lunes, 7 de febrero de 2011

PRINCESAS DE BARRIO


Individuos que asesinan fríamente a sus compañeras y hasta acaban con los sueños de futuro de sus hijos, violadores de cuerpos y almas, monstruos de feria que arremeten contra el incauto peatón que ha reprobado su conducción, golfos y golfas que medran al amparo de la mediocridad política, tontos de ese lugar donde la espalda pierde su nombre que creen ser algo en su vida por sentarse frente a una cámara de televisión incitados por dudosos profesionales , analfabetos de tres al cuarto convertidos en estrellas mediáticas de un país que no conoce la medida de las cosas, nuevos ricos sin un duro en el bolsillo que sacarían los colores a Rinconete y Cortadillo, estúpidos y estúpidas que agreden a profesores y profesoras por haber causado stress a sus pequeños vástagos repletos de bollería industrial, ministras que se reencarnan en Juana de Arco, ministros que debieran retornar a la escuela elemental, batracios que agreden a médicos y médicas en defensa de sus derechos inalienables en un país donde la gente con sentido común es esclava de eso que llaman políticas sociales, chavalotes y chavalotas que han descubierto que la jodienda sí tiene enmienda gracias a la prevención mal entendida, desechos que te pegan un palo mal dado para levantar un miserable móvil, cuando no un sobado bolso de anciana con dos euros escasos de la pensión compensatoria, un país que se caga en los muertos de los demás porque así lo dice la tradición.
Todo esto y algo más es lo que nos ha traído la modernidad. Pero no desespero cuando me cruzo cada día con el mismo gilipollas que no me da ni las gracias por sostenerle la puerta del bareto matutino mientras me atropella a ritmo de dance o cuando el bodoque de turno se empeña en mostrarme el poderío de su coche de mierda. Y no desespero porque ayer, por pura casualidad, pude contemplar extasiado la primera entrega que la Sexta hacía de algo que llama: Princesas de Barrio. Cuando vi a la Paqui, la Jessi, la Iratxe y la Marta comprendí muchas cosas y alcance un estado de paz interior que no recordaba desde los tiempos de Práxedes Mateo Sagasta. Dicen los entendidos que es un spin – off de otro reality que se regaló la cadena – Mujeres Ricas-. Ni lo se, ni me importa. Sólo se que vi a unas personas intentando ser otras. Decía mi abuela que todos no podemos ser iguales por mucho que lo intentemos. Confirmo la sentencia por aquello del linaje y la amplio. Nunca podremos ser iguales y nunca será malo porque en la diversidad está la esperanza. Pero, cuando algunos intentan ser otros, lo único que se consigue es una tediosa pobreza.
Lo siento.

10 comentarios:

Sofía Gazo dijo...

....
""Estaba en La Fabrik dándolo todo con mi cubata en el párking cuando llegaron los del programa y me dijeron que eran de La Sexta", cuenta Jessi, una de las protas de 'Princesas de barrio'. "Yo les dije que no quería saber nada de ninguna secta", cuenta provocando las risas de los presentes. Y así fue cómo ella se convirtió en una de las princesas del programa.""

No puedo decir nada que no incluya un insulto, así que mejor me callo.

Fernando López dijo...

Más claro el agua. Lo que comentas es el resultado de la idotez en la que estamos instalados desde hace mucho tiempo. Luego no nos podremos quejar si hay 5 kilos de parados, total si lo que se lleva es ser princesa...

Un abrazo

Astrid dijo...

Bueno José Luis, que la "modernidad" también nos ha traído artilugios técnicos como este blog que nos permite charlar, comentar, dialogar y también despotricar a distancia. Todo, todo no es taaan malo ... Y ya te digo yo que lo de mirar la tele, no te sienta nada bien. Pero gracias por la información que nos das sobre un programa-basura (más) que no veré. Como dice Forges, país ...

Saludos,

Javier Rodríguez Albuquerque dijo...

¡Joder macho!
No te quito ni una coma y precisamente hoy que un par de "pavos" me han montado una bronca porque les he dado un golpecito al coche al salir del aparcamient, pero prefiero fijarme en lo positivo que nos queda alrededor, que al fin y al cabo es lo que nos hace sonreir todos los días.
Un abrazo.

Caminante dijo...

Hola Sofía
Te entiendo...

Caminante dijo...

Hola Fernando
Duro, eh?

Caminante dijo...

Hola Astrid
Tienes razón, no todo son cosas malas y yo me embalo...
Pero está el país que no veas.
Seguiremos confiando en la bondad humana.
Cuidate

Caminante dijo...

Hola Javier
Je-je...
Pero tienes razón, vamos a quedarnos con las cosas buenas que las hay...
Cuidate

MaS dijo...

¿estará mal si hablo de la república?...y qué nos dice la audiencia esa que todo lo sabe?
Insisto en que la culpa no la tiene la modernidad, sino los protagonistas modernos de la película que estamos viviendo: yo misma, o como diria una señorita de esas, yo mismamenente.
Saludos de buenos días,M.

Katy dijo...

Se puede decir más alto, a gritos lo que todos sabemos pero no más claro y tan bién como la has expresado. Podría ser el editorial de cualquier gran periódico y una llamada de atención a todo esas personas que citas a pesar de todo con cierta conmiseración. Pobrecitos...
Lo malo para mi es que son el futuro inmediato. Esto es lo que me preocupa. Porque cada uno puede hacer con su vida lo que plazca siempre que nos afecte a los demás.
Te felicito a pesar de la dureza, es lo que hay y lo has retratado magistralmente.
Un abrazo

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