No estoy en condiciones de asegurar que el despliegue del famoso carnet por puntos haya sido una innovación en el pleno sentido de la palabra. Creo que, en todo caso, lo llamaría ajuste y de naturaleza más bien punitiva.
Podría haber sido una innovación, si en lugar de limitarse a recrear otras experiencias europeas similares, hubieran establecido las dos caras de una misma moneda. Es decir, no establecer solamente medidas punitivas sino también crear reconocimientos para quienes lejos de cometer infracciones, respetan y cumplen las normas.
Me temo que don Pere Navarro Olivella necesita que alguien le regale un manual introductorio a la negociación y otro de Inteligencia Emocional. Hasta entonces, le voy a contar una anécdota que me ocurrió hace ya algunos años mientras trabajaba en un proyecto de desarrollo tecnológico en una conocida corporación.
El caso es que una de las conversaciones más repetidas en la sala de café del staff directivo era la referente a la imposibilidad de contactar con las personas cuando recibían llamadas externas. La operadora se encontraba las líneas continuamente ocupadas y un rastreo superficial parecía demostrar que era el gran número de llamadas personales lo que provocaba el problema. Por supuesto, las alternativas que se barajaban eran todas de carácter coercitivo o, en el mejor de los casos, de vigilancia sistemática. Evidentemente, la puesta en marcha de estas medidas iba a suponer una inversión extra no demasiado justificable y, por supuesto, un costo emocional en las personas con consecuencias negativas.
Aprovechando una de estas conversaciones cafeteras, me ofrecí a ayudar en el problema y después de ser aceptado el ofrecimiento, me puse a la tarea que conseguí solucionar en dos días. La ruta de trabajo fue sencilla:
· ¿Disponían las personas de la corporación de un teléfono móvil de empresa? Por supuesto, pero limitado en lo referente a llamadas externas, sólo recepción.
· ¿Podía llegarse a un acuerdo con la operadora para un plan especial que cubriera dos números frecuentes en cada teléfono móvil con una tarifa rozando el ridículo? Por supuesto, la operadora se mostró muy dispuesta.
· ¿Podía disponer de unos diez minutos para poder reunirme con el grueso de la plantilla con el fin de lanzar un mensaje de buenas prácticas colectivas? Por supuesto, no hubo problema y la reunión se realizó de forma inmediata.
Los resultados fueron casi inmediatos. No solamente se acabo con el colapso de la centralita, sino que el consumo total se redujo considerablemente. Y, por supuesto, las personas recompensaron la confianza depositada haciendo un uso más racional de las comunicaciones personales.
Y es que, el compromiso colectivo basado en la libertad responsable acaba siendo más barato que la coerción y el control.
Don Pere Navarro Olivella todavía está a tiempo de ser un innovador, pero es importante que confiara un poco más en la buena voluntad de un buen número de conductores españoles.
2 comentarios:
Me temo que el Sr. Navarro parte de la suposición de que todos los conductores somos infractores en potencia, así que...no le veo con instintos innovadores.
Creo que el Sr. Rubalcaba va a tener el detalle de "regalar" algunos puntos a los conducores ejemplares. Es decir, más estado paternalista.
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