martes, 31 de marzo de 2009

MEJOR NO ME MIRE A LA CARA


Tengo a Pedro Solbes por un hombre razonable y razonado aunque en algunas ocasiones no le acompañe su imagen. De hecho, no se la razón, pero cuando le veo, siempre me recuerda a un viejo beagle, aparentemente inmutable, pero activo, preocupado, pero ocupado. Sin embargo, no acabo de entender su repentina afición por jugar al gato y al ratón, aunque también es cierto que su jefe ya ni juega. Y es que intentar vender un jamelgo como si fuera un Cuarto de Milla es un ejercicio más que dudoso para un hombre de su talante. Ni los precios caen porque lo haga el precio del crudo, ni asistimos a un concurso semántico cuando insiste en calificar a una situación de deflación como inflación negativa.
Si en estas andamos, no es de extrañar que comencemos a poner cara de póker cuando le oímos insistir una y otra vez en la solida posición del sistema financiero español. Y, más aún, cuando acaba de comenzar el baile aunque sea con un cojo que ya se veía venir como es el caso de Caja Castilla La Mancha (CCM). Es la primera pieza, pero no será la última. El sector está atravesando graves dificultades por mucho que se empeñen algunos en hacernos creer lo contrario. La situación no ha llegado a ser dramática gracias a las normas regulatorias del Banco de España. Pero las inversiones mal calculadas y la ausencia de una adecuada gestión del riesgo estratégico van a pasar factura a otros no tan cojos como la CCM, pero con bastante retranca. Las intervenciones y las fusiones por problemas de liquidez van a ser inevitables y está claro que quienes van a salir perdiendo son los pezqueñines y no los grandes tiburones blancos del sector. El problema del capital regulatorio va a repetirse en breve y los candidatos ya tienen nombre por mucho que se empeñen en disfrazar la cuestión en un intento de evitar la fuga de capital por pánico del españolito de a pie. El pánico se trata con información que genere conocimiento cierto y no con mentiras piadosas de convento.
Lo más gracioso de todo esta tragicomedia del CCM es el aire de vendetta espontanea que se percibe. Y es que, una vez más, la realidad ha superado a la ficción por mucho que lo intente Almodóvar.

Me imagino que a estas alturas ya sabrán ustedes que el presidente de la caja en cuestión es Pedro Hernández Moltó, destituido fulminantemente por si las moscas y, sobre todo, por su nefasta gestión. Quizás lo que no sepan algunos es que el personaje en cuestión es ex – diputado socialista y fue nada menos que portavoz del partido en la Comisión de Economía del Congreso en los noventa. Ya apuntaba maneras entonces y no era un secreto que el acta de diputado se le quedaba pequeña. Maneras duras y hasta de una crueldad gratuita que acabaron plasmándose en aquel “Míreme a la cara” que le concedió un minuto de gloria. Por si no lo recuerdan, el interfecto bramó aquello de “Señor Rubio, ¡míreme a la cara! ¡De frente! Me recuerda, no?” a un Mariano Rubio atrapado en su debilidad por las “inversiones bien documentadas”. El Gobernador del Banco de España era culpable, nadie lo pone en duda. Pero las formas y maneras fueron exageradamente gratuitas. Sobre todo, viniendo de un individuo que, pese a ser profesor de estructura económica, no le llega ni a la suela del zapato al señor Mariano. Y es que su gestión al frente de CCM no ha sido mala, solamente bochornosa. Aunque tampoco se podía esperar menos de un personaje de este perfil, carne de cañón de la Verbena del Ladrillo y de otras aventuras industriales de dudoso futuro. Ahora, quince años después, el Banco de España en la persona de Miguel Ángel Fernández Ordóñez ha cumplido su vendetta con un “Señor Hernández, ¡no me mire a la cara! No quiero saber nada de usted.”

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me temo que le van a mirar a la cara y mucho en su comparecencia aunque de algo valdrá la militancia, claro.

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