martes, 31 de agosto de 2010

POLLO A LA RUMANESCA


Las aventuras no han estado a la orden del día en el verano del Viajero Accidental, pero alguna ha habido…
Transcurría la tercera semana de ferro julio en Barcelona y el Viajero disfrutaba de un refrigerio en una terraza de la Rambla de Catalunya cuando una avispada gitana rumana le levantó el iPhone utilizando el viejo truco de la manta, que no por viejo quiera decir que ya no funciona con incautos como el que suscribe. Veinte o treinta euros sacaría la cejijunta transilvana de todo aquello, aunque al Viajero le ha supuesto más de un quebradero de cabeza. Todo quedaría ahí si no fuera porque el día anterior otro rumano se la intentará meter doblada al Viajero en la calle Rosellò y, al día siguiente, viera, de nuevo, a otra farándula rumana desvalijar el maletero de un coche de güiris por el método del semáforo en el barrio de San Pere.
Leía estos días los intríngulis prácticos de la decisión del nano Zarkozy de cepillarse por la vía rápida a todos los rumaneses de Gabacholandia y no podía reprimir una cierta envidia aunque no lo viera al bueno de zapatitos haciendo lo propio – imagínense al Dúo Dinámico (Leire & Viviana) cantándole aquello de y tú también Pedro, perdón Pepe Luí -. Pero, casi al instante, el diablillo con alitas se poso en el hombro, siempre el derecho, del Viajero, susurrándole aquello de respeto, convivencia, igualdad, europeidad, confraternidad, multiculturalidad, una de calamares y dos de almejas.
Esto del libre albedrío es una jodienda que no tiene enmienda que les decía el cura de mi pueblo a las mozas casaderas después del baile de la romería de San Benito. Fumas o no fumas, te trasiegas una de callos con garbanzos o le tienes contenta a la ulcera, vino o agua, ciento veinte o seis puntos del ala, carolina perrera o calzoncillos del eroski. Tú mismo chaval. Y aquí estamos jodidos con esto de que se los lleve la corriente o venga, tira ya que son hermanos europeos tú. Si ellos trabajarían honorablemente, pero es la sociedad que los margina, no los integramos ché, that is the question. Y mientras el Sarko se ha cepillado a 977 en el último mes, eso sí, previo pago de trescientos napos a modo de regalo marsellés como el jabón que todo lo limpia.
Una prima del viajero ha adoptado a un chaval colombiano, la mar de majo, pero en la escuela le llaman moreno, pero como todavía no ha entrado en la preadolescencia, pues tampoco pasa nada, no? Lo importante es que lo han salvado y se lo han traído para la culta Europa. El Viajero conoce a otra amiga que ha adoptado a una chinita, un negrito y un esquimal. En su casa se come a menudo arroz, cacao y salmón como en la canción, pero ya veremos, ya veremos si no se acaba trasegando ensaladilla rusa y polvorones de la estepa.
Juntos o revueltos, juntos, pero no revueltos o revueltos pero no juntos, esto parece una de huevos camperos. El Viajero es personaje viajado y eso dicen da cultura y maneras. Pero no acaba de tener claro esto del racismo. De hecho, por las noches, antes de acostarse con la manta eléctrica y el agua de litines, se dice en voz baja: ¡Coño! ¡En el fondo soy racista de cojones y clasista ni te cuento! Y piensa: el que diga lo contrario, miente como un bellaco.
¡Ah! Si, al menos, la gitana que me levanto el móvil me hubiera enseñado a cocinar el pollo a la rumanesca.

lunes, 30 de agosto de 2010

EL VIAJERO OCCIDENTAL


El Viajero Accidental ha dejado de serlo durante estos dos meses y ha viajado con convicción y voluntad de encontrar viejas amistades y recuperar imágenes pasadas que, un día, fueron fragmentos felices de su vida.
El Viajero Accidental ha huido este año de los calores, las arenas y los horteras de braga náutica. Ha preferido la conversación distendida y ociosa, el albariño o el penedes antes que la sangría torticera y el pulpo o la caldereta antes que los pescaitos y el mojito de no se sabe donde.
El Viajero Accidental no ha recorrido este año las tierras europeas, maravillándose aquí y allá, riesling y terrazas urbanitas al atardecer. Ha preferido los pequeños pueblos, silenciosos y sugerentes, añejos y revitalizadores.
Apenas ha visto guiris ryanair de alpargata y camiseta desteñida, jennifers de teta imposible y kevins de tatuaje canalla, maripilis de cayenne y toallita carolinas de las perreras, gordillos de caracolillo en nuca y trescientas cuarenta y tres pulserillas, paellas para ellas y tute para ellos.
El Viajero Accidental ha sido un Viajero Occidental durante unos meses, pero ya está de vuelta.

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