TRICHET O EL PATAN IGNORANTE

La aversión al riesgo es parte de los modelos económicos modernos, pero poco o nada tiene que ver con la condición humana. El miedo no nace del riesgo sino de las posibles pérdidas que puede conllevar una situación. Kahneman y Tversky, los dos grandes teóricos de la Psicología de la Incertidumbre, lo definen perfectamente:

LAS PERDIDAS SON PERCIBIDAS SIEMPRE COMO MAYORES QUE LAS GANANCIAS

Este principio explica muchos comportamientos económicos. La gente con ahorros limitados, pero vitales para su futuro, prefiere invertirlos en Deuda Pública que en operaciones de Bolsa. La explicación no es la aversión al riesgo, sino el miedo a la perdida.

Cuando numerosos comerciantes consideraron la posibilidad de cargar una cantidad extra al producto que se adquiriera con tarjeta de crédito para compensar las comisiones a pagar a las entidades emisoras, estas recomendaron que la diferencia de precio debiera presentarse al cliente como “descuento por pago en efectivo” en lugar de “cargo por uso de tarjeta de crédito”. Consciente o inconscientemente, las entidades emisoras aplicaron la psicología de la incertidumbre.

En definitiva, la incertidumbre es percibida siempre como anuncio de una posible perdida, no como aversión natural al riesgo. Tendemos a mirar al pasado antes que atrevernos a aventurarnos en el futuro.

La actual situación económica está pasando a ser una situación psicológica basada en el miedo a la perdida. Los medios de comunicación agravan la situación diariamente en su afán de vender la noticia y, hasta cierto punto, es comprensible desde su óptica de negocio: hasta un periódico conservador como ABC es irremediablemente sensacionalista. Pero existen otras conductas no justificadas y, en consecuencia, irresponsables como es el caso de Jean – Claude Trichet, presidente de Banco Central Europeo. Trichet sabrá mucho de estructura financiera y macroeconomía, pero es un autentico ignorante en términos de Psicología y de conocimiento de la condición humana. Sólo un patán ignorante se permitiría el lujo de avivar el fuego del miedo con el anuncio de posibles nuevas subidas del precio del dinero. Pero a Trichet no se le paga para ser un ignorante, sino todo lo contrario.

Es difícil sortear un camino plagado de obstáculos, pero cuando tu estado emocional no es el adecuado, se vuelve una tarea imposible. No vivimos buenos tiempos, nadie lo niega, pero ensombrecer aun más el futuro no es la solución. La auténtica responsabilidad pasa por gestionar adecuadamente la incertidumbre como primera medida de recuperación. Intentar escapar de las responsabilidades y evitar enfrentarse al problema, acaba convirtiéndolo en una molestia interminable. El presidente del Banco Europeo se está mostrando como todo un erudito en el fácil arte del escapismo.

Sr. Trichet háganos un favor: empiece a ganarse su sueldo o vuelva a su casa y dedíquese al cultivo del esparrago.