martes, 8 de julio de 2008

PODEMOS


Se está convirtiendo en una rutina esto de desayunarse cada mañana con las distintas opiniones sobre la situación económica, que sí es, que no es, que quizás, que bueno.

Dejémonos de mandangas y empecemos a llamar a las cosas por su nombre: se acabo el milagro español. Que, por otro lado, nunca fue milagro sino dejadez y complacencia.

Cuando se presenta un problema, lo último es centrar las fuerzas en buscar al culpable en lugar de ponerse a descubrir su solución. Pero este es el país de quién es el culpable y tan pronto eres ángel que demonio. No voy a caer en el error de perder mi tiempo en buscar culpables, pero sí quisiera rogar a los políticos que dejen de tomarnos el pelo porque casi no nos queda.

EL ERROR DEL TRADUCTOR

Esta fue la primera tomadura de pelo: hacernos creer en las bondades del economista ibérico capaz de generar el milagrito español cuando en realidad nuestro crecimiento era consecuencia de una política de créditos a bajo interés como consecuencia de la llegada del euro.

EL ERROR DE LA GENÉTICA

Esta fue la segunda tomadura de pelo: no tomar cartas en el asunto por miedo a ser impopular y perder votos. Los políticos del PP demostraron en esta ocasión falta de profesionalidad que es lo mínimo que se les pide y para lo que se les paga. Eran conscientes del paraíso ficticio en el que nos recreábamos, pero no quisieron velar por el bien común, dejándose llevar por un instinto genético de supervivencia en el poder.

EL ERROR DEL TALANTE

Esta fue la tercera tomadura de pelo: cuando la situación estaba más que cantada, una vez más los políticos mostraron su total irresponsabilidad con tal de mantenerse en el poder. En esta ocasión, no fueron los de Mariano, sino ZP con la broma del cheque- bebé y la de los 400 euros. Quizás en esta ocasión la falta de profesionalidad fue mayor si cabe dada la evidencia.

EL ERROR DEL PATAN

Esta es la cuarta tomadura de pelo: recrearse en buscar culpables una vez que la situación ha estallado. El adjetivo patán lo utilizó para designar al individuo que acomete tácticas zafias pensando que los demás somos imbéciles o, por lo menos, tontos del culo. Quizás pueda servir para los seguidores de GH esto de que la culpa la tienen las subprime, pero para una mente normalita suena a burda maniobra de distracción.

EL ERROR DEL POPULISTA

Esta es la última tomadura de pelo, por ahora claro: intentar calmar a las masas con medidas de política social supuestamente avanzadas. En primer lugar es un error porque no son estas las prioridades y a todos nos toca apretarnos el cinturón en los próximos años, en segundo lugar porque quedan cuatro años para las elecciones y la memoria es frágil y en tercer lugar porque mirado desde un punto de vista de supervivencia política, Mariano lo tiene un poco complicado en los próximos años.

En definitiva, hemos gastado como marajás, nos lo hemos pasado en grande, hemos criado una generación acostumbrada al gasto y la despreocupación, hemos socializado los viajes a ultramar, los 4x4, los fines de semana en hotelitos con encanto, los macarras incultos convertidos en estrellas de la caja tonta y otros tantos dislates más.

¿Qué podemos hacer ahora?

En primer lugar, ser prácticos y gritar aquello de “que nos quiten lo bailaooo”.

En segundo lugar y para los españolitos de a pie, ponernos la roja que tan de moda está y empezar con los deberes: prepararnos psicológicamente para la que se nos viene encima, empezar a ahorrar de nuevo, descubrir los encantos del consumo conspicuo y ser conscientes de que, a menos que queramos emular a los chorizos y peloteros, las cosas hay que trabajárselas.

En tercer lugar y desde un punto de vista tecnicista, repetirnos una vez más lo que ya sabemos: aumentar nuestra competitividad sin que ello suponga sacrificios salariales (es posible y sino que se lo digan a los alemanes), reducir nuestro déficit exterior, contener la espiral inflacionista y generar una cultura de innovación que vaya más allá del mito tecnológico.

Y todo ello, de forma paralela al incremento del precio del petróleo, la crisis financiera, el encarecimiento generalizado de las materias primas, la deslocalización continua, el cese progresivo de los fondos europeos y otras muchas cosas más.

Pero PODEMOS, no?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Un análisis muy interesante y creo que acertado
Felix Oriol

Anónimo dijo...

Blanco y en botella...
LFD

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