemos. Eso si algunos más que otros...JJJA.
Una ánonima llamada @epalopolis.

Caminante dijo...

Hola Anonima (no tanto)
Gracias por tu visita y siempre acertados comentarios.
Cuidate

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