miércoles, 1 de diciembre de 2010
WHO DO IT?
Palabras como ambición, codicia o especulación han cobrado vida con el devenir de esta crisis convertida ya en Gran Recesión. Pero estas turbulencias también han acentuado una cultura que ya venía imponiéndose en nuestra sociedad desde mediados los noventa: ¿QUIÉN ES EL CULPABLE?.
Como es fácil de suponer, la cultura de ¿Quién es el culpable?, está basada en algo tan simple y sencillo como escabullir el bulto. Esta es una táctica tan vieja como la sopa de ajo con tropezones, pero en las últimas décadas ha cobrado una importancia singular en el spanish way of life.
Buscar al culpable ante la aparición de un problema tiene su lógica. Puede discutirse la finalidad de la búsqueda, ¿castigar o aprender del error?, según la naturaleza, grado y consecuencias derivadas del problema en cuestión. Pero, por encima de la caza al culpable, se sitúa una necesidad más urgente: resolver el problema. Aquí radica la perversidad de esta cultura. Mientras se busca al culpable que, por otro lado, casi nunca aparece, salvo un pobre imbécil que acaba pagando la factura, el problema crece y se multiplica haciéndose cada vez más irresoluble o exigiendo una mayor concentración de recursos y sacrificios para su solución.
¿Recuerdan el Prestige? ¡Cómo no! Quizás deban saber que si mañana se produjera una emergencia similar frente a las costas gallegas, la secuencia de los hechos sería prácticamente la misma. Sí, efectivamente. Los esfuerzos se centraron en la búsqueda del culpable y la única consecuencia de todo ello fue encontrar el pobre imbécil en la persona de un viejo capitán que acabo con sus artríticos huesos en la cárcel. Hay muchos Prestiges, ahí tienen el incendio de Horta que ha cobrado nuevo impulso en los últimos días en su vía judicial. De hecho, cada vez que abrimos el diario a la sombra de nuestro café vespertino o contemplamos el noticiero televisado, asistimos a una representación más de esa tragicomedia titulada ¿QUIÉN ES EL CULPABLE?. No hay papeles secundarios, todos son protagonistas. Tenemos culpables financieros, culpables deportivos, culpables sexuales, culpables tecnológicos, culpables religiosos y hasta culpables meteorológicos. Pero el Goya a la mejor interpretación se la llevan los políticos de toda clase y condición, pelaje y color. Al fin y al cabo, ellos no inventaron esta bicoca, pero sí han sido los principales impulsores desde que desaparecieron los profesionales de la política, allá amanecidos los noventa.
Tenemos que enfrentarnos a la vergüenza de cuatro millones de personas que amanecen cada día sin futuro ni condición. Pero la vergüenza se transforma en oprobio mientras contemplamos atónitos el espectáculo de los tú no yo, no tú, sí tu, quizás aquel, pero tú también. Por perder, han perdido hasta la habilidad oratoria o el ingenio verbal, debiendo soportar circunloquios infantiles, cuando no diatribas navajeras.
¡Aquí nadie ha hecho nada!
Ese y no otro es el PROBLEMA.
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12 comentarios:
Mientras buscamos un culpable (que antiguamente era muy fácil) se nos va el tiempo que tenemos para resolver los problemas. Es como tener un malherido tirado en un charco de sangre y en vez de atenderlo nos ponemos a buscar el responsable.
Lo primero es lo primero y tiene razón cuando dices todos somos culpables.
Los beneficiarios del Prestige si es que se puede llamar así ( ya que los has citado) son los del pueblo de Muxia, que pasaron de no tener nada a tener un puerto marítimo increíble y sin un solo barco que atraque en él y un pueblo nuevo que se quedó sin el encanto que tenía ¿Y el resto qué?
Como bien señalas “Tenemos que enfrentarnos a la vergüenza de cuatro millones de personas que amanecen cada día sin futuro ni condición”.
Este es el problema y me temo va en aumento. Para llorar. Nobody did it.
Un abrazo
totalmente de acuerdo........pero..... WHO "DID" IT?
Hola Jose Luis:
Es evidente que nuestros políticos ven a los Simpson y además hacen suyos los mejores consejos.
Hace poco hablaba en mi blog de uno que viene "al pelo":
Dice Homer:
Hijo, hay tres cosas que te harán triunfar en la vida:
1. No digas nunca que "he sido yo",
2. Di a menudo, ¡Qué buena idea, jefe! y,
3. Cuando el problema no tenga remedio dices: "Estaba así cuando llegué. …"
Es como si estuviese viendo a nuestros mejores lideres.
Un abrazo.
A mi también se me revuelve todo cuando veo a tantos -sean políticos o no- echándose la culpa mutuamente como niños de colegio. Y mientras tanto, el reloj va contando minutos, días, meses, años ...
Echar la culpa es un deporte nacional. "rajar de oido" también. La gente, en general, sigue pensando en que con decirle al otro "y tu más" o echarle la culpa al primero que pasa o derivar hacia un problema menor para no afrontar los gordos es muy habitual. En esto, la ¿clase? política se lleva el gran premio. Mientras tanto, como dice Astrid, pasa el tiempo.
Somos raros de narices.
Un abrazo
Si yo cambio, todo cambia.
Pues, me pongo a barrer la puerta de mi casa.
pd. Sí, yo lo hice,...pero ahora trato de no hacerlo.
Cuidemonos.
un saludo cordial, M.
HOLA KATHY
Pues clara y concisa. Efectivamente Nobody did it
Cuidate
Anonimo
Gracias por la visita y la corrección aunque puede tener ambas lecturas
Javier
Homer es un crack!
Un buen compendio este y muy frecuente.
Cuidate
Hola Astrid
¿Bajo nieve?
Bueno, más que niños empiezan a ser automatas entrenados para repetir lo mismo una y otra vez.
Cuidate
Hola Fernando
Pasa el tiempo efectivamente y sin remedio...
Típico de quien enfoca un problema como molestia y espera que deesaparezca por sí sola.
Cuidate
Hola MaS
Intrigante....
Cuidate
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