domingo, 13 de septiembre de 2009

EL FIN DEL TALENTO


Los momentos de incertidumbre, por no volver a utilizar el manido término de crisis, ponen a prueba no sólo la entereza y coherencia de una sociedad en términos generales, sino que también evalúan y valoran la veracidad de ciertas propuestas elevadas a la categoría de axiomas.
El Talento ha sido, entre otras, una de las corrientes que han circulado con mayor intensidad en las aulas de las escuelas de negocios, papers de gurús de la abundancia y despachos de staffs directivos en los últimos años.
¿Quién habla hoy de talento?
En otras palabras, era una moda, una tendencia, un discurso vacío de contenido. Al final, las decisiones se han tomado en términos de realidad económica pura y dura o, dicho con otras palabras, haciendo la cuenta de la vieja. Reducción, redimensionamiento, ahorro, contención, utilicen los términos que mejor les convenga en un momento en el que, hasta un diario de tirada nacional, recupera las cartillas de racionamiento al más puro estilo Durruti.
Hoy que se elevan voces airadas sobre la fragilidad de nuestro mercado de trabajo y su normativa, sobre nuestra escasa productividad y capacidad de externalización, sobre la baja preparación en términos reales de nuestros profesionales. ¿Quién se acuerda del Talento?
Hablar de Talento cuando las cosas marchaban por sí mismas en un océano de burbujas impulsadas por planteamientos estratégicos propios de Indibil y Mardonio era algo tan absurdo como defender la validez de la remuneración variable como expresión de valía personal. Dicho con otras palabras, era como premiar con primas millonarias a Perico de los Palotes por su labor como utilero en el Barça de Messi, Xabi e Iniesta.
Pero así están las cosas. Los jóvenes con Talento inundan el mercado de la demanda laboral después de despertar del sueño de Cenicienta, mientras los “mayores” con Talento se ven condenados a la expulsión del paraíso por cometer el pecado original de ser precisamente mayores. ¿Quiénes quedan en nuestras empresas?
Curiosa pregunta que tiene increíbles respuestas en una estructura empresarial en la que hablar del “mapa del talento” en una empresa es como hacer referencia a la cartografía guía de El Señor de los Anillos.
Todo parece indicar que, al fin y al cabo, los indicadores reales del Talento en una empresa, no eran otros que las cuentas de resultados anuales, entendidas en términos globales. Dicho de otra forma, mientras el río lleve agua, podemos permitirnos el lujo de tener pescadores sin caña o que, al menos, pesquen a golpe de dinamita.
Pero, no crean, el Fin del Talento también lleva aparejadas otras decepciones como las redes sociales en las que los “parados talentosos” intentan encontrar la solución a sus problemas sin caer en la cuenta que no son otra cosa, como su mismo nombre indica, que “redes sociales”, es decir rincones Nespresso con cierto toque tecnológico.
El Viajero se pregunta qué habrá sido de la Responsabilidad Social Corporativa, la Gestión del Conocimiento y tantas cosas más que han poblado un universo tan ficticio como el Wonderland del desaparecido mago del guante. Esperemos tan sólo que todas ellas no sean enterradas en un féretro de oro. No porque no se lo merezcan, sino porque algún día podrán ser firmes realidades.
Buenos días y buena suerte.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

De lo mejor que he leido este fin de semana.
Un saludo
PLI

Anónimo dijo...

Efectivamente, en un gran número de casos se ha hablado del Talento con la boca pequeña; en otros ha existido voluntad, pero sin criterios definidos de lo que se debía entender por tal. Por mi parte, siempre he considerado que el Talento se administra de forma bastante intuitiva en un marco empresarial como el nuestro que, ¡ojo!, tampoco es mala cosa.
Joaquim

Anónimo dijo...

Mi jefe tiene un talento congenito para ignorar el talento, ¿qué se hace en estos casos?
Jordi

Xabin dijo...

Con lo del Talento, pienso, ha pasado lo mismo que con el tema del "cambio climático". Debido a la crisis económica hemos dejado de hablar de ello y ha pasado a un segundo plano. Sin embargo, el Ártico se sigue derritiendo. Otra vez lo urgente antes que lo importante. En ambos casos las consecuencias llegarán.
Xabin.

Caminante dijo...

Xabin
Pues sí, el ártico sigue en ello así que tarde o temprano tendremos que volver a abordar nuestro concepto de "talento".
Cuidate

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