Cuando estalló la burbuja tecnológica, Apple desplegó su particular estrategia ente la crisis que se desencadenaba:
· Reclutar talentos supone una gran inversión, hacer que interioricen el alma de la organización representa un gran esfuerzo, despedirlos es un despilfarro. La conclusión es evidente: NO A LOS DESPIDOS.
· Las crisis, como todo en esta vida, van y vienen y los buenos tiempos también. Pero el truco no consiste en quedarse en casa mientras el temporal arrecia y presentarse en la línea de salida cuando brille el sol de nuevo. Cuando acabará la crisis, había que llevar dos vueltas de ventaja. La conclusión es evidente: REFORZAR LA INVERSIÓN EN I+D.
· Las crisis anuncian la desaparición de modelos estables, tácticas y rutinas. Malvivir con ellas durante la tormenta es una mala estrategia. Destacar exploradores que busquen nuevos lugares libres de oscuros nubarrones es un riesgo asumible. La conclusión es evidente: INTENSIFICAR LA CREATIVIDAD Y LA INNOVACIÓN.
¿Qué hará en esta ocasión Apple?
Steve Jobs acaba de resolver la duda: HAREMOS EXACTAMENTE LO MISMO.
Esa es la diferencia entre la grandeza de una organización como Apple y el oportunismo de otros.
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