viernes, 8 de mayo de 2009

IE , LA ESENCIA DE LA INNOVACIÓN


Existen tantas variantes de interpretación del término “innovación” como personas lo definen, pero algo similar ocurre cuando se le añade el adjetivo “estratégica”.
La experiencia me dice que la diferencia básica entre ambas realidades se encuentra en la naturaleza de la intención más que en cualquier otro matiz. La Innovación a secas se desarrolla como respuesta a una necesidad evidente e inmediata y por ello, acaba generando en la mayoría de las ocasiones cambios de carácter incremental, es decir de mejora. Estas son las acciones características de un escenario económico maduro, innovación de optimización de costos, integración o proceso. La oferta integral de las compañías aéreas en sus webs o la venta directa practicada por Dell son buenos ejemplos.
Por el contrario, la Innovación Estratégica nada tiene que ver con la urgencia del momento y, menos aún, por la evolución de un mercado o nicho. La Innovación Estratégica es el deseo de cambio y progreso en su raíz más profunda. Es la auténtica innovación y por ello, resulta tremendamente compleja e increíblemente escasa. Digamos que sería algo así como el notable abismo que existe entre las angulas y las gulas.
La Innovación Estratégica está basada en la convicción frente a la necesidad, el futuro frente al presente inmediato, la ruptura frente a la continuidad, la Inteligencia Estratégica frente a la Inteligencia Lógica aplicada a situaciones adversas. En definitiva, la esencia misma de la naturaleza humana: miedo, curiosidad y osadía. Una combinación que nos ha llevado más allá de las gargantas de Olduvai. La Innovación Estratégica se alimenta del ejercicio de lo posible frente a lo probable. De la acción que ayuda al azar y la causalidad a dejarse domar por la voluntad.
Momentos como los actuales, necesitan de Innovación a secas, pero en términos de contención y, en consecuencia, sin graves dispendios. Frente a ellas, el gran reto es encontrar la convicción que nos inicie en la senda de la Innovación Estratégica. La única que puede sacarnos de este agujero sin devolvernos tan sólo al borde del precipicio.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

En estos momentos, invertir en innovación, a secas como dices, no tiene demasiado sentido. Sólo un posicionamiento estratégico permitirá salir a una empresa media del agujero. El problema es que el desconocimiento es patente y, por otro lado, el miedo a un cambio de esta naturaleza es considerable. No vamos a ver mucha IE me temo.
PL

Anónimo dijo...

En definitiva, recomiendas evitar concentrarse en la innovación obligada, al menos no excesivamente, y prepararse para una reactivación. Me parece muy interesante frente a la tendencia habitual.
Gregori

Anónimo dijo...

De acuerdo, pero ¿cuál es la diferencia en la IE a la hora de actuar?
Si puedes dar alguna pista...
Isabel Rodon

echar un remiendu dijo...

Muy interesante lo que planteas. Nuestro trabajo consiste en algo parecido pero desde algo más concreto. Planteamos la innovación desde el diseño industrial. También nos gustaría que las empresas se plantearan el diseño industrial estratégicamente, desde la cabeza del gerente hasta el últimos que esté en cualquier lugar de la empresas. Pero desafortunadamente muchas veces sólo se queda en un restiling de algún producto. Queda mucho por hacer, pero desde luego como los posicionamientos estratégicos tienen unos frutos a más largo plazo y no tan inmediatos eso hace que el empresario sienta más simpatía por los programas y las subvenciones a corto plazo. En fin paciencia.

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