viernes, 12 de marzo de 2010

FUTURO QUE ESTAS EN LOS CIELOS


Las organizaciones tienen siempre un conocimiento formal de cuál ha sido su pasado y mantienen más o menos al día su discurrir presente. Sin embargo, cuando se trata de mirar hacia el futuro, rara vez se va más allá de las previsiones de cierre trimestrales o anuales. De hecho, superar ese límite temporal se considera un ejercicio de adivinación más que de predicción.
El Futuro provoca distintas reacciones, pero en el caso de las empresas, casi siempre se acercan al umbral de la incertidumbre. En más de una ocasión me he encontrado con directivos que aseveraban aquello de bastante cuesta sacar adelante el presente como para preocuparse del futuro.
Pero, ¿qué es exactamente el Futuro?
Si nos atenemos a la concepción lineal del tiempo, el futuro es aquella parte de la línea temporal que todavía no ha sucedido, en otras palabras, es el lugar del espacio – tiempo que alberga a los acontecimientos que aun no han ocurrido.
Esa no ocurrencia es lo que provoca nuestros ejercicios de imaginación, aunque casi siempre trucada ya que organizamos el futuro en función de nuestros logros presentes. Es como si el presente fuera el escalón número 12 de una escalera y deseáramos que el futuro escalón 13 no fuera tal, sino más bien una puerta gravitatoria que nos condujera en un salto hiperespacial al escalón trescientos cuarenta y ocho.
Deseamos imaginar el futuro como algo distinto, pero conservando siempre los valores del presente. Es nuestra reacción de supervivencia frente a la incertidumbre de lo desconocido.
Sin embargo, esta visión del futuro pertenece a una perspectiva exógena. El futuro aparece como algo lejano y ajeno, algo que no depende de nosotros sino de los acontecimientos que otros agentes, humanos, naturales o divinos nos imponen. Es como si nuestra empresa fuera la nave de Ulises, enfrentada a la cólera de los dioses y encomendada a su benevolencia a un tiempo.
Desde esta perspectiva, el FUTURO NO EXISTE, al menos MI FUTURO.
Mi única opción es esperar pacientemente a que otros lo decidan, conservando la secreta esperanza de que serán benevolentes o encomendarme al azar en forma de suerte.
Frente a esto, cabe la posibilidad de desarrollar una percepción humanista del futuro, antropocentrista si se prefiere.
El futuro no es algo que debe llegar, es una aspiración por la que hay que luchar.
El futuro no es un objetivo lejano y probable, es un punto de partida real y posible.
Conocer el futuro exige conocerse a uno mismo. Esta es la primera actuación de futuro y no solamente para una empresa, sino para toda organización humana que se precie de tal.
Por si alguien no se había dado cuenta, soy vasco, como se suele decir por aquí y de Bilbao. Para más datos, nací en la primera casa de la primera calle que tuvo la Villa. Quizás por ello, algunos jocosos amigos me llaman el del chiste.
Todo ello porque en mi tierra algunos no tienen claro el futuro mientras que otros lo tienen tan claro que hasta abaten a las personas como si de piezas de caza se tratara. Quizás este es nuestro pecado.

13 comentarios:

Fernando López dijo...

Hola José Luis

"Conocer el futuro exige conocerse a uno mismo" Me ha encantado la frase y la visión que nos propones. El futuro, creo que no hay que verlo con ojos de presente sino de futuro, y para ello, como pauntas, hay que conocerse muy bien. Eso despejará las incertidumbres.
Un abrazo y feliz fin de semana

Sofía Gazo dijo...

Por obvio que parezca, a veces hace falta que te recuerden que despues del escalón 12, va el 13. Somos (soy) muy dada a imaginarme saltos hiperespaciales al escalón trescientos cuarenta y ocho.

Por otro lado..."imaginarse" el futuro tiene además la dificultad adicional de que, como bien dices, exige conocerse a uno/a mismo/a y eso no siempre es fácil.

Si unimos el hecho de que habitualmente partimos de una percepción errónea/distorsionada/parcial de uno/a mismo/a(persona, empresa, país), con los saltos hiperespaciales, pues "se juntan el hambre con las ganas de comer" y sacamos como resultado futuros que mas que futuros son.... paranoias.

Caminante dijo...

Hola Fernando
Gracias por la visita. Continuaremos buscando futuros.

Caminante dijo...

Hola Fernando
Gracias por la visita. Continuaremos buscando futuros.

Caminante dijo...

Hola Sofía
¡Cuánto tiempo!Qué es de tu vida....Gracias por la visita.
No seas tan esceptica, que en el fondo no lo eres, que lo se yo aunque nos sale esa vena hipercrítica, verdad?
Besetes, cuidate

Sofía Gazo dijo...

Hola José Luis:

Pues mira... estoy nadando (de momento parece que sin tragar mucha agua) entre ERES, restructuraciones de grupo, empresa y departamento y otros "medidas" típicas de estos tiempos de crisis.

Yo creo que eso es lo que me provoca tener la vena hipercrítica a FLOR DE PIEL ja ja.

Un abrazo!!

Caminante dijo...

Hola de nuevo Sofía
No podía ser de otra manera, me alegro.
Besetes

Josep Julián dijo...

Me ha gustado esa imagen de que el futuro es esa parte que todavía no ha pasado. Es, por así decirlo, la parte de espacio que aún no tiene tiempo, quízá por eso seamos más dados a soñarlo que a construirlo.
El futuro es un problema si no se puede explicar desde el presente, eso lo hacen muy bien las adivinadoras que, por lo que parece, no están notando la crisis sino incluso aumentando la caja.
Un abrazo.

Caminante dijo...

Hola Josep
Gracias por la visita. Pues sí es la parte que no ha pasado, pero que pasará aunque podemos hacer que pase tal como queremos o dejar a otros que decidan por nosotros.
Un abrazo

Astrid dijo...

Vaya, ahora me doy cuenta de que debería haberte leído por la mañana, porque a estas horas de la tarde del viernes, estoy demasiado espesa para estos temas metafísicos ;-)
Eso es lo que pasa cuando lo urgente nos impide ocuparnos de lo importante.
En cualquier caso, yo intento vivir el presente como si fuera pasado y futuro a la vez. Todo de golpe, a fondo y dando gas!!

Cuídate!

Javier Rodríguez Albuquerque dijo...

Hola Jose Luis:
Supongo que al ser de Bilbao hasta el futuro es poca cosa. "Una de futuros, que esta ronda la pago yo".
Perdona, no he podido evitar el chiste.
Cuando leí por primera vez la cita: "No existe ni el presente ni el futuro, sólo el pasado", me quedé pensativo. Creo firmemente que es cierto, pero también pienso que el ser humano es el único animal que tiene la facultad de poder vislumbrar el futuro y lanzarse hacia él. Es algo tan exclusivo del ser humano como la risa.
Y afortunadamente los vascos de eso sabemos un rato. Y ya me perdonarás, pero esta ronda de risas la pago yo.
Un abrazo.

Caminante dijo...

Hola Astrid
Tienes razón, a los viernes hay que darles un tono más desenfadado, no creas, lo llevo pensando...
Cuidate

Caminante dijo...

Hola Javier
Que por risa no quede y si es vasca, pues sólo pueden ser carcajadas, ja-ja.
Un abrazo

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