miércoles, 11 de febrero de 2009

NADIE TRABAJA POR NADA (ESTRATEGIAS PARA DESPUÉS DE LA CRISIS - 3)


Nadie trabaja por nada, pero no lo hace sólo necesariamente por dinero.
Así cerrábamos el último post de Estrategias para después de la crisis. Y ciertamente es una frase con mucho trasfondo a la hora de analizarla en el contexto de cada organización.
El dinero no lo es todo, pero sí una parte importante de nuestras posibles motivaciones laborales. Hay que pagar la hipoteca, la carnicería, los colegios y una lista interminable de facturas que nos dejan la cuenta pelada a fin de mes, pero que permiten mantener la actividad económica en niveles razonables. Sin embargo, vivir para trabajar y trabajar para ganar dinero es un proyecto personal cercano a la inmolación emocional. Para cuando uno se quiere dar cuenta, está viviendo de los ahorros y cobrando una ridícula jubilación mientras se pasa el día viendo trabajar a otros para acabar desapareciendo silenciosamente después de un triste funeral.
Debiera ser obligada una pregunta en la empresa: ¿Por qué trabaja la gente aquí? Las respuestas que obtendríamos constituirían un material precioso para futuras reflexiones estratégicas. Pero también serviría como indicador de la capacidad de reacción de las personas ante una situación crítica.
En definitiva, a la hora de proponernos estrategias para después de la crisis debemos asegurarnos de la existencia de un compromiso individual y colectivo con el reto que vamos a afrontar. Nadie pone en duda que existen grandes jefes, jefes, jefecillos, personal cualificado, trabajadores y becarios. Cada uno de ellos con sus sueldos, obligaciones, prebendas y motivaciones personales para conseguir levantarse de la cama cada amanecer. Pero en situaciones críticas, sólo es posible perseguir oportunidades a partir de un compromiso general.
¿Cómo no hacerlo?
Los gerentes y burócratas de la empresa siempre recurren a la misma táctica: plantear los para qué acompañados de una melodramática descripción de la apocaliptica situación que se vive.
¿Cómo hacerlo?
No se preocupen por los para qué. En algún momento se formularan sin mayor misterio ni complejidad. Su objetivo es encontrar los por qué.
¿Qué entendemos por los por qué?
Ni más ni menos que BENEFICIOS y, como ya hemos insistido, no necesariamente monetarios. Beneficios de todo tipo y para todas las personas involucradas. En sí misma, la búsqueda de beneficios ya puede constituir un valor añadido para la empresa desde el mismo momento que modificará las relaciones de cada individuo con sus iguales y sus desiguales, así como con ese ente abstracto que es la empresa en sí misma. Las empresas que están afrontando la situación con mayores garantías de éxito en este momento, son aquellas que se caracterizan por su coherencia y su cohesión emocional, traducidas en la posibilidad de generar retos de futuro inmediatamente asumibles.
Recurrir al palo y la zanahoria no tiene sentido, ni futuro. Anunciar que debemos trabajar más por menos si no queremos pasar a engrosar las listas de parados es una táctica capitalista – marxista – maoísta que pertenece al pasado.
¿Qué beneficios podemos obtener con nuestro esfuerzo en construir y desarrollar escenarios de futuro?
Esa es la primera pregunta que debemos responder.
Todo lo demás es demagogia empresarial decimonónica.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Hoy por hoy, el palo y la zanahoria es el método básico.
Lo que comentas es tan lógico y evidente que hasta da rubor leerlo.
En mi empresa, este año no tuvimo vacaciones de Navidad. La explicación desde la alta dirección fue tan simple como: las cosas no están bien.
Esto es un ejemplo de gerente - administrador para tiempos de vino y rosas, poco más...
Y lo dice un directivo, imaginate a los curritos...
Saludos
PL

Anónimo dijo...

Estas planteando una dinámica que creo que es la correcta, pero sólo al alcance de equipos inteligentes.
Joaquim

Anónimo dijo...

Personalmente estoy totalmente de acuerdo, tanto es así que lo voy a poner en práctica con la gente de mi equipo... No se qué puede salir, pero de partida ya es una reflexión muy interesante de al que pueden salir muchas cosas.
Lo contaré.
Glory

Anónimo dijo...

Puedo aseguraros que he trabajado con El Viajero Accidental en un proyecto de innovación de producto y no permite seguir adelante hasta que todo el mundo tiene claros sus por qué...¡Y funciona!
Pedro

Malas Manias dijo...

Esto debió haberlo leído mi ex jefe... que con aquello de: "demos gracias por no estar en el paro" nos tenía explotados, lo de motivar a él se le da muy bien.
Y es que es verdad nadie trabaja por nada... y tampoco por nadie, y menos aún por pagarle las deudas a él.
Tu planteamineto es muy bueno, ojalá todas las empresas algún día lo pongan en práctica.
Saludos!

Gonzalo Carreño dijo...

Lo que planteas es totalmente cierto y adecuado, aunque creo que toda esa estrategia ha de llevarse a cabo de forma continua, es decir, en tiempos de crisis, durante y "después de la crisis" de lo contrario el "sumo administrador" pierde credibilidad.
Ahora bien, cuantas empresas, empresones o empresitas aplican transversalmente esa estratégia?

Gonzalo

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