Son muchas las ocasiones en que los
términos “competencias” y “talento” se equiparan y, en consecuencia,
convertimos la Gestión del Talento en una alternativa avanzada de la Gestión por Competencias.
Pero comencemos por la simplicidad como
estrategia para desmontar la complejidad…
Se imaginan a un futbolista que sabe leer
las jugadas como nadie y además tiene velocidad, precisión en el pase y una
endiablada puntería cuando tira a puerta. ¿Podríamos decir que posee talento?
Indudablemente tiene grandes aptitudes, pero no alcanza ese punto que llamamos
talento.
Continuemos imaginando que este mismo
futbolista acostumbra a confundir los saques de esquina con los de banda y
provoca frecuentemente situaciones de fuera de juego. ¿Podría llegar a tener
talento? Tiene aptitudes, nadie lo duda, pero le faltan conocimientos.
Supongamos que adquiere los conocimientos
necesarios y los combina con sus grandes aptitudes. Sin embargo, resulta
problemático en el seno del equipo. Es individualista, genera broncas continuas
en el vestuario y, por si fuera poco, resulta engreído y displicente. ¿Está en
condiciones de aspirar a ser un jugador con talento? Posee aptitudes y
conocimiento, pero muestra una ausencia total de la actitud necesaria.
En definitiva, el talento es una suma de
componentes, más allá de las competencias. Pero no sólo eso. El talento sólo
será tal si se muestra valioso, es decir capaz de generar valor en cualquiera
de su variantes.
En otras palabras, la Gestión del talento
va más allá de la Gestión por Competencias aunque de hecho la incluya. Hablamos
de una gestión de competencias, pero también del conocimiento y, por supuesto,
una gestión emocional efectiva.
Hablamos de establecer escenarios
deseables para una empresa en términos de aptitudes, actitudes y conocimiento.
Hablamos de alinear todo ello con los objetivos corporativos, asegurando su
consecución.
Una vez conseguido, hablamos de determinar
la situación real diagnosticando las posibles brechas entre los escenarios
deseables y los reales. Finalmente hablamos de neutralizar esas diferencias, es
decir acometer el desarrollo de competencias, activar flujos de conocimiento
tácito y explícito así como potenciar actitudes y valores corporativos.
Pero no crean que todo acaba aquí…
La Gestión del Talento en términos
operativos reales se denomina Gestión Integral del Talento. Y lo hace así
porque el objetivo es dirigir todo ese potencial de talento a la generación
integral de valor. En otras palabras, alinearlo no sólo con procesos y rutinas
cotidianas, sino también con la capacidad de respuesta a problemas y
oportunidades de todo tipo y dimensión.
¡Casi nada!
Quizás, pero ¿quién dijo que la Gestión de
los RRHH fuera una cuestión estrictamente administrativa, buscar, contratar y
pagar?
Hablamos del área estratégica por
excelencia en una empresa, su cuore vital, allí donde se reúnen las condiciones
últimas del éxito o el fracaso.
Y quien no lo vea así, simplemente está
renunciando al Talento.
6 comentarios:
Quizás, pero ¿quién dijo que la Gestión de los RRHH fuera una cuestión estrictamente administrativa, buscar, contratar y pagar?
Es que hasta para eso hace falta el talento. Sin talento todo es más de lo mismo, rutina.
Buena semana. Bss
GRACIAS POR TU COMENTARIO "CON TALENTO" KATY
Maldita sea!
Poniendo ejemplos con el fútbol vas a conseguir hacerte un gurú
:-)
Pues sí, todo es mucho más complejo y profundo de lo que algunos piensan. Pero a la vez rematadamente simple :)
Un abrazo, también para Katy y Javi alli arriba.
Hola Javi
Bueno, sería una opción, tal como están los tiempos....
Muy simple Astrid, quizás demasiado para mentes complejas
Cuidate
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