miércoles, 9 de junio de 2010

LA ESTRATEGIA DEL PINTXO


(DEDICADO A TODOS LOS EMPRENDEDORES DE CENTRAL LECHERA ASTURIANA)
El objetivo final de toda empresa es la obtención de un beneficio razonable. Esto puede conseguirse operando eficazmente sobre costes y valor añadido.
Quienes manipulan el factor de valor añadido, actúan de forma emprendedora, asumiendo riesgos en la estrategia de alinear nuevos elementos tales como el talento, la creatividad, la mejora continua, la innovación, en definitiva, considerando a las personas como su bien más preciado. Esta es la que denominamos Estrategia del Panadero. Buscamos nuevos ingredientes, nuevas formas de cocción, nuevas combinaciones y formas de pan.
Por el contrario, quienes actúan sobre el factor costes, no acostumbran a sumar, sino más bien a restar todo lo posible. Son defensores a ultranza de la Triple R: reestructuración, redimensionamiento y reducción. El objetivo final es conseguir adelgazar los costes empresariales, empezando por las máquinas de café y agua y terminando por los últimos en llegar. Esta es la conocida como Estrategia del Carnicero, corta y rasga.
En momentos de contracción, lo más sencillo es recurrir a la Estrategia del Carnicero, al menos hasta que escampe. Por el contrario, en los días de vino y rosas, prácticamente hasta el apuntador se declara panadero.
Podría suponerse que en la mesura está la virtud. O dicho de otra manera, que es bueno comer un buen guiso de ternera, pero, mejor aún, con una buena rebanada de pan por aquello del unte. Pero, no, en este caso, mucho me temo que no es posible. De hecho la dura realidad demuestra que no existen empresas exclusivamente panaderas o carniceras, pero, menos aún, aquellas que hacen ambas cosas simultáneamente. Y tampoco sería bueno pretenderlo.
Yo diría que lo recomendable sería optar por la Estrategia del Pintxo. No, no se preocupen, sigo tomando las pastillas para el riego puntualmente cada noche antes de apagar la luz y soñar con el calentamiento global.
Pero, me explico…
Imaginen un pintxo de medallón de solomillo con reducción de canela y compota de manzana, asturiana of course,. Todo ello sobre rebanadita de pan tierno y sin palillo (indeseable invento de las tascas pseudo vascas de Paseo de Gracia para evitar que el guiri se las pire sin apoquinar todo lo que se ha trasegado). Pues bien, hay dos formas de dar cuenta de este bocado de cardenal primado y proto- beato.
Podríamos hacerlo a la italiana, es decir de un bocado por aquello del tutti revolutum. Pero también podríamos hacerlo al más puro estilo bilbaíno. Me explico. El asunto consiste en comer el medallón de solomillo utilizando el pan como soporte. De esta manera, al final, nos quedará el placer supremo: una rebanada empapada de los jugos de la carne en perfecta armonía con la reducción de canela y la compota asturiana.
La Estrategia del Pintxo permite introducir el emprendimiento como valor estratégico de la empresa, entreperneur activo y sostenible. En tiempos de bonanza el emprendimiento se focaliza en el numerador del valor añadido mientras que, cuando los rayos y truenos comienzan a aparecer en el horizonte, los emprendedores se centran en hacer valer su talento y conocimiento en forma de reducción de costes a partir de procesos de mejora e innovaciones incrementales de procesos. Una vez más: PERSONAS Y DESARROLLO.

Postdata
Una variante de la Estrategia del Pintxo puede utilizarse en las sardinadas veraniegas. Coja una rebanada, más bien gruesa, y vaya depositando sobre ella las sardinas que come. Al final, no solamente no se habrá pringado los dedos en exceso, sino que también, una vez más, tendrá el placer de dioses en forma de pedazo de pan con todos los sabores del mar.

Buen provecho

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Brillante como analogía y consejo valioso.
Un saludo
Pedro Fernán
ALSC

Anónimo dijo...

No había leido nada tan inteligente como brillante, cuando menos desde...no recuerdo.
JMPazos

Caminante dijo...

Jose Manuel
Viniendo de un maestro como tú,pues, cuando menos, me sonrojo. Tu editorial de hoy es soberbia.
Un abrazo

Caminante dijo...

Pedro
No tengo el gusto de conocerte, creo que es tu primera visita al Viajero, así que, gracias y que sean muchas más.
Cuidate

Fernando López dijo...

Hola José Luis:

Me apunto a lo de brillante. Me ha gustado mucho el enfoque porque, al final, nos muestras el placer de comer, que por cierto es para lo que básicamente trabajamos.

Un abrazo

Javier Rodríguez Albuquerque dijo...

¡Coño!, pues mira que como pintxos y todavía no me había dado cuenta de tamaña realidad.
Muy bueno.
Un abrazo.

Katy dijo...

Buena estrategía sin duda. Me quedo con el pincho de las sardinas, que a estas alturas es lo único que nos vamos a poder permitir, y ahorrando pringue.
Es un consuelo :)
Un abrazo

Caminante dijo...

Hola Fernando
Lo del pan lo aprendí con los arrantzales (pesacdores) de aquí, gente sabia.
Cuidate

Caminante dijo...

Hola Javier
Hombre! Pero si tu eres ya veterano en estas lides...será que en la otra margen vais al grano y eso del pan, ja-ja
Cuidate

Caminante dijo...

Hola Katy
Gracias por la visita y buen provecho.
Cuidate

Josep Julián dijo...

Hola JLMON:
Ya he aprendido que cuando un artículo tuyo tiene anónimos entre sus comentaristas hay que meterse de lleno y más si encabezan.
Decía mi abuela que las cosas se aprenden mejor con metáforas, de la misma forma que siempre preferí una bronca de mi madre a una de sus reflexiones. Lo digo por comentar.
Un abrazo.

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