Vivimos tiempos de miedo e incertidumbre, momentos en los escasean las apuestas de futuro. Volvemos a las viejas recetas: reestructuración, regulación, contención, reducción.
Existen múltiples factores de naturaleza material que explican por sí solos la actual situación, así como el tiempo que costará recobrar la normalidad. Pero, por encima de todos ellos, planea una cuestión estrictamente emocional: MIEDO.
El miedo es libre. Esta es una frase muy utilizada en mi tierra, un lugar donde muchos tienen la certeza del miedo fatal y otros perciben el miedo ocasional que el azar les puede deparar. En ambos casos, es un miedo a la muerte, al fin de una vida.
Sin embargo, este nuevo miedo es incertidumbre que acaba por devenir en temor. Pero, no nos engañemos, no es miedo al futuro, sino temor a perder el presente que, de hecho, ya es pasado inmediato. Los humanos no tenemos aversión al riesgo, de hecho lo hemos asumido de forma continuada desde los primeros tiempos en las sabanas africanas. Nuestro miedo es a la perdida.
Todo el mundo comprende que el cinturón de seguridad puede llegar a salvar muchas vidas en caso de accidente. Pero mientras fue aconsejable, una gran mayoría de los conductores optaban por el riesgo de no utilizarlo. Sólo cuando se estableció la sanción económica y después de puntos, el riesgo dejó de asumirse, no por miedo a la muerte, sino por la pérdida que pudiera suponer la sanción.
Algunos temen perder sus puestos de trabajo, otros su estatus. Hay quienes temen perder su prestigio o la frágil imagen que han proyectado durante años. Muchos temen perder los sueños de toda una vida, aquello por lo que se han esforzado día a día. Todos tenemos algo que perder. Pero quizás debiéramos recordar que para poder perderlo hay que saber ganarlo. Si lo hemos hecho una vez, podremos volver a hacerlo.
No, no es una cuestión de psicología de salón, en todo caso de Psicología de la Incertidumbre. Los cambios en el entorno, si no encajan con nuestras previsiones, producen inquietud que, una vez generalizada, se traduce en incertidumbre, es decir miedo a la perdida. Pero esa incertidumbre puede convertirse en oportunidad de futuro.
Efectivamente, todo es cuestión de enfoque.
2 comentarios:
Es una interpretación sencilla, pero profunda.
Efectivamente, en los últimos años, hemos ganado muchas cosas que ahora tememos que desaparezcan. El proteccionismo - por llamarlo de alguna manera por desviación profesional- es la táctica más recurrida.
Pero estoy totalmente de acuerdo, necesitamos PARAR - REFLEXIONAR Y VARIAR EL ENFOQUE.
Pedro Luis
Si es una cuestión de enfoque..¿Cómo lo están enfocando los gobiernos?
Me temo que como miedo a la perdida
BF
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