domingo, 4 de octubre de 2009

PERDIDOS


Me van a permitir un breve interludio en mi serie de post sobre el Mito de la Innovación, pero los ataques contra el sentido común siempre me han provocado un sentimiento de indignación difícil de resistir.
Imaginen un grupo de todo terrenos que circulan por pistas de tierra y arena batida alternadas con senderos de fresca hierba. Todos los vehículos se mueven sin dificultad equipados con neumáticos apropiados para la ocasión.
Imaginen ahora a ese mismo grupo transportado repentinamente a un paisaje alpino repleto de pistas de guijarros, hielo y nieve. Las condiciones han cambiado y los conductores, aunque a regañadientes, se resignan a cambiar sus neumáticos por unos más apropiados a las nuevas condiciones del terreno. Todos, menos uno que insiste en continuar con la combinación anterior. Argumenta que le ha ido bien hasta ahora y que pronto volverán a las antiguas condiciones por lo que sería absurdo ese cambio estructural. Además, no está dispuesto a pedir a sus pasajeros que abandonen el confortable interior para mancharse las manos con el barro y la nieve. Tienen derecho al calor del habitáculo y, además, no está dispuesto a perder la buena opinión que sus pasajeros tienen de él, vaya usted a saber si deciden cambiar de conductor.
Sí, no se han equivocado, ese todo terreno singular es la economía española, el conductor no es otro que nuestro gobierno con su presidente a la cabeza y los pasajeros son “los menos favorecidos”.
De partida, nuestro gobierno está convencido, aunque no lo confiese más en que en sus círculos más íntimos, de que está no es una crisis que España se haya buscado o provocado. Se ha visto arrastrada a ella por culpa de otros y estos deben ser quienes muevan ficha para salir de ella. Nuestra misión es resistir, resistir y resistir hasta que los demás encuentren una salida y, de paso, nos arrastren con ellos. Hasta entonces, la consigna es no mover un dedo y, a ser posible, verse mínimamente erosionados en su prestigio, sobre todo en su aspecto social y justiciero. Si además la oposición se encuentra también paralizada en sus ideas y se le endosa algún que otro escándalo, pues miel sobre hojuelas. La clave está en aguantar el empleo, las rentas y la demanda aunque en el empeño haya que gastar más dinero que en una boda.
No importa que el ex director del FMI, Rodrigo Rato, recordara hace unos días que “la economía se ajusta siempre vía productividad o vía empleo. Pero se ajustan porque las empresas necesitan ganar competitividad”. No importa que, de igual forma, el Pepito Grillo del BE, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, haya confirmado que el 85% de las medidas estructurales que necesita nuestra economía están basadas en un reforma laboral profunda. El conductor insiste en no cambiar los neumáticos.
Nadie duda que el grupo de todo terreno vuelva a surcar dulces pistas de arena junta a alguna playa paradisiaca libre de ladrillazos zafios y torticeros. Pero lo que no parece darse cuenta el gobierno es que nosotros continuaremos atascados en algún perdido collado alpino, aburridos de tanto escuchar las mismas arengas sociales y justicieras.

2 comentarios:

ando dijo...

hello, i hope you can posting in english..

Anónimo dijo...

aunque por mis ideas me resulte difícil admitirlo, no hay duda, la reforma laboral es una de las condiciones para salir de esta, así como afrontar la necesidad de un cambio estructural que nos permita ser autenticamente competitivos.
Un saludo
Quim

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