viernes, 30 de octubre de 2009

EL MISTERIO DE LAS MOCHILAS


Quizás una de las mayores paradojas actuales en relación con el proceso de enseñanza – aprendizaje es la coexistencia de dos fondos cognitivos en el alumno: uno de tipo virtual, basado en los aprendizajes desarrollados en el ámbito educativo y otro de tipo real, basado en los aprendizajes propios, fruto de la interacción con el entorno.
Es lo que podríamos llamar el Principio de las Dos Mochilas. Nuestros jóvenes acuden cada día al aula con su mochila real, repleta de contenidos conceptuales, actitudinales y, sobre todo, procedimentales de factura propia. Al llegar a la puerta del aula, cuelgan su mochila real y cogen la mochila virtual, aquella que contiene todos los aprendizajes propuestos en el aula. Al concluir la jornada, el intercambio se produce de nuevo. La mochila virtual queda colgada hasta el día siguiente y marchan con su mochila real, aquella que contiene todo lo que aparentemente necesitan para desenvolverse en su entorno cotidiano.
En definitiva, el alumno parece vivir en dos mundos que se rigen por distintos principios. El mundo real que aflora de puertas hacia fuera del aula y el mundo virtual que tan sólo existe de puertas hacia dentro.
Quizás en esta paradoja radica uno de los mayores fracasos de la escuela hoy en día: la imposibilidad de transferir el conocimiento académico a la realidad del entorno cotidiano.
Y quizás también esta paradoja explique en gran medida la baja disponibilidad del alumno hacia los aprendizajes que el sistema le requiere. El alumno prefiere los contenidos de su mochila real porque le resultan operativos y eficaces. Poco importa que, desde nuestro punto de vista, muchos de esos contenidos sean preconceptos, entendidos como erróneos ya que, en el sentido amplio de la palabra, lo son sin duda alguna.
Esta dependencia del alumno hacia su mochila real puede explicar que, pese a haber realizado aprendizajes correctos de procedimientos matemáticos, llegue a utilizar la cuenta de la abuela en situaciones cotidianas. O bien que recurra a explicaciones poco menos que animistas, pese a sus conocimientos académicos de Física. Incluso cuando ha de escribir una carta parece enfrentarse a la situación como si jamás hubiera oído hablar de tipología textual. Pero hay una evidencia aplastante: prefiere el conocimiento tácito al académico porque este le resulta tremendamente útil y, en consecuencia real.
En un momento en que se habla de la necesidad de grandes cambios estructurales a todos los niveles, la Educación no puede quedar al margen. Pero quizás uno de sus grandes retos innovadores debiera ser:
“CONSEGUIR QUE EL CONOCIMIENTO ACADÉMICO NO SOLAMENTE FUERA CIERTO, SINO TAMBIÉN ÚTIL Y REAL”
"El trabajo del maestro no consiste tanto en
enseñar todo lo aprendible, como en producir en el
alumno amor y estima por el conocimiento".
John Locke (1632-1704)

1 comentario:

Xabin dijo...

En cierta ocasión, estabamos reunidos en un gran auditorio profesores y personal del mundo educativo con una experta pedagoga. La pedagoga nos lanzó una pregunta: ¿Qué es lo que ustedes considerán un saber práctico para la vida cotidiana?. Algunos de los asistentes se fueron levantando y respondiendo uno a uno a la cuestión: "saber conducir"; "saber utilizar los electrodomésticos", etc..Una vez finalizada las intervenciones de los participantes, la experta concluyó con la siguiente afirmación: "¿Se dan cuenta de que nada de lo que han dicho lo han aprendido en la escuela?". Demoledor pero real.

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...