lunes, 8 de diciembre de 2008
LA CRISIS LLEGA AL MERCADO DE LA DROGA
Hoy, mientras cumplía con ese extraño rito diario que es afeitarse, escuchaba en un noticiario que el mercado de la droga en su variante del minoreo también está notando los efectos de la crisis y la falta de liquidez de sus clientes. La estrategia adoptada no resulta innovadora, más bien puede clasificarse de rutina chapucera incrementada, es decir adulterar un poco más el producto para compensar la bajada de las ventas.
Evidentemente es una reacción, chapucera y rutinaria, pero una reacción. Pero dándole vueltas mientras me aplicaba la loción hidratante, la chapuza encierra ciertas contradicciones que Paco el Economista Camuflado no acabaría de comprender.
Si bajan las ventas, se supone que hay que generar estímulos. Ofrecer un producto de más baja calidad no es precisamente atractivo.
Si se produce una situación de sobreproducción por descenso de la demanda, se supone que habría que recurrir a EREs en las localizaciones de origen. Incrementar la masa de producto circulante por adulteración resulta cuando menos contradictorio.
Si se entra en una situación de estancamiento del consumo, el primer afectado es la red comercial de distribución. En este caso, fuentes policiales informan del incremento de los camellos, es decir los vendedores.
Lo único que me queda por ver es a una delegación de los carteles productores suplicar a la Reserva Federal una partidita de 200 o 300 mil millones de ayuda.
En fin, me enfundo mi tres cuartos y me voy.
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