sábado, 26 de septiembre de 2009

EL MITO DE LA INNOVACIÓN (2)


PRIMERAS SOSPECHAS
• Una de las primeras cosas que contamos a los neófitos quienes nos dedicamos a la Innovación, es la diferencia entre los dos grandes tipos de la misma: innovaciones radicales o disruptivas e innovaciones incrementales, más tarde llegarán las interminables sub categorías.
Sin embargo, pese a la necesidad de mantener la coherencia del discurso, siempre acaba surgiendo la vena inconformista que nos ha llevado a este trabajo y acabamos planteándonos enigmas como ¿qué diferencia substancial existe entre una innovación incremental y una mejora manejada en términos de EFQM? Sinceramente, quien suscribe, ha llegado a una conclusión después de quince años de experiencia práctica: ninguna.
• El Emprendimiento, Emprendeduría o cómo demonios se quiera llamar al fenómeno, es otro de los enigmas que se plantea el innovador inconformista. El emprendedor es aquella persona que identifica una oportunidad y establece adecuadamente los recursos necesarios para ponerla en marcha. En este país, se ha confundido al emprendedor con la persona que se “atreve” a poner en marcha un negocio. Pero, es una interpretación muy peregrina del término, ya que podemos decir que si doscientas personas en una población media se deciden a poner en marcha una panadería, más que una oportunidad, lo que han detectado es una forma eficiente de irse al carajo con su idea por algo tan sencillo como las leyes clásicas del mercado. El emprendedor debe aportar progreso con su idea – oportunidad y, en definitiva, cambio. El perfil del emprendedor reúne características tales como la flexibilidad, creatividad y habilidades estratégicas. En estos términos, la segunda sospecha es clara: ¿qué diferencia existe entre la Innovación y el Emprendimiento, entre el innovador y el emprendedor?
• Llevando las cosas a ciertos límites, se plantea una tercera y última sospecha, esta vez relacionada con algo tan definido como la Gestión del Conocimiento y de forma más específica con su vertiente estratégica. La Gestión Estratégica del Conocimiento se concibe como la adecuada gestión de los “intangibles” de la organización con el fin de alinearlos en la búsqueda de generación de valor a través del cambio y la transformación. Al igual que la vertiente clásica del concepto, la Gestión Estratégica del Conocimiento es dinámica y siempre está íntimamente relacionada con otro concepto en boga, la Gestión del Talento. La sospecha es firme y puede enunciarse en estos términos: ¿qué diferencia real existe entre la Gestión Estratégica del Conocimiento y la Innovación?
No, no se preocupen, sigo con la cabeza en su sitio y continuará.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Creo que voy cogiendo el razonamiento, ya veremos, de momento me parece acertado y coincido.
Saludos
Qim

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