jueves, 4 de diciembre de 2008
AL HOMBRE MUERTO
Tenemos verdes prados donde la vida discurre tranquila. Nuestros montes no son grandes retos, pero son parte de nuestra alma. Los valles son angostos pero cuajados de vida. Nuestras costas con sus acantilados y bahías, espuma y arena. Nuestra gente es una mezcla de risueña ambición y osada picardía. Es como si alguien hubiera querido construir un lugar para vivir, amar y morir aunque no inesperadamente, sin tiempo para despedirse de tanta belleza.
Dicen que nuestra tierra se llama Euskadi, País Vasco, Vascongadas, Euskal Herria, el Norte…
Dicen que somos euskaldunas, vascos, gentes del Norte…
Pero no somos un pueblo, menos una nación y en forma alguna un país…
No podemos serlo porque no nos reconocemos. Nos miramos y vemos al Otro al tiempo que bajamos la mirada y seguimos hacia delante buscando un sendero que no existe porque nos hemos empeñado en vivir en lo más profundo del bosque, allí donde la luz apenas penetra.
Un viejo dicho del Baztan dice que todo lo que no tiene nombre no existe. Nosotros no lo tenemos.
Quieren que seamos España o Albania. Nos comparan con Irlanda, Canadá o hasta Osetia. Hablan de monstruos y mártires, de gentes honradas y corruptas morales. Los unos nos recuerdan los derechos, los otros los deberes. Y, en el fondo, esta es nuestra coartada.
Ayer murió un buen hombre. Hoy los prados y los valles, los montes y los acantilados lloran su muerte porque a quienes todavía vivimos en esta tierra apenas nos quedan lagrimas.
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4 comentarios:
Buff! No hay palabras
Joaquim
Dolor infinito para un empate infinito.
Hay que reconocer el dolor y el empate. Pero no tenemos que resignarnos al infinito.
Ayer fue un día horroroso. Hoy hay que seguir trabajando y alimentando la esperanza.
Euskal Herria y España si que necesitan romper el modelo estable. Modelo en el que están muy agusto los unos y los otros.
Joxan O.
La violencia siempre es una falta de inteligencia llevada a sus máximos extremos.
Efectivamente Joaquim, una vez más: no hay palabras.
PL
Todavía os duele, todavía hay salida
Gloria
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