domingo, 3 de abril de 2011

FELICIDADES: LA INNOVACIÓN HA MUERTO


He comentado en muchas ocasiones que la palabra “innovación” ha sido una victima mediática y populista hasta el punto de perder todo su significado y valor. Cualquiera puede emplear el término para adornar con un halo de modernidad desde una idea más o menos ingeniosa hasta un dislate galdosiano o, simplemente, una ligera mejora, casi imperceptible, de un producto o un proceso. Quienes fuimos fervientes defensores de las virtudes del “espíritu innovador” sufrimos impotentes el asalto de políticos y publicistas oportunistas. Acabamos por resignarnos, pero con el tiempo, hemos descubierto que, como dice el romancero gitano, no hay mal que por bien no venga. La debacle polisémica nos ha ofrecido la oportunidad de reflexionar y descubrir que la innovación es el eslabón de una cadena más compleja que no puede abordarse aisladamente en una organización.
Vivimos tiempos de frontera en los que las ideas reformistas nacidas en el antiguo sistema se confunden con aquellas genuinamente nuevas que anuncian las bases del nuevo sistema. Son tiempos confusos, pero del aparente caos surge el orden. Hasta ahora, las propuestas reformistas surgidas en los últimos años del siglo pasado nos hablaban de un nuevo mundo de relaciones económicas basadas en un antropocentrismo liberador. El valor del capital intangible parecía irrumpir imparable. De hecho, el movimiento del “espíritu innovador” surgió al amparo de las nuevas tendencias de humanismo económico que sucedieron a la breve etapa del maquinismo tecnológico. El Conocimiento y su gestión, el Talento y la Creatividad comenzaron a cobrar posiciones de ventaja en las nuevas propuestas, pero, por desgracia, justo el último eslabón de la cadena, la consecuencia de todo ello, la innovación, acabo por imponerse como el milagroso ungüento del Doctor Mabuse que todo lo puede curar, hasta el milenario fatalismo decadente de la sociedad española.
Hoy en día, gracias a los dioses y, sobre todo, a la crisis global en general y al fin de fiesta español en particular, la innovación comienza a ceder terreno en los tabloides, inauguraciones megalíticas de los politicastros y spots publicitarios del tres al cuarto. Es un hecho: “esa innovación” agoniza. Pero también es una bendición. Podemos y, de hecho lo estamos haciendo, comenzar a reflexionar de nuevo sobre el futuro inmediato y lejano. Podemos descubrir que no se trata de encumbrar una idea, sino un complejo sistema de ideas que, llevadas a la acción, nos asegure crecimiento y progreso.
Un sistema que inevitablemente debe comenzar por una propuesta invariable: EMPRENDIMIENTO, PERSONAS EMPRENDEDORAS, SOCIEDAD EMPRENDEDORA.
Este es el nuevo eje en el que nos estamos centrando cientos de personas en distintos lugares del mundo. Creemos que es el camino acertado y que deberá iniciarse con una profunda reforma de los sistemas educativos que deberá venir acompañada de acciones a corto y medio plazo sobre las personas de las organizaciones. Una estructura que articulándose en torno al punto de partida del emprendimiento, potencie la capacidad de las organizaciones para crear conocimiento a partir del talento de sus personas y lo convierta en procesos de generación de valor, tanto material como emocional.
Pero nuevas alarmas se están disparando en este país. Los políticos han descubierto la palabra que no los significados y propuestas de acción que la acompañan. Los líderes y suboficiales chusqueros del bipartidismo comienzan a utilizar la palabra en sus arengas y actos. Recemos todos porque la historia no se repita de nuevo.
Pero, de momento, tenemos algo por lo que felicitarnos: la innovación, su innovación, ha muerto. Descanse en paz.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

El título asombra, pero después, tiene su lógica.
El emprendimiento, como la innovación, siempre ha estado ahí, sólo falta que las orientemos adecuadamente.
Un saludo
Fernando Galan

Fernando López dijo...

Hola José Luis:

Lo malo de todo esto José Luis, es que de emprendimiento, personas emprendedoras y sociedad emprendedora andamos justos, pero por poco que se haga ya será mucho respecto a lo que había.
Un abrazo

Katy dijo...

Me alegro porque la palabrita ya se me estaba atragantando. Cualquier cosa era innovadora. Hueca al final como dices y carente de significado por el mal uso y abuso que se ha hecho. Lo que hace falta es hacer las cosas bien y con talento. Da igual el nombre que le pongamos.
Un abrazo y feliz semana

Javier Rodríguez Albuquerque dijo...

Hola Jose Luis:
Andamos justitos en emprendimiento y cuando lo hay es para salir del paro. Sí, ya sé que no vas por ahí, pero los políticos que son motivo de tus dardos, sí. El sistema educativo es básico en todo este proceso, pero volvemos a los de los dardos y...
En fin, que la innovación ha muerto, pero todo lo demás necesita un desfibrilador.
Un saludo.

Josep Julián dijo...

Hola JLMON:
La innovación ha muerto, viva la Innovación.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

vente arriba Puma, no pasa nada, los que creemos en la innovación no decaeremos ante este valle.
Estoy totalmente de acuerdo respecto del modelo educativo que castra la sinapsis.
te adjunto un link que la organización RSA (no se si los conoces, me imagino que sí) ha hecho una animación del speach que Ken Robinson realizó en una de las sesiones de TED (que me imagino tambien conoces) y habla precisamente del cambio de paradigma del modelo educativo.

este es el link y espero que os guste:

http://comment.rsablogs.org.uk/2010/10/14/rsa-animate-changing-education-paradigms/


saludos
Gonzalo

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