lunes, 18 de enero de 2010

LA ORGANIZACIÓN HUEVO


Los mediadores, especie distinta a los consultores y asesores, acostumbramos a utilizar argucias de todo tipo para captar inicialmente la atención de nuestros clientes. La del huevo es una de las más recurridas por mi parte a la hora de tratar de explicar las virtudes de trabajar en red.
Siempre he percibido la vida como una sucesión de paradojas y contradicciones con las que debemos aprender a convivir. La esfera económica no es ajena a esta realidad, más bien presenta un nivel de paradojas creciente. La globalización necesita de localización, las personas pueden aprender individualmente, pero también pueden hacerlo en equipo, las empresas pueden planificar su futuro, pero necesitan ser también flexibles. Y, en esta línea, las organizaciones necesitan ser centralizadas, pero también descentralizadas; pueden gestionarse piramidalmente, pero debieran aprender a trabajar en red.
Creo firmemente que la cuestión es aprender a trabajar con los opuestos en lugar de obligarnos a elegir constantemente entre ellos.
En este sentido, desconfío de los extremos basados en las revoluciones necesarias. La estructura vertical como forma de organización fue pensada para una sola cosa: no cambiar. Pero también se ideó para ofrecer seguridad y estabilidad. La cuestión no es olvidarnos de ella en pos de la modernidad que se avecina. Sería algo así como tratar de jugar al golf en gravedad cero.
Las organizaciones del futuro deberán organizarse como si de un huevo se tratara. Sí, un huevo, me da igual de perdiz o gallina de corral. Un huevo con yema y clara. La yema, situada en el centro, proporciona estabilidad y seguridad, es el cuore de la organización, un espacio de certeza donde se gestiona el presente inmediato. Pero, más allá de la yema, la clara se extiende de forma flexible y cambiante, un lugar de libertad que se adapta al entorno y a sus estímulos: la Red. Un espacio dominado por el intercambio de flujos de conocimiento, formal y tácito. Un espacio para el trabajo multidisciplinar basado en la estrategia y la creatividad.
El concepto de “las organizaciones que piensan” es un mito. Organizaciones que se especializan en resolver problemas que se les presentan de forma eficiente y eficaz. Pero, la realidad dice que para cuando se detectan los problemas estos ya han pasado y con ellos, las oportunidades.
Las organizaciones deben utilizar la clara de su huevo, la red para preceder a los problemas con actitudes y competencias estratégicas que orienten a la creatividad. Sólo así, los problemas podrán convertirse en oportunidades. La cuestión no es elegir entre yema o clara. Necesitamos ambas porque hablar de progreso y futuro no consiste en desembarazarse del pasado necesariamente.

7 comentarios:

Fernando López dijo...

Ya, José Luis, pero ¿que fue primero, la gallina o el huevo?

Bromas aparte, me ha parecido un post brillante, porque quizás esté ahí el secreto, en gestionar la paradoja. quizá sea eso que la yemma es el corazón, pero nos empeñamos en hacer tortilla y la liamos.

Un saludo

Caminante dijo...

Hola Fernando
Para bien o para mal, sospecho que primero fueron unos gallos "de corral" y ya ves...
Un saludo

Unknown dijo...

Sin embargo -y creo que ésto es un mecanismo habitual en la naturaleza autoreproductiva de las organizaciones- cuando la clara de un huevo toma contacto con otras claras de otros huevos, la yema siente miedo y trata de evitar la mezcla, lo cual lleva a que su propia clara se retraiga o se le escape.

¿Es posible la tortilla o hay que elegir entre clara y yema?

Caminante dijo...

Alberto
Personalmente confio en la tortilla. Es cierto lo que dices cuando se producen esos encuentros. Pero creo que la organización debe estar preparada para gestionar más allá de su presente inmediato.
Un saludo

Josep Julián dijo...

Hola José Luis:
En vaya charco te/nos has metido. Tengo que pensar un poco más, pero la primera sensación que me viene a la cabeza es que toda organización tiene que partir de la idea de que todo lo que no va bien va mal y buscar el modelo organizativo que mejor se adapte a su propósito. Ya sé que hasta aquí no he dicho nada nuevo, pero claro, es que el mes pasado asistí a una charla sobre Liderazgo 3.0 en el que se postulaba como novedosa la organización en red que, si no recuerdo mal, ya inventó John Naisbitt hace un montón de tiempo.
Lo que tú propugnas, la de huevo, me parece interesante, pero ya digo que tengo que pensarlo un poco más. Quizá el secreto está en que uno pueda ser a veces yema y a veces clara de distintos huevos.
Un abrazo.

Caminante dijo...

Hola Josep
Por supuesto, en eso consiste la red, entendiéndola no sólo como interna. ¿Recuerdas nuestra charla el otro día en BCN?
Un abrazo

Anónimo dijo...

Después de leer hace un año tu post sobre Huevo o Hamburguesa, veo que sigues progresando en el tema y muy bien.
Juan

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