¿Existe alguna diferencia entre un Mapa de
Talento y un Catalogo de Competencias en una empresa?
Esta es un pregunta que me realizan con
relativa frecuencia cuando se plantea la posibilidad de desarrollar la
“topografía de la empresa” y ciertamente existen diferencias notables entre
estas dos visiones a la hora de abordar el mundo de las competencias en la
empresa y su relación con la productividad y la consecución de los objetivos de
la misma.
De partida, podríamos comenzar diciendo
que la principal diferencia se establece en términos de rendimientos. Es como
si comparáramos un listado de elementos enumerados en plano con la inclusión de
esos mismos elementos en una potente base de datos con múltiples utilidades.
De igual forma, la segunda gran diferencia
se presenta desde el punto de vista de la gestión de los Recursos Humanos. El
Catalogo de Competencias, sin negar su utilidad, es característico de una
visión estructural de naturaleza vertical, mientras que un Mapa de Talento
responde a una visión estratégica en la gestión de los Recursos Humanos.
¿Cómo se elabora un Mapa de Talento?
En el apartado operativo también podemos
encontrar diferencias significativas entre ambas opciones. El Catalogo de
Competencias parte de las descripciones de puestos y de las competencias
asignadas a los mismos. En última instancia, un catalogo no es otra cosa que el
sumatorio final del conjunto de competencias asignadas a las DPTs.
Un Mapa de Talento también cuenta como
referencia las asignaciones realizadas a puestos, pero su guía fundamental es
el Mapa de Valor de la empresa. De hecho, la operativa correcta sería la siguiente:
Mapa de Valor è DPTs è Mapa de Talento
El Mapa de Valor establece el conjunto de
espacios de valor de la empresa categorizándolos de lo general a lo particular
y sirviendo de base para una sistemática descripción de puestos. El Mapa de
Talento, lejos de realizar un sumatorio de competencias, establece las
competencias de todos y cada uno de los espacios de valor de la empresa
realizando cruces y estableciendo correlaciones y correspondencias. Así, por
ejemplo, nos permite conocer el conjunto de competencias dominantes en un área
concreta, por ejemplo logística así como las específicas de cada puesto, pero
también detecta las correspondencias necesarias entre logística y producción.
Por otro lado, un Mapa de Talento
establece una distinción entre Competencias Operativas, propias de los procesos
y rutinas estándar de la empresa, y Competencias Estratégicas, aquellas que
cada área o puesto necesita para afrontar con éxito problemas y oportunidades
que se presenten, asegurando así la eficacia de procesos tales como la mejora o
la innovación.
¿Qué ventajas se derivan de un Mapa de
Talento?
De todo tipo y todas ellas enfocadas a la
mejora de la productividad y los costes así como al aseguramiento de los
objetivos corporativos. Por citar tan sólo algunas de estas ventajas:
ü Mayor precisión y eficacia en las políticas de reclutamiento y
selección tanto a nivel general como específico al contar con una descripción
detallada de las competencias tanto corporativas, como de área y puesto, no
sólo en el plano operativo sino también estratégico.
ü Optimización de los procesos de evaluación de competencias al ser
posible realizar evaluaciones conjuntas tanto de área como multiárea por la
visión global de la organización que ofrece el Mapa de Talento.
ü Gestión optimizada del talento de la organización al contar con
parámetros reales de las necesidades específicas de cada área o puesto en
términos de excelencia, independientemente de los niveles de talento individual
que se presenten.
ü Optimización de los procesos de desarrollo y formación
corporativos al ser posible un análisis y diagnóstico de necesidades en
términos estratégicos del conjunto de la empresa, derivándose actuaciones con
una considerable reducción de costes y un mayor nivel de eficacia.
ü Optimización de los procesos de promoción y desarrollo de carreras, incluidos posibles
Assessment, al contar con datos e información contrastada que pueda
transformarse en conocimiento real.
ü Optimización de procesos con su correspondiente reducción de
costes productivos al asegurar una mayor fiabilidad de diagnósticos en los
procesos de evaluación de competencias así como una mayor precisión en las
medidas correctoras de los gaps detectados.
ü Facilitamiento de los procesos de selección y constitución de
equipos de proyectos o multiárea en base a las necesidades competenciales de
los mismos al ser posible ubicar las mismas en el Mapa de Talento para detectar
a posibles candidatos.
ü Refuerzo a las políticas de
Retribución Variable así como a las de Recompensa Total al ofrecer parámetros
fiables que permitan articular herramientas de calculo y definición.
En definitiva, un Mapa de Talento no es
una opción ni peor, ni mejor que un Catalogo de Competencias, sino más bien una
evolución necesaria y valiosa que no sólo aporta una visión estratégica a la
Gestión de los Recursos Humanos, sino valor contrastado al conjunto de la
empresa.
Quizás fuera más acertado denominarlo Mapa
de Competencias ante el temor y reticencias que el término “talento” todavía
suscita, pero creemos que no es una concesión razonable cuando, en última
instancia, el objetivo de una empresa es la consecución de la excelencia
operativa y ello pasa por definir, promover, detectar y gestionar el talento en
términos del conjunto de personas de la organización.
¿Existen diferencias entre un Mapa de
Talento y un Catalogo de Competencias?
La diferencia la marcan las empresas.
Aquellas que deciden dar el paso adelante en su camino hacia el éxito, frente a
aquellas que prefieren mantenerse en la comodidad de un sistema que, sin ser
malo, es claramente mejorable.
Si haces lo de siempre, llegarás donde
siempre.
2 comentarios:
Excelente entrada, y extraordinarias reflexiones.
Un saludo.
Muchas gracias Julio por tu visita y tu valoración.
Te esperamos.
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