martes, 9 de noviembre de 2021

 

EL FUTURO NO HA MUERTO

Cuando los políticos rehuyen hablar de futuro mientras se pierden en los laberintos presentes. Cuando la tiranía de los otrora inocentes jóvenes del garaje anuncian una nueva realidad virtual que renuncia al futuro. Cuando negamos un futuro a nuestro planeta más allá de una fiesta falsamente reivindicativa. Cuando los pactos sociales se quiebran ante la ausencia de futuro. Cuando ya nadie quiere saber qué podemos hacer, por qué debemos luchar. Cuando las grandes corporaciones se vuelven opacas negándose a pensar en futuro. Cuando los líderes han muerto porque sólo saben caminar hacia el futuro. Cuando todo se reduce a imágenes, sensaciones, momentos, instantes, todos falsos bajo la etiqueta virtual. Cuando el futuro no espera porque ni tan siquiera ha llegado. Cuando los grandes charlatanes dominan la escena mintiendo sobre el presente, calumniando el pasado y negando el futuro. Cuando las minorías construyen el relato del presente ignorando un futuro en el que no creen. Cuando el progreso es presente.

Entonces y sólo entonces es necesario un FUTURO.

jueves, 15 de junio de 2017

ZORROS Y ERIZOS



BERLIN

Sir Isaiah Berlin OM (6 de junio de 1909 - 5 de noviembre de 1997), politólogo e historiador de las ideas; está considerado como uno de los principales pensadores liberales del siglo XX.
(WIKIPEDIA)

Siempre me ha fascinado la pugna dialéctica de Berlin, el gran pensador de la sociedad abierta, en torno a la libertad. Pero, quizás aquello que mejor ha quedado grabado en mi memoria, es su ensayo “El Erizo y el Zorro”, publicado en 1953, el año en el que quien suscribe, llegó a este mundo ancho y lejano en una dulce mañana de agosto.
El ensayo de Berlin parte de un fragmento del poeta Arquiloco:

El Zorro sabe muchas cosas, pero el Erizo sabe una cosa más grande

A partir de aquí, las personas pueden ser clasificadas en zorros y erizos.

El zorro es un individuo inquieto, de recio porte, elegante y discreto a la par, preocupado y ocupado en idear mil y una estrategias que resuelvan su arcano problema existencial: cazar al erizo.
El erizo, por el contrario, es un personaje sosegado, incluso aparentemente aburrido en sus rutinas casi maniáticas, sus esfuerzos se concentran en una sola idea y, rara vez, se deja distraer por otros acontecimientos meramente circunstanciales que ocurren en su entorno inmediato.
Como cada mañana, el erizo sale de su confortable agujero, dispuesto a recolectar alimento y, si es el caso, echarse una reconfortante sisestecita al sol dejándose mecer por la brisa. Pero, en ese instante, el zorro sale inesperadamente de la maleza y se precipita en una loca carrera hacia el erizo. Este le divisa a lo lejos y , cargado de una profunda resignación, mira hacia el cielo y piensa para sí mismo: ¡otra vez este individuo!
Como en otras ocasiones, se arrebulla tranquilamente en una bola inexpugnable y se deja caer ladera abajo en dirección al zorro que, sorprendido, frena en seco su carrera y viendo lo que se le viene encima, opta por dar media vuelta y buscar la protección de la espesura del bosque, no sin antes decirse a sí mismo: hay que mejorar estas estrategias, debo elaborar nuevas alternativas…

El zorro tiene una visión compleja del mundo, prácticamente polivalente. Persigue distintos objetivos y se plantea múltiples estrategias para cada uno de ellos. El erizo hace tiempo que dejó atrás la complejidad. Su virtud es convertir lo complejo en simple, centrar sus objetivos y ponerse a la tarea sin descanso: el zorro sabe muchas cosas, pero el erizo sabe una gran cosa.

En este país, abundan los zorros, perdón los zorros y las zorras. Pero, indefectiblemente, escasean los erizos. Incluso, si me apuran, diría que abundan los coyotes y escasean los correcaminos. Dicen que los latinos somos creativos por definición, más bien diría que somos ocurrentes por excelencia. Ideamos mucho, pero creamos poco. No somos empáticos con las ideas ajenas, pero nos fascinan las propias, de donde rara vez conseguimos hacer cosas juntos. Somos centrífugos por genoma y centrípetas por conveniencia. Somos certeros con el defecto ajeno, pero miopes con la genialidad. Una pregunta: Si Steve Jobs, Thomas Edison o Albert Einstein hubieran nacido en la Meseta, ¿habrían llegado a algo? En esto, los norteamericanos, por mucho que nos pese, han resultado ser más espabilados. Decidieron llevarse de weekend al zorro y al erizo a Las Vegas y después de pasarlos por la correspondiente capillita, ahora tienen híbridos zorro – erizo que funcionan que no vean. Aquí a lo más que hemos llegado ha sido a cultivar una variedad de pimientos del piquillo que no piquen.
Es importante idear, pero hay que rematar, es decir inventar. Es vital plantearse objetivos, pero hay que aprender a no arrugarse ante el primer nubarrón. Lo siento doctor Barbacid, pero le veo más fuera del CNIO que dentro por culpa de una ministra beata que nos dio el pego a casi todos durante dos días y medio. Ser capaz de elaborar estrategias es signo de inteligencia, pero convertirlas en poses demagógicas es muestra de simpleza. El autismo político y la cleptocracia municipal son signos de nuestro tiempo. Signos de que los zorros andan sueltos.


martes, 6 de junio de 2017

CUESTIÓN DE ACTITUD





Siempre se ha dicho que la innovación es ante todo una actitud antes que una aptitud. Los más escépticos se mueven en la ambigüedad de afirmar que ambas cosas siempre deben estar presentes, pero es indudable que la actitud prima sobre cualquier otra cosa. Y la prueba definitiva se encuentra en nuestro cerebro que, sí o sí, se mueve ante todo por emociones, al menos primariamente.
Cuando nos encontramos ante una situación problemática, nuestra primera reacción no es analizar, identificar, reflexionar o, menos aún, resolver. Muy al contrario, nuestra primera reacción es esencialmente emocional, algo así como “me gusta, no me gusta” y, en base a ello continuaremos adelante activando nuestras habilidades o bien recularemos presentando excusas tales como “es imposible”, “esto no me corresponde”, “yo no tengo la culpa” o “no es el momento”.
Cuesta admitir nuestra esencia emocional como reacción primaria, pero es irrefutable y sobre todo explica otro hecho universal: unos pueden y otros no.
“Unos pueden” es una forma de aludir al talento de las personas para enfrentar problemas y resolverlos de forma creativa desembocando en un acto innovador. Pero aquellos que “pueden” no concentran su talento exclusivamente en sus habilidades y capacidades operativas. Por el contrario son personas que presentan unos perfiles emocionales potentes y equilibrados. Cierto que ambos componentes son imprescindibles, pero hay un hecho incuestionable: primero la gallina y más tarde el huevo. Personas con altas competencias operativas pueden llegar a neutralizarse ante una oportunidad de cambio por una cuestión de “me gusta, no me gusta”, “puedo o no puedo”.
Nos molesta admitir que, en primera instancia, somos como niños caprichosos que hoy dicen no y mañana dicen sí. Pero la cuestión no es "ser como niños", sino pensar que "hemos sido niños" y hemos llegado hasta donde hemos llegado aprendiendo a desarrollar nuestras habilidades y competencias, identificando aquello en lo que realmente podemos ser buenos, centrándonos en ello y persistiendo en desarrollar nuestro talento individual e intransferible. Y todo ello, gracias a nuestra actitud que nos permite seguir adelante cada día.
Traducir todo esto al mundo real, supone constatar que un gran número de   organizaciones que persiguen incorporar la innovación a su ADN se centran en la búsqueda de talento en términos de capacidades operativas olvidando algo tan primario como la voluntad, la persistencia, la resiliencia, la permeabilidad, la gestión de la incertidumbre y, en definitiva la actitud.
Quizás la actitud explique los grandes casos históricos de innovación: el fuego, la rueda, la escritura…

En otras palabras, somos lo que somos gracias a nuestra actitud.

martes, 23 de mayo de 2017

GRACIAS A LA CRISIS







Puede parecer que sea difícil encontrar algo que sea positivo en esta crisis que aún colea, pero aunque parezca increíble la Innovación en este país le debe mucho.
La crisis para bien de muchos y mal de unos pocos  ha acabado con el esperpento circense que supuso “la innovación” entre 2000 y 2007.
Quién no recuerda los grandes fastos institucionales montados en torno a esa palabra mágica que se iba a convertir en la solución a todos nuestros problemas en un abracadabra.
Quizás no tantos sepan los cientos y quizás miles de millones que se fueron por la alcantarilla en un ejercicio de vanidad suprema en aras de una supuesta sensibilización del personal. World Conferences, Meeting Innovation y todas esas cosas se pusieron de moda en los corazoncitos de responsables ministeriales, agencias estatales y autonómicas. Grandes eventos a los que acudían los sagrados sacerdotes foráneos para predicar con el ejemplo a cientos de miles la hora.
Quién no se acuerda de la panda de charlatanes que se hicieron de oro con sus charlas, seminarios y papers donde divulgaban los secretos ocultos de la Innovación a ritmo de ocurrencias estrafalarias y dinámicas que parecían sacadas del Rocky Horror Show.
La locura se extendió como una pandemia a todos los ámbitos. Todas las organizaciones, grandes y pequeñas, reclamaban su sitio bajo el sol proclamando al mundo su compromiso indisoluble con el espíritu de la innovación. De la noche a la mañana habían descubierto que no sólo eran capaces de innovar, sino que lo habían venido haciendo desde el principio de los tiempos.
Recorrías los lineales del súper  y te encontrabas con una salsa de tomate innovadora o una compresa que suponía la innovación más radical que se pudiera imaginar. Encendías la tele o la radio y te encontrabas con el spot de una gran petrolera que anunciaba su última y colosal innovación: ofrecer un espacio wifi en sus estaciones de servicio. Abrías el periódico por la sección local y podías reconfortarte al leer que tal diputación o ayuntamiento había creado un gran laboratorio de innovación en los antiguos terrenos del Tío Roque.
Incluso las vetustas instituciones financieras se apuntaron a la gran verdad. Una de ellas incluso destino todo un edificio histórico a la innovación corporativa gastándose el oro de los dioses en el último grito de tecnología y mobiliario. Hoy en día, es un lugar triste cuyos espacios se alquilan por horas para seminarios formativos o eventos promocionales.
La crisis se llevó por delante a charlatanes, partidas presupuestarias millonarias y astracanadas varias. Ya nadie habla de aquella innovación. Quienes divulgaban la auténtica innovación continúan haciéndolo de forma seria y callada. Quienes trabajaban por hacer de la Innovación parte del ADN de sus organizaciones continúan peleando por ello al tiempo que recogen sus frutos.

Todo esto es lo que le debemos a la crisis que no es poco. Adiós al show de la innovación y bienvenida la Innovación.

lunes, 22 de mayo de 2017

DESPUÉS DE COLGAR LAS BOTAS








Prácticamente un año, trescientos sesenta y cinco días o doce meses, como se prefiera. Cuatro estaciones sin publicar un post en este viejo amigo que es mi blog, pero todos pasan sus crisis de identidad digital y yo no iba a ser menos.
¿Por qué regreso?
Puede ser que haya sobrevivido a la crisis si es que alguna vez ha existido.
Puede que necesite expresar mis pensamientos en algún oscuro rincón virtual.
No creo que sea una cuestión de narcisismo digital aunque vaya usted a saber.
Lo más probable es que mi cambio de status haya influido y es que he colgado las botas y eso no sólo te hace ver las cosas con perspectiva, sino que además te da un plus de libertad a la hora de decir lo que uno piensa.
No es que me haya tragado muchas cosas hasta ahora. Desde pequeñín ya me hablaban de mi cualidad para “hacer amigos”, es decir para hacerme incomodo gracias a mis opiniones poco recatadas. Pero si es cierto que mi nueva condición me hace un poco más libre y de ahí la refundación de este blog que, siguiendo la practica habitual en los medios, se anuncia bajo el epígrafe de “segunda época” como se puede ver en la portada.
Pues nada, aquí seguimos hablando de innovación en un sentido más que amplio del tema porque el cambio y la innovación es un acto genuinamente humano y lo humano, a diferencia de lo divino, es plural y diverso.


-->
Jose Luís Montero, un Viajero Accidental

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...