lunes, 9 de febrero de 2009

HEART OF GLOD - ESTRATEGIAS PARA DESPUÉS DE LA CRISIS - 2


El primer paso dentro de la activación de estrategias no es otro que asegurarnos de estar emocionalmente preparados para lo que nos vamos a exigir.
Tradicionalmente, la esfera de las emociones ha estado apartada de los sesudos estudios macro y micro económicos, así como de todo aquello que tuviera algo que ver con la productividad, la eficacia, eficiencia, competitividad o cualquier otro factor que condujera al éxito o la supervivencia. Sin embargo, a poco que se reflexione, uno no puede calificar tal actitud sino de auténtica ceguera colectiva, por no emplear calificativos más subidos de tono.
De la misma manera que nuestro cerebro trabaja con imágenes, toma sus decisiones de acuerdo a parámetros estrictamente emocionales. ¿Cómo decide si algo merece ser almacenado en la memoria a corto, medio o largo plazo? Sencillo: interesa o no interesa. ¿Cómo decide si se involucra a fondo en una situación? Sencillo: me gusta, no me gusta. En otras palabras, podemos suponer que la mayor parte de nuestras decisiones están guiadas por las conclusiones de nuestro pensamiento lógico formal, pero en el fondo de las mismas subyace algo tan vibrante y esencial como nuestras emociones.
En el mundo de la Psicopedagogía es un paradigma admitir la existencia de tres factores como desencadenantes de aprendizajes significativos: el fondo cognitivo previo de la persona, la significatividad lógica de los contenidos que deben aprenderse y la disponibilidad, predisposición o actitud del que aprende. Pero también es un hecho que, en realidad, es la tercera condición la que lo decide todo. En otras palabras, un alumno puede saber un porrón de la política de Bismarck y los nuevos contenidos que se le ofrecen para aprender pueden ser esenciales, pero si no tiene el día, por decirlo de alguna manera, es inútil. De hecho, si usted ha llegado en su lectura hasta aquí, no lo dude: le he interesado emocionalmente (espero seguir haciéndolo).
Soy consciente de que la escuela le queda ya muy lejos, pero su cerebro continúa actuando de la misma manera. En otras palabras, la primera pregunta que se debe hacer y repetir a los que le acompañan en la empresa es: ¿Queremos seguir adelante?
Si su respuesta es afirmativa, llega la segunda cuestión: ¿Estamos dispuestos a imaginar, soñar y desear?
Y quizás alcance tercera: ¿Queremos hacerlo juntos?
A estas alturas, es muy posible que llegue a una cuestión crucial: ¿Estamos dispuestos a trabajar y sacrificarnos si es necesario?
Llegados a este punto, conviene revisar nuestra percepción de la situación actual. ¿Continua siendo una molestia o comenzamos a sentirlo como un reto y, en definitiva, una oportunidad?
Pero, también hay que dejar espacio para el materialismo ya que desgraciadamente, no sólo de ideas vivimos. En otras palabras, debemos encontrar motivos para imaginar, soñar, trabajar y sacrificarse juntos. En definitiva, debemos visualizar beneficios al final del camino. Porque, no lo olvide: nadie trabaja por nada.
De los beneficios, los por qué, los para qué y de muchas otras cosas, hablaremos en nuestro próximo post de Estrategias para después de la Crisis.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ttak! en el clavo.
Pero, por comentar que diría el poeta, dado que la tercera premisa es la que realmente mueve el mundo (la predisposición o actitud); podríamos decir que este interés puede estar basado o reforzado por:
a)Un refuerzo material (subida de sueldo, no perder el trabajo, etc.)
b)Un refuerzo emocional-afectivo (lo vamos a hacer por que te queremos mucho, porque es nuestro deber, etc.)
c)La madre de todos los refuerzos: QUE TE APUESTAS a que no haces... (verbalizada en muchas variantes, la mayoría citando la falta de masa genital masculina).

Sorry, pero no he podido contenerme (otro factor que es todavía más interno e intangible pero que es la primera piedra para construir la actitud).

Saludos,

Joxan O.

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