miércoles, 25 de febrero de 2009
TOCA A 625 EUROS POR BARBA
El ingenio no tiene límite y si se combina con humor y unas gotitas de mala leche, pues la combinación resulta perfecta.
Todo esto viene a cuento de uno de esos mails que recibes a primeras horas de la mañana por parte de los amigos con alguna gracia adjunta. En concreto, esta mañana me llegaba uno ciertamente ingenioso ya que el autor en cuestión se había tomado la molestia de hacer una serie de cálculos con las cantidades aportadas por el Gobierno para ayudar a las instituciones financieras. Y, fíjense ustedes, que el resultado no deja de ser curioso ya que teóricamente y sólo teóricamente, no se vayan a emocionar, nos correspondería a cada ciudadano 625 euros y 27 céntimos si se hubiera procedido a repartir entre el conjunto de la población. Y todo ello, sin necesidad de no ser autónomo atormentado o padre o madre de un recién nacido.
¿Qué haría usted con ese pico?
Sí, ya, ya sé que no da para muchas alegrías, pero si nos coordináramos en el gasto podríamos arreglarles el año a los Hosteleros o al Gremio de Fabricantes de Bicicletas o a la Asociación de Fabricantes de Alpargatas. Incluso, hasta podríamos obrar el milagro de reactivar el consumo. Quizás pudiéramos asociarnos y fundar el Banco de Ciudadanos Desesperados y del Espíritu Santo y turnarnos en la presidencia diariamente para tener algo de lo que presumir en la vida. También se me ocurre que podríamos donar la mitad de todas esas cantidades y acabar de un plumazo con el hambre en África, demostrando así que no es tan difícil como parece. También podríamos invertirlo en investigación y descubrir las propiedades energéticas de la castaña extremeña, acabando así con el monopolio de pequeño Putin. Puestos a ser generosos, podríamos disfrazarnos de macarras de traje, peloenlanucacaracolillero, porsche Cayenne negrito que reluce y dedicarnos a untar a los concejales de urbanismo.
En fin, podríamos hacer tantas cosas como sueños tenemos cuando llega el sorteo de Navidad. Pero bajen de la nube. Es una cuestión de urgencia nacional y debemos acudir prestos al rescate de nuestros bancos para que puedan reanudar su negocio que, por si no lo sabían, somos nosotros. Sí, ya sé que alguien me acusará de simplista y elemental. Pero, en el fondo, en la simpleza siempre hay algo de verdad.
Dulces sueños.
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2 comentarios:
Mi parte se la dono al Pocero que me da mucha penita.
Glory
Como se enteren los franceses, se nacionalizan
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