viernes, 28 de enero de 2011
SINGER MORNINGS
Estas líneas son una “adenda” aclaratoria a mi último post “Spanish Cuentacuentos en el que se venía a afirmar la necesidad de retornar a los principios productivos no como una de las alternativas de solución a la Gran Recesión global y a nuestra crisis estructural particular, sino como un retorno a la senda del sentido común.
En ese mismo post me atrevía con afirmaciones como “el conocimiento no crea puestos de trabajo” y continuo afirmándome en ella, pero creo que es necesaria una matización para aquellos que no me conozcan y no hayan leído entre líneas…
El Conocimiento es uno de nuestros grandes tesoros, una parte de nuestra identidad, no tan importante como la capacidad de ser consciente de sí mismo, pero casi, puesto que es la conclusión inmediata a la misma. En consecuencia, es posible imaginar un pasado sin la necesaria consideración hacia el conocimiento explícito o tácito del 100% de las personas de una organización porque, entre otras cosas, continua siendo lo normal en un alto porcentaje de empresas españolas. Pero, sin embargo, no es posible, a poco que se le aplique un miligramo de inteligencia al asunto, imaginar un futuro sin asegurar esa necesaria consideración. Pero, esto es una cosa y banalizar con la palabra “conocimiento” es otra.
Para conocer hay que experimentar o, si se quiere interactuar con el entorno. De esta relación, surge el “conocimiento” que por sí mismo no conduce a nada. En otras palabras, el conocimiento sólo obtiene su máximo valor si, a continuación, pasamos al “pensamiento” que nos conduce a la acción y a la generación de nuevo conocimiento.
Hablando en castellano vulgar: está muy bien construir conocimiento, pero para poder hacerlo hay que actuar y eso en ciencia económica se llama “producir”.
Los norteamericanos, como todos los pueblos, tienen sus cosas buenas y sus cosas rematadamente malas. Son capaces de alcanzar la gloria mientras se hunden en el barro. Los hay que tienen sus capacidades creativas desarrolladas a la máxima potencia y a ellos les debemos mucho. Pero abundan también los profetas y gurús que curiosamente tienen una increíble capacidad de convertir lo frívolo y hasta absurdo en una teoría de base científica a prueba de bomba de neutrones. No hay nada más desesperante que un librito sobre economía escrito por uno de estos individuos. Cuajado de sentencias ingeniosas y ocurrentes que se van entrelazando página tras página sin que uno llegue a descubrir finalmente cuál era el cuore de la cuestión. Si el librito en cuestión es una hagiografía encubierta del actor, esto es, su vida y milagros, es decir sus experiencias metafísicas y éxitos con esta y cual empresa, bueno, apaga y vámonos. Si contamos con ratones y tortugas circulando por los capítulos, ciertamente habremos malgastado nuestro tiempo y dinero. Pero, lo malo no es esto, sino la expectación que generan. ¿Saben ustedes porque el concepto “calidad”, pese a todo, ha llegado a algo?
Sencillo, se originó EEUU, pero no le hicieron ni puñetero el caso. En cambio, los japoneses se lo tomaron en serio. ¿Saben ustedes por qué no hacemos carrera con el concepto “innovación”? Porque fue un parto de los montes de Nebraska y en ello seguimos. Dicen que los alemanes y los japoneses se lo piensan muy mucho antes de tomar una decisión, pero, una vez que lo hacen, llegan hasta el final con rigor. Los norteamericanos, por el contrario, deciden rápido y luego discuten. Creo que esto es algo de acierto- error…
Como decía, son tan brillantes como para embaucar con el timo de la estampita a millones de sus conciudadanos (subprime) y, poco después, metérsela a los europeos bajo etiquetas rimbombantes que ni puñetera la necesidad de comprender qué quieren decir. Si no me creen, llamen a los islandeses que se lo explican en un plis-plas. Si después de esto continúan sin creerme, contacten con una médium y entren en contacto con el espíritu de Wilson que les contará como media Europa se embarcó en la Primera Gran Guerra “por Dios y por el Rey” y la acabò a guantazos “por la Libertad y la Democracia”
Pero, al mismo tiempo, son tan increíblemente frívolos como para proponer con certeza mormónica la llegada de los tiempos del conocimiento, la sociedad del ocio, la era del capital intangible, la innovación sin fronteras y diez mil bobadas más sin fundamento.
El Conocimiento no ha llegado, ya estaba ahí. El Conocimiento, por sí solo, no nos va a pagar la hipoteca, el colegio de los niños y la factura del ultramarinos, perdón hipermercado. El Conocimiento se genera produciendo y tiene como objetivo continuar produciendo, eso sí, más y mejor. Y en el “mejor” puede estar incluido eso de jornadas de cinco horas, trabajo desde tu casita, mayor identificación con la empresa y participación en ella, entre otras muchas cosas. Pero, lo demás, son chorradas, con perdón.
Si de algo sirve…
Estos señores del otro lado del charco han perdido la batalla por el empleo, hace tiempo y mal que le pese al señor Obama…
Nos pueden enseñar cómo sacar chispas a una educación universitaria, pero a base de aceptar el principio de desigualdad de oportunidades y la perdida de tiempo que suponen las etapas educativas anteriores…
Curioso: fueron la meca del automóvil a tres centavos el litro, pero, no hagan caso de todo lo que dicen, la gente con posibles de allí, acaban comprándose un coche europeo, alemán a ser posible…
Silicon Valley, mis respetos, pero, una vez más, no frivolicemos, los Silicon Valley y las start up no generan suficiente trabajo…
Alguien diría, “sí a todo”, pero, amigo mío…tienen la pasta!
No, no se equivoquen, la pasta la tienen los chinos y mal que les pese, aquello, de momento es CHIAMERICA, ya veremos en qué acaba el nombre…
Bueno, siempre les quedarán John Ford, Springsteen, Updike y alguno más… Porque, en el fondo, son tremendamente geniales aunque, en ocasiones, la genialidad acabe en “singer mornings” (léase “canta mañanas”) que dice mi colega Josep Julian.
Buenas Noches y, sobre todo, buena suerte.
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8 comentarios:
Esto me recuerda a eso de mezclar churras y merinas. Coincido que acto seguido del conocimiento está el pensamiento y luego la acción. Pero me da que solo nos quedamos en la fase de conocimiento y este, al final no trasciende ni se aplica porque siempre surge uno nuevo que mata el pensamiento y acción anterior.
Un abrazo y feliz fin de
FERNANDO
Churras, merinas y lachas que decimos por aquí, el Norte...
Sí, somos dados a "pensar", bueno, mejor "imaginar" pero no conseguimos pasar de ahí...
En fin, paciencia y esperanza
Buen finde
Hola Jose Luis:
Sólo puedo aplaudir. Totalmente de acuerdo. Es más, has conseguido que recuerde una frase (que no cita) de un compañero de trabajo hace ya unos cuantos años. Venía a cuento de la "gestión del conocimiento" y el buen hombre dijo: "Esto de la gestión del conocimiento no es más que tener toda la información bien ordenada en el ordenador, de manera que sea facilmente accesible para todos".
Oye, y me he dado cuenta de que todavía seguimos en ello.
Un abrazo.
Por nuestras obras nos conoceran, y no veo yo resultados por ningún lado, ni acá, ni allá, ni acullá. Será que el conocimiento sirve de bien poco. Y yo que casi lo tenía claro:)
Un abrazo y buen finde
Y lo que te rondaré morena, Javier...
Cuidate
Hola Katy
El conocimiento yo creo que lo es casí todo, el problema es ser capaz de superar la mera información
Cuidate
Tanto conocimiento, nos está almidonando...me temo que hay mucho, bla,bla, y poco blo,blo, o lo que es lo mismo, conocimiento y mas conocimiento, y ná de acción.
Vuelvo a insistir, Jose Luis, atrevámonos a hacer, a ver si así, producimos algo...
Saludos de lunes, M.
Hola MaS
Buen lunes...
Pues sí, lo que decía, al tajo y dejarnos de bobadas
Cuidate
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