domingo, 18 de diciembre de 2011

NO HAY MARCHA ATRÁS


El mundo de las organizaciones, sus personas, su conocimiento, el talento y las nuevas estrategias de creación de valor se encuentra en sus momentos iniciales. Hace tiempo que cruzó la frontera, pero todavía continua siendo un punto de escape en la lejanía. Mientras tanto, debe demostrar cada día que es posible con mayores niveles de exigencia que los que se aplican al viejo modelo que, poco a poco, va quedando atrás, cada vez más difuso, cada día más impotente frente a las nuevas condiciones del entorno.
Es un modelo inconformado, tenue aunque definido en sus objetivos finales. Vive la agitación que provoca la confluencia del empirismo práctico y la amalgama de las corrientes teóricas que pretenden imponer los nuevos paradigmas. Debe resistir estoicamente la incredulidad de aquellos que nacieron con el viejo modelo y morirán con él. Aguanta pacientemente adjetivos como “ingenuidad”, “misticismo”, “humanismo” o simplemente candidez de aquellos que, pese a que se rebelan contra el actual estado de cosas, son incapaces de asumir no la necesidad del cambio, sino la responsabilidad que ello implica. Pero la realidad es fatalista por definición y nunca acoge a los irresponsables, sino que, más bien, los condena a la auténtica ingenuidad que supone creer en la inmutabilidad de los modelos.
Es difícil que veamos la madurez del nuevo modelo, pero ello no nos exime de la obligación de comenzar a crearlo. De momento, resulta inverosímil que algo tan simple como las palabras muden en su forma y significado. Trabajadores por Personas, Recursos Humanos por Desarrollo, Empresa por Organización, Cualificaciones por Competencias, Habilidosos por Talento o Información por Conocimiento. Pero las nuevas palabras ya han nacido y todo lo que tiene nombre existe.
Siempre existirán claroscuros, es la única forma de reconocer la luz. El nuevo modelo nunca será perfecto porque ahí acabaría nuestra historia de progreso, pero será más humano, increíblemente humano y, por ello, será también más inteligente en la búsqueda del dichoso “bien común”.
No necesitamos indignados con el papel de las personas en el mundo del trabajo. No necesitamos esas antigüedades egipcias que se llaman sindicatos y que insisten en llamar a las personas “trabajadores”, perpetuando un “conflicto histórico” que, como su mismo nombre indica ya es histórico. No necesitamos profetas del pensamiento positivo, charlatanes de feria que nos cuentan ridículas anécdotas en misales del tres al cuarto. No necesitamos viejos empresarios de corte estrecho y corbata de Hermés, reventados en la satisfacción de su éxito mientras evangelizan entre el cash y el flow. No necesitamos a políticos que vacíen de significado a derechos consagrados como la innovación o el emprendimiento como si de la inauguración de un aeropuerto o una glorieta se tratara. No los necesitamos, nunca volveremos a necesitarlos.
Pero queda mucho camino por andar, algo menos que ayer, algo más que mañana. Llegarán momentos de crisis y hasta retroceso, pero hay que pasar por la complejidad para descubrir la sencillez, hay que cometer montañas de errores antes de poder avanzar por los valles. Quizás nunca lleguemos a verlos, nosotros que desbrozamos el camino al pie de las cumbres, pero no por ello vamos a dejar de intentarlo. Las cumbres se alcanzan para poder mirar atrás y ser consciente del progreso.

10 comentarios:

Javier Rodríguez Albuquerque dijo...

Si ahora miramos hacia atrás veremos el camino recorrido, que no es poco; así que adelante, porque merece la pena.
Un abrazo.

Fernando López dijo...

Se hace camino al andar, y ya se sabe que lo complicado siempre es tomar la velocidad de crucero. Una vez tomada los tiempos se acortan.

Un abrazo

Caminante dijo...

Hola Javier
Sí, efectivamente es mucho lo andado pero, en ocasiones, entra la duda...
Cuidate

Caminante dijo...

Hola Fernando
Te digo lo mismo que a Javier...
Cuidate

Lidya dijo...

¡Ufff la cantidad de parásitos que llevamos encima!No creo que sea fácil deshacerse de ellos pero yo me voy a rascar todo lo que pueda.
Saludos

Caminante dijo...

Hola Lydia
Unos cuantos, pero creo que poco se irán quedando atrás por aquello de la fuerza centrifuga.
FELIZ NAVIDAD!!!

Katy dijo...

Las palabras conforman la mente, y es bueno abrir nuevos caminos. Nunca el estancamiento fue bueno. Los charcos huelen mal.
Un abrazo

Anónimo dijo...

¡¡¡AMEN!!!

Caminante dijo...

KATY
Como siempre tus palabras son sabias.
Gracias por tu visita

Caminante dijo...

¡¡¡jesús!!!

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