LIDERAZGO TRASCENDENTAL

El liderazgo es un tema habitual en las publicaciones de carácter económico, seminarios y másteres de escuelas de negocio, ofertas de consultoras de cierto nivel y trasfondo de encuentros empresariales. Sin embargo, tanta preocupación no parece estar generando resultados demasiado positivos. En plena hecatombe financiera afloran personajes que portaban la etiqueta de líderes reputados y resultan ser villanos empedernidos. Cuando la consensos son más necesarios por parte de las autoridades monetarias, reproducimos viejas tácticas individuales de sálvese quien pueda que no habían aflorado con tanta fuerza desde la década de los treinta del siglo pasado. Cuando la Comisión Europea debe demostrar su utilidad y justificar su existencia, nos encontramos con una jaula de grillos presidida por un gestor pasivo. Llegada la hora del liderazgo en cada uno de los estados de la Unión, nos encontramos con aprendices de populistas y prima donas de la escena versallesca. No sólo es que algo está cambiando, sino que también ha llegado el momento de que muchas cosas cambien. En otras palabras, no es el momento de los gestores sino de los líderes. Pero tampoco es el momento de los líderes transaccionales que, al fin y al cabo, son gerencia afinada. Es el momento del liderazgo puro, el liderazgo transformacional: EL LIDERAZGO TRASCENDENTAL. ¿Cómo es el líder trascendental? • Tiene una visión estratégica de futuro y sabe transmitirla • Es un modelo y un ejemplo a seguir • Es un comunicador nato que sabe compartir su visión e inspirar • Es un polo de atracción que concita voluntades • Sabe sacar a la superficie lo mejor de las personas • Se convierte en catalizador del cambio • Es capaz de tomar decisiones en momentos de crisis No quisiera ser demasiado pesimista, pero hoy por hoy el panorama empresarial y político no parece ofrecer demasiadas oportunidades. Pero, con toda seguridad, existen esas personas. ¡Ah! Olvídense de Barack Obama, es un simple aprendiz de brujo.