jueves, 23 de julio de 2009

CERTIFICACION CESLE


Esta semana he tenido la oportunidad de "otear" un proceso espontáneo de innovación desarrollado en los últimos meses por una importante empresa española. Sin entrar a valorar la pericia técnica del proceso, dada su espontaneidad, si me llamó la atención la serie de cuestiones que la coordinación del proyecto planteaba a los participantes en una especie de brum-brum-brumstorming. No voy a reproducirlas literalmente, pero sí trataré de sintetizar su contenido.
¿Cómo podríamos captar más clientes con menor gasto de gestión comercial?
¿Qué procesos o acciones podríamos considerar superfluas en estos momentos?
¿Cómo podríamos unificar procesos en las mismas personas?
¿qué medidas de ahorro podríamos introducir?
En otras palabras, esto de la innovación democrática parece haberse convertido en el sustituto ideal de términos menos populares entre la masa proletaria: reducción, reajuste, restructuración y demás "erres".
Y si todo ello puede salir gratis gracias a alguna subvención, programa de incentivación o, incluso, fondo europeo que aporta lustre, pues esto es ya la creatividad elevada a la máxima expresión.
Decididamente, voy a matricularme en un curso rápido a distancia para obtener la licencia de CESLE, es decir Certificador de Excelencia Sostenible del Ladrillo Español. No lo duden, tiene futuro.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es el problema de acostumbrar a la gente que algo (en este caso Innovación) se hace por subvención. Y una vez instaurada la cultura va a ser difícil modificarla.
Enhorabuena por el blog, es otra forma de contemplar la supuesta seriedad de todo esto.
Juan Astarloa

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