lunes, 4 de octubre de 2010
NI SÍ, NI NO, SINO TODO LO CONTRARIO
Se supone que el “método científico” asegura que, una vez desarrollados todos los procesos inductivos posibles, los principios y leyes tienen un claro reflejo en la realidad. Al menos, eso dice la teoría. Sin embargo, en ocasiones resulta difícil encontrar ese transparente paralelismo en algo aparentemente tan científico como la ciencia económica. Uno lee y relee a los clásicos y después pasea su mirada por los lunes al sol y los miles de historias que se esconden tras ellos y no puede por menos dudar de la veracidad y la exactitud de una ciencia que, al final, recurre al “sentido común” para atrincherarse en sus afirmaciones.
Dice la leyenda que un alto responsable económico de los gobiernos comunistas de Rusia preguntó desesperado a uno de sus homónimos occidentales en su intento de comprender el sistema capitalista: ¿Pero quién es el encargado de la distribución de pan en Londres o París?
Desde la perspectiva comunista, un sistema siempre debe tener claros responsables asignados a todas las tareas posibles, por muy ridículas que puedan parecer. Desde la perspectiva del liberalismo, un sistema económico siempre debe poder ser explicado en sus más mínimos detalles. Un economista soviético podría decirte cuantas toneladas de acero se producirían el tres de abril de 1978 en los Urales aunque no sabría decirte si las tiendas de Moscu repartirían papel higiénico ese día. Por el contrario, un economista occidental no se preocupa demasiado de la cifra exacta de producción de tal o cual bien, más bien le preocupa poder explicar porque fueron mil millones de toneladas y no mil doscientas y poder establecer una curva de tendencia de futuro. En principio, parece que las ideas y teorías occidentales han sido mejores que las del bloque comunista. Primero porque estos últimos han sido recibidos en el paraíso capitalista y, segundo, porque los ciudadanos occidentales jamás tuvieron que preocuparse por el suministro de papel higiénico, siempre lo había aunque fuera del que raspara. Eso sí, quizás algunos tuvieran que recurrir al papel de periódico o a métodos aún más artesanos, mientras que en el sistema comunista o todos se limpiaban con papel o a joderse tocaban. En definitiva, la cuestión parecía residir en la doble alternativa: consolarse solo o acompañado.
En la increíble autorregulación capitalista se caía en la tentación de subir aquí, bajar allá, quitar de esto y llevarte aquello. Pero era una cuestión de selección natural que, sin embargo, no descartaba el que la “gran mayoría” pudiera disfrutar de un papel higiénico más que aceptable. En una palabra, al final todos se limpiaban el culito que era de lo que se trataba, aunque algunos lo hicieran con billetes de a cien. Pero, en el sistema comunista de no mercado el asunto era más discreto o, al menos, eso pensaban los padres de las patrias. El asunto se resumía en todos somos iguales hasta que llega la hora del cocido, unos sorben la patata y otros se trasiegan los sacramentos. Pero, como decía el bueno de Barinkov, al final todos comen.
Las cosas no han cambiado mucho desde entonces, al menos en la economía de sí mercado. Bueno, mejor dicho, han cambiado sensiblemente porque, ahora, si estas cansado de no ser elegido por la selección natural, pues te jodes porque ya no puedes hacerte rojillo aunque siempre te quedará el consuelo de visitar la momia de Lenin.
Es como si la desaparición de la economía de no mercado hubiera traído como conclusión la validez universal del sistema de sí mercado. Sin embargo, personalmente prefiero verlo como una clara advertencia de que los times are changing moreno y lo que se impone es una severa reflexión. ¿A dónde vamos? ¿Qué deseamos? ¿Qué podemos hacer? Y todo ello, sin preguntar demasiado a los afortunados por la selección natural. Y, menos aún, a los economistas de lo de antes porque, ya se sabe, te dirán aquello de las virtudes del “sentido común”.
¡Oh tempora! ¡Oh mores!
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8 comentarios:
Me ha encantado tu post, y lo fimos. Y ni que decir del ejemplo tan grafico "papel" del cual he tenido una experiencia personal y vivencial. Viniendo de "allá" allende los mares llegue acá y mandé el un trozo de papel porque me llamó la atención que raspaba. Pero antes pasé por un país con el sistema comunista y había papel periódico.
Pero esa no es la soluciópn. Al menos los unos se miraban en los otros. Y ahora ¿qué ? como dices, ¿dónde nos miramos?. Esto cada vez funciona peor. Y no soy de las que añoran ningun pasado. Siempr4 el hombre ha encontrado recurso y creo que esta vez no va a ser menos. Que seamos los que lo disfrutemos o no es harina de otro costal.
Un abrazo y feliz semana
HOLA KATY
Sí lo del papel es un lugar común en esta historia, suena a Berlanga pero desgraciadamente cierto.
Cuidate
Hola Jose Luis:
Efectivamente. El "Mercado" se come el sistema comunista y por lo tanto conclusión: el mercado es lo mejó de lo mejó. Pero viene una crisis... "La Crisis", que nos advierte de que esto tampoco rula. Así que señores, búsquense otro modelo que estos dos han "cascao". Y si no, atenganse a las consecuencias.
Digo yo.
Un abrazo.
Hola Javier
Efectivamente, así de claro y sencillo, pero ya ves....
Hola José Luis:
Pues que quieres que te diga, que me ha encantado y con permiso de la audiencia y como dice mi amigo Leo : "yo es que me descojono", porque como dice Javier ni este modelo, ni el otro acaba de rular y, al final, el que tenga suerte o posibles acabará limpiándose con el de El elefante: el resto ajo y agua.
Un abrazo
Hola Fernando
Sí es para eso y algo más, pero los tiburones son los tiburones y además no creo que usen ni papel.
Cuidate
Supongo que parte del problema está en que esperamos siempre que la solución venga de afuera, ya sea via mercado o plan quinquenal. Y la ciencia económica no se escapa de ello. Pero no existen ni las formulas milagrosas ni las leyes infalibles y al final nos cuesta admintir que lo unico que de verdad funciona es el esfuerzo, el trabajo y el sentido común. Contra viento y marea.
Saludos,
EL ESFUERZO, EL TRABAJO Y EL SENTIDO COMÚN....
¡Menudo resumen Astrid!
Pero tan cierto como arcano!
Cuidate
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