martes, 6 de octubre de 2009

EL MITO DE LA INNOVACIÓN (Y 4)


De nuevo en los post dedicados al Mito de la Innovación.
En el último post de la serie, distinguía entre los dos tipos de Innovación que conviven en la actualidad es este país. La innovación mediática con minúsculas y la INNOVACIÓN de toda la vida con mayúsculas. Es como si habláramos de los todo terreno; están los de toda la vida, embarrados, metidos todo el día por esos caminos que es lo suyo y los luxury conducidos en su mayor parte por marilolis que los pasean entre el gimnasio y el shopping.
La Innovación existe, afirmar lo contrario sería la negación de toda posibilidad de Progreso. Pero su expresión práctica adopta muchas formas, tantas como procesos de cambio puedan producirse. Quizás su existencia y razón de ser hayan quedado empañadas por nuestra tendencia a categorizar y generar taxonomías prácticamente de todo lo que nos rodea. Los objetos, los procesos, hasta las personas son susceptibles de cambio y, en definitiva objetivo de la Innovación.
Desde hace años, muchos de los profesionales europeos en este campo, acostumbramos a reunirnos una vez al año durante unos días para intercambiar conocimiento, analizar escenarios, adelantar posibilidades y, por supuesto, desconectar de la rutina cotidiana. Nuestro último encuentro se celebró en Londres y una de las cuestiones claves fue la existencia real de la Innovación como un ente independiente y autónomo.
En otras palabras, quienes bregamos diariamente con esto de la Innovación, empezamos a preguntarnos si realmente de lo que debiéramos hablar es de Cambio y Evolución, Riesgo y Estrategia. Y es que, cada vez nos resulta más difícil encontrar la diferencia entre los resultados de una mejora continua y un proceso de innovación incremental sistemático. Cada vez nos cuesta más justificar la diferencia entre una Gestión Estratégica del Conocimiento (GEC) enfocada a la Innovación y una Gestión del Conocimiento (GC). Cada vez debemos invertir más tiempo en explicar la diferencia entre el Homo Estratégico y el Homo Talentoso.
Y es que, cada vez tenemos más clara la necesidad de estructurar procesos operativos y lenguajes estandarizados que abarquen cualquier externalización práctica de algo tan evidente y humano como es el Cambio por el Progreso.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Es complejo lo que planteas ya que significaría, entre otras cosas, una integración de distintas áreas ya existentes en una misma estructura operativa. Pero, por otro lado, es totalmente lógico y, sobre todo, incrementaría las sinergías y la eficacia general.
Muy interesante.
Quim

Anónimo dijo...

Una reflexión lucida y necesaria en estos tiempos y en este país de modas pasajeras.
Me gusta este blog
Javier

harry seenthing dijo...

wow is nice post..keep on blogging

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