jueves, 13 de mayo de 2010
LA INSOPORTABLE LEVEDAD DEL PASADO
No soy muy dado a bucear en el pasado, quizás esta manía provenga de los doce increíbles meses que pase escribiendo por encargo un libro sobre la Reconquista en la Península Ibérica. Por cierto, mi conclusión fue que no hubo tal Reconquista, sino más bien Conquista. Creo que, entre otras cosas, esta fue una de las razones por la que no me volvieron a encargar un trabajo de investigación medieval. Aunque, continuo vendiendo un porrón de ejemplares cada año por lo que la conclusión no debió ser tan descabellada, pero, vaya usted a saber, igual los compra una madrasa de Manlleu para sus aplicados alumnos. ¿Se imaginan que me nombren doctor honoris causa por la Universidad Islámica del Yemen? Cosas más raras se han visto, el otro día, sin ir más lejos, oteaba en la tele de un bareto al Antonio Banderas con el birrete de la Universidad de Málaga. Desconocía esa faceta ilustrada del Zorro.
Como les decía, no le dedico mucho tiempo al pasado. ¡Total! Como su mismo nombre indica, ya ha pasado, así que poca cosa que dicen los catalanes. Sí, ya se que es un lugar común eso de “mirar a la Historia para comprender el presente y pronosticar el futuro”. Pero a mi, sinceramente, me suena a patinazo de Schopenhauer en horas bajas. Me va más aquello que dijo de “cada uno tiene el máximo de memoria para lo que le interesa y el mínimo para lo que no le interesa”. Sin ir más lejos, qué me dicen de los pobres cartagineses, al final se quedaron con un elefante y el bueno de Aníbal porque algún malo debía figurar, pero la Historia se la llevo Escipión. Eso sí, de forma elegante porque, anda ya que hay chapuceros. Fíjense en el bueno de Pepe Stalin que inventó el PhotoShop antes de tiempo. De hecho, si se me ocurre mirar a la historia de tres años atrás, ni comprendo el presente, ni me gusta nada el futuro que me espera. Así que.
Debo confesar que mi primera licenciatura fue en el pasado, esto es Filosofía y Letras – de las de antes – rama Historia. No se crean, tuve ilustres maestros: Caro Baroja, Justo Pérez de Urbel, Valdeavellano y algunos más. Pero debí quedar tan ilustrado del pasado que ya ni lo recuerdo, ni mi cerebro tiene bits libres para nuevos descubrimientos. Con todo, no crean, aquellos años dejaron una patina nada despreciable y, ahora, soy capaz de mantener una conversación agradable en algún viejo café vienes cuando voy a visitar a la familia de aquellos lares. Lo que ocurre es que vaya usted a parar, esa gente apabulla con el Franz Joseph y compañía aunque cuando les citó al cara cartón de Odilo Globocnik o al amable Seyß-Inquart, callan como mamelucos. Cosas que tiene el pasado.
En estos momentos, cuando usted lea estas líneas, un hombre llamado José Luis Rodríguez Zapatero se encontrará mirando al pasado inmediato, renegando del presente y paralizado por el futuro. Y es que, como decía Schopenhauer, “no hay ningún viento favorable para el que no sabe a qué puerto se dirige”.
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6 comentarios:
Es que lo tiene claro el pobre chaval. Hace ya mucho tiempo que no se rie ¿verdad?
Un abrazo.
Pd - Desconocía esa faceta tuya, habrá que leerte.
Hola Fernando
Sí, hace tiempo que perdió el sentido del humor, si lo tuvo....
De lo otro, ya ves, hay que hacer un poco de todo, hasta de "negro"
Cuidate
Buff, a mi todo ésto de la cultura "formal" (es decir, lo que nos meten embutido en la cabeza queramos o no aquellos que nos cuentan la historia a su manera a través del colegio, la universidad y el Gran Hermano) me tiene bastante harto. Yo también vi lo de Banderas y es más de lo mismo: nombres, apariencias y sonrisas profidén.
Creo que la única manera de culturizarse un poco es saliendo de los circuitos oficiales. Y también es un buen síntoma de salud que no te busquen para reconocimientos a bombo y platillo: al fin y al cabo el status quo de matrix reconoce lo que le ensalza y mantiene.
Alberto
De acuerdo contigo amigo. La pregunta ¿qué es la culutura? o ¿cuál es la cultura? se las trae, no crees?
Un abrazo
Como siempre digo, todos tenemos un pasado pero hombre ¿de negro literario también? No serías el que escribía las novelitas de don Marcial Lafuente Estefanía ¿verdad?
En cuanto a don José Luis, hay que ver el pobre, con el talante que tenía.
Un abrazo.
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