martes, 3 de marzo de 2009

CAMBIO VERSUS INNOVACIÓN


La magia de las palabras permite convertir un paisaje hostil en algo sublime o transformar la indiferencia en misticismo. Esta es la virtud del escritor creativo como fue el caso del llorado Cabrera Infante, uno de mis preferidos con sus Tres tristes tigres que acostumbro a releer con frecuencia. Una pequeña joya cuya lectura les recomiendo encarecidamente si quieren esbozar una sonrisa y mantener el optimismo en estos tiempos que corren.
Pero esta magia también puede conducir a la confusión que vacía de sentido al lenguaje. Algo de esto ocurre con el uso indiscriminado del término “cambio” y las frecuentes relaciones que se establecen con un fenómeno denominado “innovación”. No hablamos de una transformación léxico - semántica que atestigua la naturaleza viva de las palabras, sino más bien de una relación forzada por tecnicismos incomprensibles.
Asociar inevitablemente el cambio con progreso, avance, mejora o cualquier otro término que justifique la bondad del suceso es una interpretación casi siempre intencionada en el ámbito de la política, bondadosa en términos sociales y retrograda desde una perspectiva económica.
El término cambio significa, como en sí mismo indica, cambiar y cambiar significa convertir o mudar algo en otra cosa, frecuentemente su contraria. En otras palabras, asimilar el cambio con progreso o avance es tan absurdo como afirmar que todos los vascos son terroristas. ¿Qué me dicen del Cambio Climático?
El cambio no es garantía de nada y sino que se lo digan a los alemanes que vivieron la llegada del Cambio en 1933. El cambio no es otra cosa que una modificación de las condiciones. Sus consecuencias finales dependerán de nuestra actitud ante la nueva situación generada. Es lo que denominamos Gestión del Cambio, algo muy alejado del término cambio en sí mismo.
Tómenos como ejemplo el caso de Euskadi y su situación como resultado de las últimas elecciones autonómicas. ¿Va a producirse un cambio? ¿Es garantía de progreso? No hay respuesta, de momento. Todo dependerá de la Gestión del Cambio. El cambio puede acabar en simple sucesión, momentáneo desconcierto nacionalista o bien inicio de identificación de un problema y planteamiento de posible solución. El cambio, en sí mismo, no significa nada, es una interrogante y un desafío al mismo tiempo.
Una adecuada Gestión del Cambio conduce a algo que denominamos Innovación, término que sí puede relacionarse con avance y progreso. Porque la Innovación es fruto de la Inteligencia Creativa y Estratégica y las buenas acciones creativas son aquellas que resultan útiles, es decir que resuelven las situaciones problemáticas planteadas por el cambio.
No se olviden de leer a Cabrera Infante y sus Tres Tristes Tigres, un ejemplo de creatividad y magia.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Un poco técnico, pero no por ello menos exacto. Los términos, su significado y su uso son fundamentales en algo tan etereo de explicar comola necesidad de la Innovación y es cierto que utilizamos la palabra CAMBIO con una alegria excesiva.
PL

Anónimo dijo...

Me parece muy interesante la diferencia que planteas. Explicaría perfectamente el concepto de oportunidad a partir de un problema. ¿Podrías abundar un poco más en esto último?
Me parece muy útil y sugerente tu blog. Lo sigo asiduamente.
Julio Warstein

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