Ayer me comentaba una buena amiga y ferviente innovadora desde BCN que se acercan malos tiempos para la Innovación en Cataluña por lo que a impulso público se refiere.
Si he de ser sincero, esto era algo que muchos veíamos venir desde hace ya algún tiempo. Aparentemente, la motivación hacia todo lo que fuera gestión del cambio era considerablemente alta si nos atenemos a jornadas, foros y otros eventos de divulgación por parte de las agencias autónomas. Sin embargo, muchos responsables empresariales venían expresando su malestar hacia la realidad final en términos de hechos consumados.
Ahora parece que la administración catalana repliega velas a la espera de mejor bonanza. Es una táctica, no cabe duda. Pero no es evidentemente una estrategia, es decir una alternativa de solución a la situación que vivimos.
Y es una pena realmente porque aunque cualquier territorio, colectivo u organización tiene de partida las mismas capacidades potenciales de innovación, Cataluña evidentemente lo lleva en la sangre. Pero esa riqueza genética de poco sirve si el entorno no se muestra estimulador de unas habilidades congénitas.
Hace ya algunas semanas, se hablaba de la perplejidad catalana por parte de una institución pública. La perplejidad frente a la realidad que muestra una Cataluña agotada y fatalista. Pues bien, no va a ser menor la perplejidad resultante de este camino que ahora se emprende con respecto a las políticas de estimulación de la Innovación Estratégica.
No voy a ser yo quien ponga en duda las altas razones que mueven a este comportamiento. Pero si quisiera señalar a los responsables catalanes en esta materia algunas cosas:
1. En tiempos de crisis el horno no está para bollos, pero algunos van a hacer excelentes panellets: procuren que sea antes del 1 de Noviembre
2. El momento de máximo riesgo es también el momento de máxima oportunidad: asuman el riesgo estratégico que les corresponde
3. El riesgo que se corre es inversamente proporcional a las capacidades que se poseen: no lo duden, el catalán es por naturaleza emprendedor y no tiene un pelo de tonto
4. La tramoya es importante, pero sin actores no deja de ser un escenario inútil: confíen más en su gente, saben hacerlo tan bien o mejor que cualquiera
5. La estimulación libera dinero para invertir en campos empresariales que ofrecen el potencial de generar diferenciación: pasen a la acción sin objeciones
Buenos días y buena suerte
1 comentario:
Los panellets se van a hacer muy lejos de aquí
MT
Publicar un comentario