lunes, 2 de febrero de 2009

ES LA HORA


Siempre me he considerado un keynesiano por educación y un fiel seguidor de Galbraith por convicción moral y por haber tenido la oportunidad de estar cercano a su persona. Siempre me han espantado los arrebatos de Friedman y sus alegatos en defensa de ese anarquismo perverso que esconde el capitalismo. Pero dudo que ni unos, ni otros tengan la clave mágica para superar la crisis, recesión, deflación o lo qué demonios nos espere en el futuro cercano. Tampoco es previsible que una persona o grupo este desarrollando en estos momentos un modelo práctico para solucionar la situación.
La tendencia dominante es esperar y confiar. Esperar que todo pase y confiar en que el ciclo se reinicie de nuevo como ha ocurrido en ocasiones anteriores. Mientras tanto, nuestros esfuerzos están concentrados en tratar de adivinar cuándo saldremos del valle para iniciar la remontada. Mientras tanto, algunos tratan de establecer paralelismos con situaciones anteriores que no es otra cosa que recurrir a esa vieja táctica humana de la analogía como pócima reconfortante. En esta línea, el paralelismo más recurrido es el de la Gran Depresión aunque es un ejercicio condenado al fracaso, salvo por las consecuencias sociales que se puedan derivar. Y aún esto resulta dudoso porque la gobernanza y los tiempos no harán imposible el sufrimiento, pero al menos será distinto.
Pero algo que no estamos haciendo es visualizar la situación como un problema desde el mismo momento que insistimos en aplicar viejas soluciones. Nuestra percepción, lejos de ser la de un problema, es la de una molestia rotunda que alguien deberá solucionar cuanto antes para reemprender esa carrera de éxito total hacia la nada.
Resulta curioso que quienes se han llenado la boca con la palabra innovación en los últimos años sean tan reacios a admitir que estamos ante una situación totalmente nueva que exige nuevas respuestas que nos deberán conducir a nuevas realidades. Ni peores, ni mejores, simplemente distintas. Porque si hacemos lo de siempre, llegaremos donde siempre que es justamente lo que debemos superar.
¿Es la Innovación entonces un fiasco? Nada más lejos de la realidad. Quizás estemos siendo testigos del momento más creativo e innovador de nuestra historia. Nunca antes tantas personas habían estado centradas en la búsqueda de Progreso. Pero todas ellas son ajenas a los círculos de poder y decisión con lo que este esfuerzo encuentra pocas vías para resultar rentable en lo que a soluciones a la crisis se refiere. Quizás la apatía y el inmovilismo fatalista de Davos haya sido el último ejemplo más reciente de todo ello.
¿Qué estamos haciendo? No hay que esforzarse mucho en el análisis para visualizar cataplasmas y parches que hagan menos dramática la espera, no de Godot, sino de la vuelta a esa normalidad que nos acabará conduciendo a una nueva crisis a medio plazo porque eso es lo que debe ocurrir según las sagradas escrituras del sistema de ideas, valores e intereses.
Inyectamos dinero en vena para potenciar la obra pública que haga más soportable el desempleo, generar solvencia a unas entidades financieras que algunos confunden con ONGs, desarrollar medidas de contención social que esconden ocultos cálculos políticos, negar la mayor, pasar a pequeña, esconderse en los pares para ver si pillamos en juego.
Pero lo cierto es que hay poco más. Ni contamos con cabezas privilegiadas que hayan dado muestras de saber hacer otra cosa que hacer proyecciones, predicciones y tauromaquia. Ni contamos con líderes solventes y trascendentales que hayan superado la etapa de la oratoria y el buen talante. Ni tan siquiera contamos con la suficiente mala leche ciudadana que ayude a la reacción. Hasta en esto nos hemos vuelto conformistas.
No lo duden, es la hora de la creatividad y la innovación, pero sólo algunos son los llamados a esta cita.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Es una perspectiva esperanzadora aunque no lo parezca.
Efectivamente, no estamos haciendo otra cosa que intentar volver al pasado y a su seguridad. No hay mirada al futuro. Pero es la única opción.
Enhorabuena, una vez más, por tu artículo.
PL

bernardo dijo...

Enhorabuena

la verdad que es dificil encontrar mejores palabras para describir lo que muchos pensamos

bl

Anónimo dijo...

Efectivamente, aunque no se quiera admitir, estamos actuando conforme a los parámetros keynesianos. No es que estos sean equivocados, simplemente pertenecen a otro momento y situación como bien apuntas. De momento, no hay percepción de futuro.
Joaquim

Anónimo dijo...

Los nuevos modelos habrán de surgir de un conjunto de experiencias, muchas de ellas surgidas en la iniciativa privada y anonima,alentadas por expertos privados y anonimos también.
Y. Innovación que es tu empresa Jose Luis es una de ellas. Quienes hemos trabajado contigo, sabemos que es un valor seguro de cambio.
Adelante!
Walter

Anónimo dijo...

Magistral!
Glory

Anónimo dijo...

La esperanza es que necesariamente las cosas no van a volver a su cauce en el futuro por lo que, tarde o temprano, la innovación en las ideas, paradigmas y personas será un hecho.
Jacinto

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